«Físicamente estoy bien y me planteo seguir, pero mi ciclo en La Granja se había acabado»
Iván Yubero hace un repaso de sus once temporadas en el CD La Granja y asegura que continuará jugando si recibe alguna propuesta «motivante»
nacho sáez
Lunes, 13 de julio 2015, 12:33
Tras once temporadas en el CD La Granja (dos en una primera etapa y otras nueve seguidas en estos últimos años; varias de ellas como uno de los capitanes), Iván Yubero (Segovia, 1980) ha puesto fin a su etapa en el club. Es el símbolo de una generación de jugadores en la que están incluidos Yiyo, Bubi y Adrián, que también salen que logró que La Granja se convirtiera en un clásico de la Tercera División.
Hace unos días, sus novias, familiares y amigos les organizaron una fiesta sorpresa como homenaje por todos estos años de entrega.
¿Cuáles han sido los motivos de su salida de La Granja?
Lo tenía un poco decidido desde hace dos años. El año pasado ya lo hablé con Pablo [Alejandro, el presidente del club]. Uno de los muchos entrenadores que he tenido en La Granja me dijo una vez que el fútbol no se mueve por edades; que porque tengas 35 o 40 años no tienes porqué dejarlo. Me dijo que el fútbol se mueve por sensaciones. Y yo ya sabía que mi ciclo en La Granja se había acabado. Por muchos motivos. Porque aunque estés bien a lo mejor estás haciendo un poco de tapón a los jóvenes. Muchas veces es necesario un cambio generacional progresivo. Pluma, Mario y yo hemos sido los capitanes. A lo mejor era bueno que uno lo dejara para que otro cogiera las riendas. Físicamente me encuentro bien y las lesiones me han respetado. Y me planteo seguir. Pero mi ciclo en La Granja había terminado.
Aún así aguantó esta temporada.
Sí, porque vi que había un poco desbandada. Ricar, Kike y Xavi se habían marchado a la Segoviana, alguno lo había dejado, Guille empezaba como preparador físico... No me quedé por mi calidad sino por echar una mano. No me arrepiento de haberlo hecho. Sigues conociendo a gente y en situaciones muy complicadas. Era necesario. Ahora alguno me dice que cómo lo dejo ahora con el equipo descendido, pero ya lo tenía decidido hace un año. Mediada esta temporada se lo volví a comentar a Pablo y a los capitanes, y creo que es un buen momento para que Mario coja la segunda capitanía y alguno de los jóvenes también dé el paso. No quería convertirme tampoco en un lastre.
Pero quiere seguir jugando ¿no?
Sí. También ha cambiado mi situación personal porque mi pareja está opositando y las oposiciones se han retrasado un poco por las elecciones generales. Y las lesiones me han respetado y físicamente me veo bien. Los jóvenes corren mucho, pero yo ahora, en vez de dar diez carreras como un pollo sin cabeza, doy dos buenas. Economizas, eres más efectivo. Ha pasado el ciclo de La Granja y si ahora en verano sale un proyecto motivante... El entrenador que comentaba antes también me decía que si veía algo ilusionante me tenía que agarrar a ello. No sé si va a ser en una Provincial, en Preferente...
¿Y sería aquí en Segovia?
Sí, sí, me imagino que sería en Segovia. Dudo mucho que a mi edad, con 35 años, me vaya a llamar un equipo de fuera. No lo ha hecho nunca y hay que ser realista. ¿Dónde te puedes mover? Aquí en Segovia. ¿En una Preferente o en una Provincial? No lo sé. Pero ya como un segundo plano. Solo seguiré si hay algo que me llama la atención. Si no, me dedicaré a estar bien físicamente.
¿Le ha llamado ya algún equipo?
No. Se me ha puesto la etiqueta de que he colgado las botas pero no. No sé si este va a ser mi último año de estar bien físicamente y por eso me sabría mal cerrarme yo mismo el camino y pensar dentro de unos años que lo podría haber estirado más.
¿Esta ha sido la temporada más dura en La Granja?
