Encendidas todas las alarmas en El Hospital

La Granja sigue sin ver el final del túnel que lleva atravesando durante la presente temporada. Ni siquiera el tempranero gol de Dani Lázaro sirvió para dar luz a un equipo inmerso en una profunda crisis que lleva camino de acabar con el descenso de categoría. Por lo pronto, el equipo dirigido por Miguel de la Fuente ya es colista quedando a siete puntos del Becerril.

Era una fecha marcada en rojo para apurar las últimas opciones de salvación por tratarse el contrario de un rival directo por la permanencia. Sin embargo, el equipo de Dani Santos sumó su séptimo punto de los últimos nueve en juego para poner tierra de por medio con los equipos de la zona caliente.

Desde luego el comienzo no pudo ser más esperanzador para el once del Real Sitio de San Ildefonso con el tempranero gol de Dani Lázaro en un brillante gesto técnico del futbolista más combativo en la tarde de ayer sobre el terreno de juego. Encontró el camino del gol cuando ya parecía haber olvidado el recorrido, y una vez logrado el 1-0 los granjeños se olvidaron del balón y de los espacios. Todo lo contrario que los jugadores franjipardillos, muy ordenados y con las ideas claras cuando se hicieron dueños del esférico. Manejaban en la medular Taborda y Pablo ante un equipo granjeño desbordado e incapaz de dominar la salida de balón.

Gracias a un esquema de ataque básico pero efectivo llegaron los dos goles visitantes, con una presión muy alta y rápidos cambios de orientación los visitantes buscaron superioridades en banda. Por la izquierda se fabricó el 1-1 en un centro medido de Diego Herrador que remató René en el área. El lateral izquierdo visitante, un quebradero de cabeza en defensa y ataque para los azulones, igualó la contienda superado el primer cuarto de hora de juego. Acto seguido cambió el costado pero no la forma ni el final. Esta vez fue Willian quien sirvió una pelota certera a Alberto Blanco quien llegando desde segunda línea superó a Loren para hacer el 1-2 antes de llegar al minuto 30. En dos centros laterales de los que avisaba De la Fuente antes del partido La Granja había perdido la iniciativa en el marcador.

Una vez más en El Hospital los locales se vieron en la necesidad de remontar un partido. Sin embargo, el equipo burgalés supo leer las diferentes fases del encuentro. Los minutos restantes hasta el descanso, Dani Santos acumuló hombres en campo propio para amurallar la portería de Iago.

A la vuelta de vestuarios, La Granja trató de hacer de la necesidad una virtud para volver a la carga con balón y argumentos. Salió David Arranz para dar rienda suelta a la mayor capacidad ofensiva de Ferreira. También Pluma intentó cerrar la hemorragia por los costados. Amasó balón el equipo local sin hacer arañazos sobre la muy ordenada defensa rojiparda. Bonello y Bernal no dieron respiro a los atacantes granjeños pese a que Dani Lázaro hizo todo lo posible por superar su resistencia. Iván Gómez se inventó un taconazo en un barullo que detuvo Iago. El propio Dani Lázaro estuvo a punto de firmar las tablas después de una buena jugada individual en la que la decisión final no fue acertada. También Velasco rompió al portero en una escaramuza que desbarató la defensa. Sin duda, el mediocentro segoviano es una de las pocas noticias positivas de este curso liguero con su tesón y despliegue.

El equipo visitante, por su parte, vivió atrincherado esperando la oportunidad de dejar el partido visto para sentencia. No sufrió en exceso el once de Dani Santos más allá de las escasas llegadas azulonas. Pudo encontrar René el gol de la tranquilidad en una contra lanzada por su mediocentro sin acertar con el mano a mano final ante la habilidad en la salida de Loren. Quien sí acertó fue el recién entrado Emmanuel. El futbolista hispano-argentino atisbó el pase sobre el espacio con muchos futbolistas rivales por delante del balón y sentenció el choque. Y como ya se sabe que a perro flaco todo son pulgas, Pluma enfiló el túnel de vestuarios antes de tiempo por una innecesaria doble amonestación fruto del estado de nervios que vive la plantilla.

Los últimos minutos sonaron a principio de despedida para un equipo al que se le acumulan los mazazos anímicos y al que no se le puede reprochar ni un ápice de entrega ni coraje, pero que es incapaz de presentar nivel ante muchos equipos de la categoría. Todas las alarmas están encendidas en El Hospital.