Películas para cambiar el mundo, otra forma de leer 70 años
El Norte
Valladolid
Miércoles, 22 de octubre 2025, 09:42
Empezó siendo un festival de cine religioso al que luego se añadieron a su título los 'valores humanos'. Entre la divinidad y la humanidad fueron encontrando su sitio películas que contaban de otra manera las tribulaciones de su tiempo y esta cinefilia arropó una discreta disidencia humanística que escapaba a la censura. A veces no hay que añadir más a los hechos para provocar al espectador. El realismo es desde los orígenes del séptimo arte una forma de narrar, también una denuncia, un estilo, un manera de entender el oficio.
'La captura del tiempo. Un cine bajo la influencia de lo real', coordinado por Ángel Quintana, en colaboración con 'Caimán Cuadernos de cine', es uno de los libros que publica el festival. Este volumen recoge una serie de textos que recorren los distintos 'realismos'.
Ángel Quintana parte del apelativo de 'neorrealista' a una de nuestras más laureadas directoras contemporáneas, Carla Simón, por su 'Alcarrás' (2022) para situar la 'etiqueta'. El cine social de Ken Loach, los Dardenne o Guediguian, directores habituales en este festival, es heredero de Rossellini, Visconti o Fellini, padres del 'neorrealismo italiano'. Pero si ellos contaron los cincuenta y los sesenta, Pasolini hará lo propio con el mundo posterior porque «no existe un realismo que sea válido para toas las épocas. Cada época posee su propia ideología».
A analizar el de cada momento ponen su pluma Jean-Michel Frodon, Eulalia Iglesias, Carolina Martínez, Carlos Losilla, Áurea Ortiz, José Enrique Monterde, Jaime Pena, Lourdes Monterrubio, Laura Gómez Vaquero y Alan Salvado.
Esta 'captura del tiempo' recorre el realismo socialista y luego el soviético, el realismo proletario de la Alemania, el realismo hollywoodiense de gánsters, carcelario, sindical o de delincuencia juvenil. Hay realismos poético en Francia, íntimos (Antonioni), minimalista (de Bresson a Kaurismaki), histórico, existencial y un largo etcétera. Cuando contar se propone transformar la cámara no necesita artificio ni sofisticados recursos técnicos. La naturalidad es el norma.