Sí, posiblemente sí. No hemos sido uno de los tres peores equipos de la categoría ni mucho menos. Igual que creo que tampoco lo fue el Unami el año pasado. Pero un cúmulo de circunstancias negativas han hecho que sea un año muy accidentado y que nos haya condenado a descender. Es cierto que hasta el último momento hemos estado luchando; que conseguimos el objetivo que nos habíamos propuesto con David Samaniego, que era quedar por encima del Ávila por si la Federación expulsaba al Salmantino; y que de los ocho últimos partidos ganamos cuatro, coincidiendo con una mejora del campo, que era algo que llevábamos pidiendo toda la temporada. Pero la situación extradeportiva nos condicionó. Se marcha Javier Jadraque, viene un entrenador sin título, hay que buscar a otro, fichajes frustrados, pequeñas discrepancias entre la plantilla y la directiva, la directiva que quiere dimitir... Está claro que los culpables somos nosotros, los que jugamos, pero todo ese entorno no favorece. Ir once jugadores a los desplazamientos; ir a La Bañeza y mi hermano [Yiyo] tiene que jugar de delantero y aún así sacamos un punto... En el último partido hubo que llamar a Domingo que estaba lesionado para poder ser once. Son situaciones que no son buenas.
Así era difícil lograr el objetivo.
Hicimos piña y hemos estado a puntito de sacarlo. Enrique Casas nos puso a tono físicamente. Igual que no comparto ciertas formas suyas, porque aunque a mí me gusta hay gente que puede decir oye, te estás pasando, él nos puso como toros. La mano de David Samaniego también se notó. Un chico joven, con ilusión, con ganas... Ha sido un año complicado, pero creo que hemos dado la cara, que es lo que se merecía al menos La Granja.
¿Ha quedado encauzada la relación vestuario-directiva?
Sí, sí. Son muchos años conviviendo con Pablo le he tenido incluso de entrenador y es un hombre de mucho carácter. Como yo. Pero los dos miramos por el bien del equipo. Desde distintos puntos de vista uno desde la directiva y otro desde el equipo y ha habido puntos de tensión, conversaciones subidas de tono, como en todas las familias, que es lo que considero La Granja. Pero siempre hemos actuado desde el consenso y no ha ido a más.
Con todas las salidas que se están produciendo en la plantilla, ¿tiene buenas sensaciones respecto al futuro de La Granja?
Es importante el convenio que se ha firmado con el Quintanar porque va a permitir a muchos jugadores continuar su proyección. Luego, es cierto que se están produciendo bajas importantes, pero se quedan Pluma, Mario, Chiqui, Truji, Juanlu, gente que ya ha dado un paso al frente como Santi [Marina], Velasco, David [Arranz], Caramelo, los que puedas recuperar como Josete... La batería de jugadores veteranos queda mermada, pero quién te dice que no pueden venir jugadores de abajo y que puedas crear un proyecto. Va a ser un año complicado con equipos como el Ávila o el Unami. Yo veo un proyecto de futuro.
¿Cuál es el recuerdo más bonito que se lleva?
Son muchos. Quizás me quedo con la ilusión que creamos hace dos años cuando estuvimos tres o cuatro jornadas en puestos de play off. Otra situación extradeportiva, un conflicto entrenador-presidente, nos hizo daño, pero ese año salía todo. El míster que había, Manuel Retamero, no sé si tenía una flor pero salía todo bien. Fue algo muy bonito. En ese casi play off estuvo la gente muy volcada.
¿Y el mejor jugador con el que ha compartido vestuario?
Lo bueno de La Granja es que hemos sido un bloque. Todos somos tercerolas, siempre lo decimos. Si estamos aquí es por algo. Pero Emilio, que coincidió con ese año que casi entramos en play off, tenía su aquel. Era perro como él solo, porque no corría, pero nos daba un salto de calidad, siempre sacaba algo. Si hasta jugó en Primera División en el Bernabéu y en el Camp Nou y tuvo un cromo.