Un coral UEMC arrasa al ISB Juaristi tras una gran primera mitad
Sexta victoria de la temporada del Real Valladolid, primera en 2022
Unai Eguiguren. adg
Azpeitia
Martes, 11 de enero 2022
El UEMC Real Valladolid Baloncesto inauguró 2022 con un gran triunfo en una pista que, en los últimos dos meses, se había convertido en ... inexpugnable. En el Municipal de Azpeitia habían caído Movistar Estudiantes, Leyma Coruña, Pray y Almansa, pero llegó el conjunto pucelano y, gracias a una gran primera mitad, en la que dejó a su rival en catorce puntos, logró una amplia victoria por 59-82, que supone la sexta del curso.
Juaristi ISB
Cissoko (5), Hanzlik (6), Seoane, Royo (7) y Thiam (4) -quinteto inicial-; Savkov (15), Aizpitarte (1), Ansorregui (8), Dijkstra (5) y Guridi (8).
59
-
82
UEMC
Wintering (13), Puidet (11), García-Abril (2), Kuiper (13) y Pippen (12) -quinteto inicial-; Revilla, Sylvester Berg, Geks (3), Pantzar (12), Raffington (8) y De la Fuente (8).
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Parciales 5-23; 9-21 (14-44, descanso); 21-23 (35-67) y 24-15.
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Árbitros Langa de Martín (colegio madrileño), Caamaño Muñoz (colegio vasco) y Rijo Muñoz (colegio canario). Sin eliminados.
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Incidencias Municipal de Azpeitia. 250 espectadores.
El primer período fue un monólogo desde los compases iniciales. Los pupilos de Roberto González se mostraron superiores en todas las facetas y, gracias a ello, comenzaron a abrir diferencias importantes rápidamente. Una canasta en el poste bajo de Jordy Kuiper y un triple desde la esquina de Jaan Puidet marcaron la línea por la que, instantes más tarde, se cortaría el choque. Una canasta de Íñigo Royo fue la única producción ofensiva local en los primeros nueve minutos.
En cambio, los espacios que generaban las penetraciones de Alec Wintering, primero, y de Melwin Pantzar, después, permitían alimentar a Kavion Pippen en la zona. El pívot norteamericano campó a sus anchas cerca del aro y fue una segunda vía por la que generar herida en el desconcierto del bando anfitrión.
La diferencia alcanzó los 19 puntos, a 1:50 del final del primer cuarto gracias a un triple de Sergio de la Fuente. La sequía del Juaristi, que falló sus tres primeros tiros libres, la cortó Ansorregui con el tercer palmeo ofensivo tras una sencilla bandeja fallada. Aún así, la capacidad física de Pantzar permitió cerrar el primer escarceo con una ventaja amplia (5-23).
La dinámica fue similar en el segundo periodo. El UEMC Real Valladolid manejó el partido a su antojo, y rotó el foco de sus hombres más importantes. Cuando Sergio de la Fuente se sintió cómodo y en rango, no perdonó. Tanto desde el perímetro como al poste. Si no, era Pantzar, o Kuiper, o Puidet quienes ajusticiaron a un rival perdido y noqueado.
A la puntería mostrada en casi todos los rangos, se le sumó el trabajo defensivo, que agotó a su contendiente. Pippen sacó del partido a Abdou Thiam a base de tapones, provocó robos e incidió en el juego ofensivo a pesar de que su participación en la anotación fue, en su segunda presencia en pista, escasa. No hizo falta, ya que el resto de componentes del bando pucelano encontraban facilidades gracias a la agilidad para recuperar balones y a la movilidad que exhibió en la distribución. Así, en el segundo cuarto, se repitió el guión del primero, y el partido llegó al intermedio visto para sentencia (14-44).
El paso por los vestuarios no alteró la dinámica. La diferencia en el juego entre los dos equipos era abismal, especialmente en la concentración. En solo dos minutos de la segunda mitad, un nuevo parcial 0-9, con acciones absurdas como la que le permitió a Puidet robar un saque de fondo después de un 2+1 de Wintering, dejó la distancia en 39 puntos y obligó al entrenador anfitrión a pedir un tiempo muerto.
La tranquilidad con la que se desplegaba sobre el parqué el UEMC Rea Valladolid, y la enorme distancia en el marcador, provocó una ligera relajación en las filas de los hombres preparados por Roberto González, que le llevó a vivir un tercer cuarto disputado. Su rival, finalmente, se activó y encontró alguna facilidad en el rebote ofensivo para pelear el parcial, que igualmente se llevó el conjunto visitante. El despliegue físico visitante encontró intensidad en un Wintering ausente en la primera mitad, que anotó once puntos en el cuarto, en el que se terminó de fraguar la victoria (35-67).
Si el tercer cuarto, con el marcador tan desequilibrado, aportó poco al choque, el último período valió simplemente para que el UEMC Real Valladolid Baloncesto contemporizara el juego para terminar de confirmar el triunfo y para que algunos jugadores, especialmente locales, maquillasen sus números a base de lanzamientos de tres. Aún así, a pesar de la menor tensión, lógica, que mostraron los pupilos de Roberto González, los jugadores del bando pucelano no desconectaron en ningún momento y, a pesar de perder el parcial, solo dejó que la distancia bajase de los 25 puntos en la última acción del encuentro.
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