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Iker Jiménez.
Iker Jiménez: «La política ha envilecido a la gente»

Iker Jiménez: «La política ha envilecido a la gente»

Presenta hoy en Telecinco 'Horizonte. Informe Covid', donde entrevista a Li-Meng Yan, la viróloga china huida a EE UU

Julián Alía

Madrid

Jueves, 22 de octubre 2020, 00:17

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Si ayer fue el turno de la entrevista de 'En el punto de mira' a la mujer de Josep María Mainat, hoy Mediaset repite exclusiva con la de Li-Meng Yan, la mujer más buscada por el gobierno chino. «Creo que es un campanazo, porque llevábamos meses detrás de esta mujer, que tiene una historia digna de una serie», comenta Iker Jiménez (Vitoria, 47 años), que se pone esta noche a las 22.00 horas al frente de 'Horizonte. Informe Covid', el programa para el que la viróloga ha concedido la primera entrevista a una televisión europea.

–¿Cuánto tiempo llevaba detrás de la entrevista?

–No esperábamos ya respuesta. Ha sido una investigación desde junio, y no esperábamos ni su respuesta ni la de los mentores, que no han querido hablar ni para decir que no están de acuerdo. Hemos vivido la película del hermetismo comunista chino. Es que no te lo puedes creer.

–¿Está preparado para todas las críticas que le puedan llegar a raíz del programa?

–Me dan igual las críticas. Hace treinta años empecé en este oficio, y no trabajo para agradar a nadie. Sé que va a haber repercusión, y ojalá la haya, tanto a favor como en contra, porque yo creo que un periodista tiene que entrevistar a esta doctora si tiene la oportunidad. Es la Julian Assange en mujer, protegida por el FBI. Yo, personalmente, que no soy nadie, tengo la teoría de que hubo un accidente en ese laboratorio, una mala praxis, y de allí salió algo. Pero si me demuestran lo contrario, pues lo contaré.

–Antes no estaba tan convencido de que el virus saliese del laboratorio...

–Como me dijo el doctor César Carballo, ¿qué posibilidad había de que el virus que azota al mundo haya salido de la única ciudad en la que hay dos laboratorios de máxima seguridad en coronavirus? Salió a 233 metros del laboratorio que investiga el coronavirus de murciélago. No pasó en Almería, sino en el sitio en el que estaban trabajando con esto desde 2012. No creo que haya alguien que diseñe el virus, y que precisamente ataque a su propia población. Sabemos que muchos dirigentes son psicópatas, pero ¿a este nivel? Que hubiera un error, que lo hayan intentado tapar, y que la malísima gestión en general haya hecho que durante semanas se haya expandido el virus, me lo creo bastante. Lo que no creo es que se haya creado para fastidiar al mundo, como sostiene esta doctora.

–¿Por qué se ha llegado a un punto en el que hay gente que ya no se cree nada?

–No se puede hacer tan mal todo. Y en ese todo, siempre se politiza. Estamos en un país irreconciliable. A mí, en cierto momento, la gente más de izquierdas me empezó a dar palos porque consideraban que era un ataque al Gobierno, cuando me daba igual, lo que me importaba era la ciudadanía. Pero en un momento dado, cuando había confinamiento, el sector más conservador vio que quitándole importancia al virus atacaba al Gobierno, así que empezaron a darme leches a mí: 'sinvergüenza', 'perro carcelero de los masones, de Soros y de Sánchez', 'nos quieres encerrar…' Las mismas personas que te llamaron 'héroe español' te decían todo lo contrario, y al revés, cuando yo no había cambiado mi discurso en ningún momento. Entonces, me di cuenta del nivel de polarización. Da igual lo que esté pasando. Estamos asistiendo a una tragedia importante, y a la gente lo que le importa es que el suyo tenga razón.

–¿Es algo de ahora o viene de atrás?

–Con 50.000 muertos no podemos estar sin mascarilla haciendo el tonto en una fiesta, porque, al margen de lo que sea el virus, es una cuestión de responsabilidad y de civismo o de solidaridad. Y no la hay. Y mucha gente piensa: '¿Me voy a quitar yo mi cubatita?', y llevan meses poniéndome verde, como si yo quisiese la ruina para alguien. La política ha envilecido a la gente mucho más que la propia información. La gente no va a ser más escéptica por lo que contemos nosotros, sino por el sindiós que ve en los líderes y en los movimientos políticos, y porque le encanta tener razón.

«Si hubiera sido el ébola...»

–¿Esa es una de las claves del virus?

–Totalmente. Si hubiese sido como el ébola, todo el mundo estaría muy concienciado porque tenía el miedo en el cuerpo. Pero aquí, la realidad es que sale Trump haciendo el tonto, diciendo que no pasa nada, flaquísimo favor a una nación con 200.000 muertos, sale Bolsonaro, sale el otro… y salen los nuestros también, da igual. En principio se dijo que era una gripe, y eso ha calado tanto, que borrarlo va a ser imposible. Es cierto que este virus se comporta en el 80% como una gripe, pero, como dice la doctora china, ese es el arma del coronavirus, que se esconde como ninguno. La sociedad no le da tanta importancia, y te destroza un país.

–Usted ha cobrado aún más relevancia en los últimos meses con sus programas sobre el coronavirus...

–Me sorprende mucho y me lo tomo como un estudio sociológico. Mucha gente me ha descubierto como periodista, porque lo que yo hacía tenía esa marginalidad y esa sensación de 'outsider'. En mi trayectoria, me he metido en temas que no son periodísticamente bien vistos. Entonces, cuando hay tanto miedo a quedar mal, no querer quedar bien es una ventaja. Tengo críticas cada semana. El umbral de lo correcto lo han estrechado tanto que cualquier cosa es incorrecta. Pero mientras pueda ayudar, me daré por satisfecho.

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