Borrar
Expositor de Tierra de Sabor en la cumbre gastronómica Madrid Fusión en enero de este año. Gabriel Villamil

Calidad reconocida ligada al territorio y al saber hacer

La región suma 69 figuras repartidas por las nueve provincias

Silvia G. Rojo

Salamanca

Sábado, 5 de diciembre 2020, 09:12

Comenta

Los diferentes regímenes de calidad tienen como objetivo proteger las denominaciones de productos específicos para promover sus características únicas, ligadas a su origen geográfico y al saber hacer atesorado en una zona concreta.

Castilla y León es referente en esos marchamos únicos que repercuten de manera directa en el sector agroalimentario.

En las nueve provincias de la comunidad autónoma existen un total de 69 figuras de calidad entre las que se incluyen 36 'Denominación de Origen Protegida' (DOP) e 'Indicación Geográfica Protegida (IGP)'; otras 28 Marcas de Calidad y de Garantía; una figura denominada 'Especialidad Tradicional Garantizada' (ETG) y cuatro referencias más que se concretan en: Tierra de Sabor, Producción Integrada, Artesanía Alimentaria y Agricultura Ecológica de Castilla y León'.

Esas figuras de calidad afectan tanto a frutas como la manzana y productos de huerta como el pimiento, como a carnes, embutidos, quesos y legumbres.

El valor de venta de un producto con denominación protegida es, de media, el doble que el de alimentos similares sin certificación. Esto supone un claro beneficio económico para los productores en cuanto a comercialización e incremento de las ventas gracias a la gran calidad de estos productos, su reputación y al hecho de que los consumidores estén dispuestos a pagar más por adquirir el producto auténtico. Esa es una de las conclusiones que se puede extraer de un reciente estudio publicado por la Comisión Europea en el que aborda la situación de las 'Indicaciones Geográficas' (IG) que en el conjunto de la Unión representan un volumen de ventas de 74.760 millones de euros. Más de una quinta parte de esta cantidad procede de las exportaciones que se efectúan a terceros países, es decir, más allá del ámbito europeo.

Nicolás Armenteros, director de Legumbres de Calidad (IGP Lenteja de la Armuña, IGP Garbanzo de Fuentesaúco, IGP Judías de El Barco de Ávila y MG Garbanzo de Pedrosillo) afirma de manera rotunda que «si no fuera por las indicaciones, estos productos estarían prácticamente desaparecidos del mapa agrario de Castilla y León». La afirmación no es gratuita, «me baso en otras zonas de España que eran productoras de legumbres y en las que se ha desmantelado ese sector de producción».

Recuerda que el número de hectáreas en su sector ha pasado de 400.000 a 100.000 en las últimas décadas, «hemos perdido a nivel nacional tres cuartas partes de superficie por eso, es de valorar muy satisfactoriamente el distintivo de calidad que en casos como el nuestro, con el garbanzo de Fuentesaúco, no solo ha permanecido sino que ha duplicado la superficie en los dos últimos años».

Superficie consolidada

El director de Legumbres de Calidad hace memoria y recuerda que los primeros años fueron difíciles, «había unas 300 hectáreas y ahora están consolidadas 800 hectáreas y otras que se aprovechan de este eco que proporciona la IGP pero que no están dentro porque no siembran las variedades autóctonas. En el caso de la Armuña y de Fuentesaúco, de no haber existido estos marchamos de calidad, hubieran desaparecido».

En cuanto a precio «es muy superior pero tenemos calidad, reputación y demanda y esto ha sido gracias a la IGP, que nos ha permitido mantener precios superiores y cultivos; es mérito del reconocimiento aunque por si solo no se mueve, tiene que haber operadores que crean en ellos».

Esas palabras llevan a pensar que nada de esto sería posible si no existiera la calidad, en las legumbres de Indicación Geográfica Protegida caracterizada «por la integridad del grano, piel fija, textura mantecosa y sobre todo, el sabor que queda limitado a esas legumbres autóctonas», concluye Armenteros.

Otro producto de referencia en la región es el lechazo amparado por la Indicación Geográfica Protegida Lechazo de Castilla y León, «el de la vitola roja», como dice el presidente, José Luis Fraile, y al que tampoco le falta el corazón amarillo de Tierra de Sabor.

«Es muy importante la indicación porque engloba al auténtico lechazo y protege a tres razas autóctonas: churra, castellana y ojalada», aclara Fraile.

El presidente de esta IGP asegura que «la propia raza ya pone un sabor diferenciado, da muchísima calidad, y sobre todo la alimentación, solo con leche materna hace que sea una carne muy tierna y jugosa; no hace daño, tiene muchas vitaminas necesarias y colágeno, muy importante para las dietas».

Trazabilidad

Otro aporte que hace un marchamo de estas características es la trazabilidad, «en la vitola roja hay un código que te dice de dónde viene ese animal, dónde se ha producido».

El gran reto es el del precio, a pesar de que el lechazo de IGP siempre está mejor pagado, «el precio que merecemos no sé si algún día lo conseguiremos, nosotros con precio no podemos competir».

Tampoco se olvida José Luis Fraile de apuntar que consumir lechazo es «una manera de contribuir a la sostenibilidad de las 800 familias que están dentro de la Indicación y repartidas por toda la región, nosotros contribuimos a sostener los pueblos».

En esta época del año, a las puertas de la Navidad, no deja de animar a la gente a que consuma lechazo de Castilla y León con IGP.

Otro de los sectores en los que Castilla y león es sinónimo de calidad es en el del vino puesto que el 86 % de la superficie del viñedo de la Comunidad se encuentra adscrita a alguna de las 14 DO e IGP (incluida Vino de la Tierra de Castilla y León). Se trata, por tanto, de un sector pujante y dinámico con una proyección de futuro muy importante.

De manera general, este mapa de la calidad alimentaria no deja de reflejar la riqueza y la diversidad de productos del sector agrario, con unos beneficios evidentes para el productor por cuestión de precio, pero también para el consumidor que busca calidad diferenciada y está dispuesto a pagar más por ella. No en vano, estos alimentos tienen fama de ser seguros, nutritivos y de gran calidad.

Estos productos de calidad reconocida y avalada, que no dejan de ser de proximidad, están presentes a través de las diferentes empresas en el market de Tierra de Sabor por lo que acceder a cualquiera de ellos sin mayor dificultad está a tan solo un click.

Productos avalados por la marca Tierra de Sabor.

El sello de Tierra de Sabor

El corazón amarillo, el de Tierra de Sabor, es el sello de calidad más conocido en España entre los consumidores de productos agroalimentarios y el favorito entre los residentes de la zona centro, incluyendo Madrid, según recoge el último estudio de la consultora Nielsen. Es otro de los sistemas utilizados en Castilla y León para reconocer la calidad diferenciada bajo estrictos controles. Es un sello que está contribuyendo a mejorar la imagen del sector agroalimentario de Castilla y León, en función de las opiniones de aquellas empresas asociadas a la marca. Es importante remarcar que también tiene como objetivo posibilitar una cadena de valor más equilibrada y beneficiosa para el sector primario reconociendo su calidad y profesionalidad y mejorando los márgenes. Respecto a la política de promoción que se está realizando, para el 60% de las empresas es adecuada y las acciones más recordadas son las participaciones en ferias de alimentación.

 

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Calidad reconocida ligada al territorio y al saber hacer

Calidad reconocida ligada al territorio y al saber hacer