El diablo cojuelo rompe la cuarta pared

Desde el comienzo, se rompió la cuarta pared y se estableció un diálogo con el público al que se explica el origen de esta versión del Cojuelo. Los aplausos y las risas ya se hicieron notar en el preámbulo, que no dejó a nadie indiferente. El ambiente estaba creado para que comienzara la acción. La representación jugó, en todo momento, con la meteatralidad, porque en la escena conviven la propia versión de 'El diablo cojuelo' con las dificultades de la compañía para llevar a cabo la puesta del clásico. Al mismo tiempo, asistimos a la reflexión y revisión constante de la representación. Los payasos no querían decepcionar a la Compañía de Teatro Clásico, pero tampoco a las nietas, que podrán decir, dentro de algunos años, que sus abuelos empezaron siendo payasos, pero luego acabaron representando un clásico.

Las nietas, a fin de cuentas, debían estar orgullosas: a esta puesta no le falta nada. Música en vivo, fuego, cabezudos, juegos de luces, interacción constante con el público y, principalmente, la interlocución canalla del payaso, el hilo conductor definitivo del espectáculo. Las risas y los aplausos del público no mentían: el éxito de 'El diablo cojuelo' fue total.