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Es un ingrediente que no falta en los postres y repostería tradicionales. Se incorpora para darle el toque final en las hojuelas y torrijas, se pinta una fina capa sobre las tartas de manzana, en bizcochos, galletas o se añaden unas buenas cucharadas a la hora de disfrutar de una cuajada o queso blanco e incluso en verano el helado de miel y nueces es una refrescante opción.
Para la empresa productora de miel, polen y cera de abeja, Reina Kilama, la versatilidad de este producto le hace merecedor de un hueco en las estanterías de cualquier cocina. Esta empresa que comenzó a trabajar con veinticinco socios en 1997 ha desarrollado actualmente una amplia gama de variedades. Así se encuentra la miel de flores, de naranjo, de cantueso, de brezo, eucalipto y de encina.
Con esta última, la miel de encina, extraída en las zonas de Salamanca y Ávila, llega la primera de las propuestas de Reina Kilama, se trata de un rollito de jamón serrano. Sobre esta miel hay que tener en cuenta dos aspectos, por un lado que « a diferencia del resto de las mieles que provienen del néctar de las flores, esta no se obtiene por el néctar que se desprende de las flores, sino que, se produce por abejas que liban el mielato que segregan los frutos de la encina o bellotas», apuntan. Y por otro lado, recomiendan fijarse en el etiquetado porque «hay quien la comercializa como miel de bosque y aunque es semejante no es igual porque tiene mezcla de mieles como brezo, castaño, robe y encina, sin embargo nosotros, Reina Kilama, si que la comercializamos bajo la denominación, miel de encina, ya que en este caso cumplimos la normativa comunitaria», aclaran.
Para realizar el rollito los ingredientes son fáciles de conseguir. En primer lugar, se necesitan unas lonchas de jamón serrano y en su interior se ponen unos trozos de queso parmesano. Después sobre una galleta crujiente se pone una rodaja de queso provolone para la base del rollito y se decora con almendras y miel de encina.«Esta miel se caracteriza por un color ámbar oscuro con tonalidades rojizas, un sabor dulce a fruta seca y un aroma balsámico que desprende notas malteadas, muy intensas», describen desde Reina Kilama.
La segunda opción es un bizcocho de morcilla y queso. Es una interesante opción con la que sorprender en casa. Para elaborarlo hará falta un pequeño bizcocho o brioche y en su interior se irán montando el resto de ingredientes. Primero una rodaja de morcilla choricera, después una de plátano, luego otro trocito de bizcocho y a continuación dos trozos de queso de cabra. Para concluir se incorpora al piso un trocito más de bizcocho y se cubre con miel, piñones y uvas pasas.
Y la tercera propuesta es una macedonia de frutas con Kéfir, «esperamos que a la gente le guste porque es un postre fresco y que siempre se agradece», señalan. Primero se pela y se corta en rodajas la naranja. La disposición de la fruta será concéntrica. Así que una vez dibujado en el plato el circulo con las rodajas de naranja se continúa hacia el interior con unas de kiwi y otras de plátano. En el centro se colocará una bola de queso de kéfir y por encima se añadirá miel al gusto del comensal.
La combinación del queso con la miel es un acierto seguro, una buena tabla de quesos con frutos secos y fruta con miel para finalizar la comida o de aperitivo con un vino, es todo un lujo para el paladar.
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