Apuesta por la libertad de conciencia

La última novela de Miguel Delibeses una portentosa novela histórica que combina lo íntimo con lo público para envolver al lector, a través de una admirable escritura, en el ambiente de la Castilla imperial del siglo XVI. El contexto argumental sumerge en la pormenorizada vida de un hombre complejo, Cipriano Salcedo, que busca la libertad de conciencia a la vez que la plenitud del amor, algo que siempre le será esquivo, y se ve inmerso, por buena voluntad, en el centro del debate de la Reforma luterana en España.

En Valladolid y en buena parte de Castilla, el protestantismo surge en células muy reducidas donde se abrazan los nuevos principios teológicos, basados en la consideración de que la muerte de Cristo había redimido a los hombres de todos sus pecados sin necesidad de nuevas penitencias ni redenciones. Los protestantes en Valladolid eran de clase acomodada, en su mayoría, y se reunían en conventículos secretos en los que debatían y comentaban las cuestiones que reafirmaban su creencia. Eran conscientes del riesgo que corrían, ya que, con el tiempo, la persecución contra ellos fue en aumento, dada la relevancia de la Inquisición. Los líderes, personajes históricos reales, fueron el Doctor Agustín Cazalla y toda su familia y hermanos, el corregidor Carlos de Seso, el escribano Antonio Herrezuelo, entre otros personajes que Delibes sitúa en la vida del buen y esforzado Cipriano, empresario de pieles y harinas, hidalgo y hombre culto e íntegro, habitado por la soledad a su pesar. Todos se ven abocados, como realmente fue, a sufrir delación, confesión mediante tortura, juicio y ejecución.

Lo poderosamente literario de esta gran novela es cómo Delibes va llevando al lector hacia la terrible verdad de los hechos históricos desde muy atrás, desde la concepción misma de Cipriano Salcedo y el abandono que presidió su vida a raíz de su nacimiento. Va forjando Delibes un meticuloso y preciso microcosmos de los detalles de la vida cotidiana, a veces morosa y muy detallista, en la Valladolid de entonces, tanto en su ámbito urbano, de ciudad que crece con el Imperio, como en el ámbito rural, integrado en el devenir de la ciudad, y que Delibes explicita como nadie más ha sabido hacer en la literatura española contemporánea. Y a la vez que relata la vida de Cipriano, sus empresas, sus proyectos y sus ideas, más el armazón sentimental de su vida en torno a tres mujeres que determinan su crecimiento moral, Delibes va impulsando la narración, con un pulso que recuerda al de otro gran maestro, el sabio Umberto Eco, hasta el auto de fe del 21 mayo de 1559, hecho histórico que agitó la ciudad y en la que fueron ajusticiados en hoguera casi todos los juzgados por herejes.

Para situar al lector en el momento crucial e ideológico de los debates teológicos y políticos de la época, la novela arranca con un potente preludio que es una excelente síntesis de lo que fue y significó el protestantismo luterano que quebró Europa para siempre entre Reforma y Contrarreforma, preludio en el que se descubre a Cipriano en barco, de regreso de un viaje a Alemania donde ha recibido confirmación de lo que su espíritu buscaba: la creación de una vida recta en la libertad de conciencia, que se traduce en la renovación de la religión, en la lealtad y en la apuesta por la libertad. Esta apuesta siempre ha estado presente en la obra de Delibes y 'El hereje' es la mejor coronación de toda ella.

El magisterio de Delibes está en el poder que exhibe para describir y recrear personajes complejos, de construcción moral ambigua pero firme, arraigados en un tiempo y un lugar, como piezas sólidas que buscan el imán de una coherencia que solo el escritor sabe darles. Más también hay magisterio en la abrumadora precisión léxica, que eleva la novela a un rango de elegancia en la que brilla la pequeña épica de lo concreto dentro de la gran historia. Asombra, en fin, que esta novela extraordinaria la publicara su autor con 78 años, demostrando una madurez creativa que es toda una culminación. Obra maestra absoluta, 'El hereje' deja al lector inmerso en la cadencia del tiempo y de otro ritmo de vida, aporta conocimiento y placer de lectura y se iguala a las grandes novelas europeas del siglo XX.