El UEMC paga su mala primera parte antes de caer en la orilla

El análisis sencillo del encuentro desde el prisma vallisoletano es que el UEMC no fue el equipo que jugó en el Pisuerga en los dos primeros partidos de la serie. Le faltó regularidad en el juego de ataque, mucha intensidad defensiva y capacidad para controlar el rebote en ambos aros, lo que facilitó que un conjunto anfitrión muy motivado y, como casi siempre letal su pista, se llevase la victoria final.

El partido comenzó con aparente superioridad interior del cuadro de Paco García y con Mike Torres como dominador del ritmo del juego. Su ventaja al paso por los dos primeros minutos y medio resultó un espejismo (3-7). A partir de ese momento se vio al Força Lleida demoledor en casa. Con juego a posesiones cortas, muchos tiros de tres puntos, con máxima intensidad en la lucha por el rebote en ambas zonas y con capacidad para anotar con regularidad.

De la Fuente no pudo impedir que un parcial de 7-0, con Sidibé como protagonista anotador, llevase la diferencia a siete puntos al final del primer cuarto (20-13), en lo que supuso el principio de un parcial demoledor para el conjunto de Gerard Encuentra.

Porque en el inicio del segundo cuarto, el Lleida acumuló un 14-7, con protagonismo anotador exterior de Marcos, Lobo y Vucetic, que le permitió doblar la diferencia y alcanzar los 14 puntos de ventaja (34-20), a pesar de momentos de inspiración de Gantt y Allen en ataque, aunque con enormes dificultades de concentración e intensidad defensiva y reboteadora en la escuadra pucelana.

Pantzar fue el artífice de que al descanso no se rompiese definitivamente el partido (44-29), aunque las sensaciones del juego del conjunto vallisoletano no eran ni mucho menos buenas.

Tras el descanso Paco García apostó por la zona y por dar entrada a Mazaira, una apuesta que le dio buen resultado en el segundo partido en el aspecto reboteador. Kovacevic apareció con el primer y único triple anotado en el partido y, tras tres minutos sin anotar el cuadro anfitrión, el Real Valladolid se colocó a diez puntos (46-36). Una reacción que quedó abortada porque en los últimos minutos del tercer cuarto todas las carencias del cuadro de Paco García se repitieron y únicamente Pantzar aguantó el tipo en ataque, por lo que se acumularon 18 puntos de desventaja para afrontar los últimos diez minutos (58-40).

Y cuando todo parecía perdido para el conjunto pucelano, emergió el orgullo del equipo y la personalidad de su capitán, Sergio de la Fuente, para ponerse a centímetros de su rival. Un parcial de 5-21 tras seis minutos de juego dejó el partido totalmente abierto (63-61).

De la Fuente, Pantzar y Belemene fueron los baluartes de un Valladolid crecido y que dio la sensación de tener cerca la victoria. Pero al final fue presa de sus errores. Una pérdida de Belemene, dos malas defensas y un triple de Bakovic tras saque de fondo devolvieron una renta de ocho puntos a Lleida (69-61), ventaja que supo gestionar a la perfección en los minutos finales.

Este sábado, desde las 19:00 horas, habrá cuarto partido.