Un burgalés en el mundial de sumilleres

Un laborioso y largo periplo que comenzó a cimentarse en 2014 ha permitido que el sumiller burgalés Diego González represente a España en el Campeonato Mundial de la Association de la Sommellerie Internationale (ASI), certamen que tendrá lugar en París en febrero de 2023. Su triunfo en el Concurso Nacional de Sumilleres de 2019 le ha abierto las puertas del Mundial. Consiguió la plaza en la última edición del Salón Gourmets, en una disputada competición con los campeones nacionales del 2021 (Gabriel Lucas) y de este año (Ferrán Vila).

Como él mismo explica, «es un proceso de años, en el que te acompaña mucha gente. Es algo que no puedes hacer solo, por lo que estoy muy agradecido, especialmente a la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres y a los compañeros. Siempre digo que es cuestión de tiempo». Tiempo dedicado a trabajar y a seguir con una intensa formación, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. De hecho, Diego es Sumiller Certificado por la Court of Master Sommelier (CMS), una prestigiosa organización educativa establecida en 1977 para fomentar los mejores estándares de servicio de bebidas, a nivel mundial.

El Mundial se celebra cada tres años y, además de complejo –al fin y al cabo es la élite de la élite la que se da cita–, su desarrollo contempla pruebas que abarcan todo el mundo y todo un mundo en torno al vino que no se limita a este placentero líquido para los sentidos. «Tienes que tener conocimientos de viticultura, enología, de regiones del mundo; también de productos de todos los países, de marcas y de productores. Y luego hay pruebas de cata y de servicio. Es una de las competiciones más complejas que hay», indica. De momento ningún español ha conseguido ganar. Él, por descontado, se va «a dejar la piel» durante los escasos nueve meses que tiene para prepararse.

Tras participar del gran proyecto del restaurante Ambivium, con estrella Michelin, en la localidad vallisoletana de Peñafiel, ahora se vuelca en exclusiva en la preparación del Mundial desde su ciudad natal. Su sueño, «más allá de resultados personales, es tener la posibilidad de acercar el mundo del vino a todas las personas. Transmitir la cultura del vino para mí es lo más importante, ese es mi sueño».

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