Alfred Brendel, poderoso en la memoria
Antonio Baciero, Premio Castilla y León de las Artes, recuerda a su profesor, el pianista austriaco fallecido este martes
Antonio Baciero
Jueves, 19 de junio 2025, 11:07
Acaba de desaparecer Alfred Brendel, el último de la histórica generación de pianistas vieneses del siglo XX, un personaje caracterizado por su incesante exigencia y ... ascensión profesional, dejando un amplio legado de grabaciones y discos hoy de obligada referencia. Hombre de literaturas y creatividades, emergió en los años cicnuenta entre aquellos 'niños de la guerra' que capitaneados por el incomparable Friedrich Gulda, inundarían pronto los escenarios del mundo entero siguiendo el impulso de aquella Austria resurgida de la dura posguerra con la salida del país de las últimas tropas de ocupación rusas. Ocurrió en 1955, recién restablecida Austria como nación independiente, en un último resto del antiguo imperio Austrohúngaro, aquel inmenso conglomerado multicultural extendido desde el Rhin hasta el Mar Negro y cuyo nombre oficial era Sacro Imperio Romano-Germánico…
Brendel había surgido además como un autodidacta, aunque sí perteneciera al grupo de jóvenes agrupados en torno a la emblemática figura de Edwin Fischer y sus citas internacionales veraniegas en Lucerna. Más o menos todos aquellos jóvenes eran como unos 'nietos' de Franz Liszt, del que efectivamente el joven Brendel pronto deslumbraría con unas versiones lisztianas minuciosas y efectivas, de vibrante exactitud y gran poder comunicador.
Junto con Badura-Skoda, Demus, Jenner o Klien el joven Brendel compartía ciertamente un compromiso pedagógico e historicista, formando pronto con los dos primeros unos recordados cursos de interpretación, adheridos al festival Wiener Festwochen, en aquella interesante entidad, el Internationales Kulturzentrum, que surgida con la Revolución de Hungría del 56, ofrecía las más atractivas actividades de jóvenes en la ciudad, en aquel antiguo palacio de la Annagasse 20 que había pertenecido al archiduque Karl (hoy sede de la actual Haus der Musik) y donde en su momento el mismo Ludwig von Köchel, el conocido musicólogo y mecenas mozartiano, daba sus clases de arte y cultura a aquella familia imperial. Allí, por aquellos años 60, Brendel, Badura y Demus impartían sus visiones de estilística y repertorio que terminaban con una visita a la Colección de Instrumentos Históricos en el Hofburg.
Citas difíciles de olvidar como el de aquella mañana en que Brendel, entre otras clases, me dio una muy amplia sobre una importante obra de Liszt , 'Funerailles', y esa misma tarde, coincidiendo con un concierto suyo en el Festival en el Musikverein, pude escucharle la más poderosa 'Fantasía op. 17' de Schumann que he oído –una de las obras más exigentes y densas de la historia del piano– con tal fuerza de concentración y virtuosismo, incluídos los difíciles saltos en su parte central, resueltos con una nitidez y seguridad como no los he presenciado nunca, sin 'rozar' ni unto solo. Solía decir que en ese tipo de pasajes hay que mirar simultáneamente a los dos sitios, al de salida y al de llegada, a la vez.
Tenía un espléndido sentido del humor y en aquella época era famoso por su colección de 'funny things', críticas divertidas, etc. Siempre escribió cosas interesantes y originales sobre música y músicos. Un gran tipo, de aquella eterna Viena, recuperada, pujante, universal.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.