El Unami disfruta de la magia de la Copa

Para Aldeano y Unami era el choque de sus vidas y los dos lo demostraron desde el inicio. El bloque segoviano, con casi cuarenta años de historia, protagonizó la primera llegada. No fue una acción elaborada, por supuesto, pero sí fue efectiva, con un balón bombeado desde la medular que obligó al portero local Rubén Miguel a meter la mano para despejar a córner. El saque de esquina fue de lo más improductivo y el conjunto riojano respondió con el mismo patrón de juego: vaselina desde la medular bien orientada y cabezazo hacia atrás de Daniel Miranda. Chema no dio opción a una segunda jugada.

Tras este arreón local, el Unami tomó el mando del juego de un choque un tanto brusco, pero en el que los forasteros fueron más directos. Goyo, desde la distancia, probó fortuna pero su definición pareció una transformación de rugby. La consigna de los jugadores de Gonzalo del Valle era clara: acercarse y acabar la jugada. Como fuera.

En el minuto 12 llegó un gol con sabor a historia. Fue la jugada más elaborada de los visitantes. A Marcelo no le quemó el balón, ganó el fondo, levantó la mirada y habilitó a un compañero que dibujó un globo que cayó a los pies de Rubén que, de primeras, firmó una vaselina que significó el primero. Fue una definición afortunada que premió el buen comienzo.

Un remate desde la frontal de Abpouzahr fue la réplica de la escuadra de la comarca de Alfaro, aunque los pupilos de Del Valle no se intimidaron y Chechu, de cabeza a la salida de córner, rozó el segundo. En apenas 17 minutos, el partido tenía un único dueño.

El Aldeano consiguió sacudirse el dominio pero sus intentos morían en las proximadades del área. Un remate bien dirigido de Ismael del Prado fue lo más elaborado del equipo de Víctor Morales. La réplica no tardó en llegar y Marcelo, de tacón, a punto estuvo de hacer el segundo. La jugada mereció mejor fortuna.

Tras este destello, el Unami desapareció y el Aldeano se fue a por el empate. Fueron los mejores minutos de los locales que, esta vez sí, dieron sentido a su juego. Guiado por Daniel Mirando, el Aldeano se plantó ante Chema, pero el capitán Gabriel del Río no definió bien. Después, Abouzahr, a la salida de un córner, cabeceó picado. El bote fue elevado. El cuadro de Gonzalo del Valle cedía la iniciativa del juego pero no la del marcador, la que importaba.

El Unami, dominador durante media hora, sufrió el acoso, sin derribo, del cuadro riojano. Hassiqui percutió en banda izquierda y filtró el pase de la muerte. No encontró compañero y el bando segoviano respiró. De ahí al descanso, nada sucedió más allá de dos amarillas a dos jugadores locales. La acción de Guillermo, por desproporcionada, mereció ser roja. Fue la última jugada de una primera parte entretenida pese a la desapacible noche.

El decorado del encuentro no cambió en exceso en la segunda mitad: empuje local y orden en el repliegue del Unami, temeroso de perder lo conseguido. Con el paso de los minutos, el encuentro ganó en brusquedad, circunstancia que no incomodó a los hombres de Gonzalo del Valle, cada vez más cerca del objetivo.

Sin embargo, el partido, como el viento, estaba de cambio y tras una salva de Gabriel del Río llegó la igualada. Daniel Miranda, el más desequilibrante del Aldeano, percutió y fue derribado en la frontal. Pese a las protestas segovianas, Abouzahr de perfecta ejecución hizo la igualada para desesperación de Chema.

Tras la igualada, los locales se serenaron y el Unami tuvo más control de juego. El recién entrado Oussama tuvo una buena oportunidad y después fue su compañero Javi de la Cruz el que lo intentó. A la hora de juego, la contienda volvía a teñirse de naranja. Así, en el 70, Briñas merodeó el gol en otra buena llegada visitante y al minuto, Rubén, desde la frontal, ejecutó mal.

Quedaban veinte minutos para evitar la prórroga. Las ocasiones volvían a ser visitantes, hasta que en el 78, Chechu, asistido por Koby, marcó el tanto más importante de la historia del Unami. Fue un golazo que volvió a premiar la fe. Aunque el Aldeano empató, el tanto fue invalidado por claro fuera de juego. Koby, tras un claro penalti, selló el pase en el 88. La Copa era del Unami que, por vez primera en su historia, se medirá a un Primera. La espera ha merecido la pena.