Las ausencias lastran al Becerril
La Bañeza aprovecha las bajas de Melero arriba y de Sergio y Loma en la defensa becerrileña e inflige un severo correctivo (1-4) al equipo de Hernando, que fue una sombra en la primera mitad
Ricardo Sánchez Rico
Domingo, 7 de diciembre 2014, 20:24
«Melero en casa nos da mucho juego por abajo, y el partido requería eso, que es donde ellos lo pasan mal. Pero Alberto también tiene derecho a descansar». Lo dijo este domingo José Antonio Hernando en la rueda de prensa posterior al final del encuentro ante La Bañeza, duelo en el que el equipo leonés no dio opción a un CD Becerril que se vio muy diezmado por las bajas, la que más sin duda la del delantero, el futbolista de más calidad de la plantilla. Si hablamos, por citar un ejemplo, de los gremios de albañiles medievales el germen de la masonería moderna, como constructores de fortalezas como la que estaba siendo el Mariano Haro para el Becerril, su simbología sirve a la perfección para explicar lo que significa Melero para el conjunto de José Antonio Hernando.
Melero es el compás del Becerril, el geómetra de ese milagro que es el conjunto de Tierra de Campos. Junto a Melero, Loma representa la escuadra, el que traza fuerte la línea de atrás. Este domingo, ninguno de los dos estaba sobre el césped del Mariano Haro, y bien que lo notaron los de José Antonio Hernando. Gadu, el Gran Arquitecto del Universo, ese tercer elemento simbólico masón representado con la letra G, se quedó en su casa. La G fue letra de gélido, como el ánimo de los seguidores del Becerril al término de los primeros 45 minutos, pese a que el sol hacía apetecible la tarde. 0-2 al descanso era un marcador al que no estaban acostumbrados esta temporada. Varo, el delantero de La Bañeza y no el central del Becerril, lástima, fue el encargado de congelar las ilusiones de un nuevo triunfo terracampino, de impedir que una semana más el play off fuese una realidad (si bien el Bupolsa, ahora cuarto en la tabla, tiene los mismos puntos, 26, que el equipo de Hernando).
«Hemos regalado el primer tiempo», afirma Hernando
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«Hemos regalado el primer tiempo, ahí ha estado la clave. Hemos intentado hacer cosas en que ellos son mejores que nosotros, el balón ha estado mucho tiempo arriba y ellos son superiores en envergadura y en disputa. Además, regalamos diez faltas en nuestro campo y ellos han abortado nuestras contras con mucha facilidad. No hemos estado acertados, en el minuto 3 ya hemos empezado a remar, pero hemos cometido error tras error», comentó este domingo el entrenador del Becerril, José Antonio Hernando, al analizar el encuentro ante La Bañeza. «No sé si el tanto de Blanco ha sido o no en fuera de juego, pero el árbitro ha estado a la altura del Becerril», apostilló Hernando. «Desde el principio salimos intensos, fue importante adelantarnos en el marcador y el segundo gol nos dio consistencia», comentó por su parte el técnico de La Bañeza, Luis Carnicero.
A los tres minutos de juego, en una jugada personal que culminó con un tiro que tocó sin éxito Sevi, Varo ya había puesto en ventaja a La Bañeza. Casi sin tiempo para situarse en el campo, el Becerril ya comenzaba a echar en falta a Melero. Había que empezar a remar contracorriente, y el delantero tiene en sus pies las mejores palas, las que más y mejor se sumergen en las aguas del gol. El equipo de Hernando acusó el mazazo, con La Bañeza haciendo su partido, firme atrás y con mucha intención en sus incursiones en ataque. Se adivinaba el peligro en cada llegada leonesa, haciendo buen uso de las bandas. El Becerril quería pero no podía, solo Fredy, con sus incorporaciones por la banda, trataba de dar la réplica. Muy poco para La Bañeza, que en el minuto 25 hizo temblar ya los cimientos de la fortaleza becerrileña, con el segundo gol de la tarde de Varo, en un remate de cabeza al saque de una falta desde la banda derecha visitante ejecutada por Matos que el delantero leonés envió a la red anticipándose a Sevi.
Si ya jugaba cómoda La Bañeza con el 0-1, con el 0-2 el césped le parecía un vergel, con palmeras y hasta un harén en la jaima. Melero, fuera de la convocatoria por lesión, se conformaba con jugar con su hijo mientras no quitaba ojo al partido. El Becerril fallaba cuando llegaba arriba, que no era mucho, y se mostraba dubitativo atrás. Así se llegaba al descanso, con el encuentro casi decantado del lado bañezano.
Pudo haber habido lugar a la reacción en el minuto 48, recién comenzada la segunda mitad, pero el árbitro anuló por fuera de juego el gol de Blanco en un disparo de Fredi que el delantero empujó a gol. Acto seguido, el árbitro expulsó a Isra por doble amarilla y la letra G volvía a vislumbrarse. No la de Gadu, la del gélido ambiente. Se equilibraron las fuerzas en número cuatro minutos más tarde con la segunda amarilla a Varo, auténtico masón del partido, pero no en el marcador, que amplió a su favor La Bañeza en el minuto 65 con el gol (de nuevo en el saque de una falta) de Ricardo, después de un nuevo fallo de Sevi, que no logró atajar y dejó el balón franco para que el nueve leonés se aprovechase del barullo y metiese la bota.
Diestro acortó distancias en el minuto 83 al transformar en gol un penalti cometido sobre Víctor. Es el gen becerrileño, el no darse nunca por vencido, el seguir y seguir en su propósito de lucha, aunque la lucha ayer no bastase ante un equipo que fue superior, robusto y poderoso en el juego por alto, ordenado como la agenda de un alemán y peligroso, letal a la contra. En el minuto 85, en un nuevo error del portero Sevi, que vivió una aciaga tarde, Sergio recogió su mal despeje y marcó el cuarto tanto para su equipo desde fuera del área. El Mariano Haro, la fortaleza medieval de los albañiles becerrileños, se resquebrajaba por completo, cedían los muros. Pero tranquilos. Si la masonería se define como una institución fundada en la fraternidad, de ese sentimiento saben mucho en Becerril. Y si los masones se han mantenido pese a las persecuciones, los de Hernando la harán pese a las derrotas.