Ver fotos
Homenaje a los que contaron la Transición desde Valladolid
El Ayuntamiento rinde homenaje a los periodistas locales desde el final del franquismo y publica la obra de ficción de su decano, Máximo Regidor
Hicieron ciudad y comunidad con ladrillos de libretas y grabadoras, como apuntó Carmen Domínguez, y fueron «gente que cuenta a otra gente lo que le ... pasa a la gente», parafraseó Luis Miguel de Dios. Ambos periodistas hablaron en nombre de la profesión, de las decenas de colegas que escuchaban sentados en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Valladolid. Ese lugar donde habitualmente se dan ruedas de prensa fue el escenario del homenaje que la institución municipal rindió a los periodistas que contaron la Transición desde la capital del Pisuerga.
Les convocaba la publicación de la obra de ficción de su decano, Máximo Regidor, editada por el servicio de publicaciones del Ayuntamiento con la colaboración de Gráficas Gutiérrez Martín. Los 94 años de Regidor han dado para mantener amistades a prueba del tiempo como la que le une al impresor Andrés Martín o con los hijos de Félix Cuadrado Lomas, ilustrador de buena parte de sus escritos cedidos para esta edición.
El cronista José Delfín del Val ha sido el encargado de ahormar la obra de su amigo en colaboración de su hija Carolina. Del Val restó mérito al hecho de reunir «estos valiosísimos textos», a pesar de que «la informática se alía en contra de los que trabajamos con material antiguo», para presentárselos a las nuevas generaciones. El periodista de RNE destacó que esas novelas y cuentos «están protagonizados por personas, más que personajes, ciudadanos sin notoriedad. Hoy es más difícil ser persona que personaje».
El volumen, titulado 'Máximo Regidor. Literatura y crítica social más allá del periodismo (1960-1996)', reúne 'El pan muerto', que ganó el Premio Ateneo de Valladolid de 1961, 'No tenemos sitio para caminar', Premio Jauja 1966, 'No dejarse morir', Premio Guipúzcoa 1962, además de una decena cuentos, entre ellos 'El relevo' y 'Un contrato', publicados en 1960 y 1963 en El Norte de Castilla, y dos inéditos.
Carolina Regidor trasladó la emoción y el orgullo de su padre que «aprendió a leer en la biblioteca de este Ayuntamiento donde hoy celebramos sus ficciones». Mencionó a su madre, Charo, testigo y lectora de cada una de esas historias, «cada relato es un momento en su calendario común». Carolina destacó la atención de la prosa de su padre a los «desafortunados, los que nada tienen salvo dolor, los que viven por no dejarse morir. Son gentes creadas desde la comprensión, que conmueven por lo que hacen y dicen, que reflejan unas valores fundamentales como el amor, la amistad, el perdón, la familia o el valor de la palabra dada, importantes en aquella España e importantes para aquellos que nos han hecho como somos». Y celebró que la ciudad «vuelva la vista a la labor creadora de un autor que vivió del periodismo. Máximo envía un abrazo a los periodistas con los que compartió tiempo y profesión, esa de anotar la historia de Valladolid».
Óscar Puente, el alcalde, pidió un aplauso para el decano y dio paso a la segunda parte del homenaje, dedicado a los periodistas que han trabajado en esta ciudad. Marcó como «hito de modernidad» la compra de este diario por el Grupo Correo (Vocento, hoy), a mediados de los noventa, y a partir de ahí, «la vorágine de la tecnología, el vértigo de la cultura digital y la sociedad líquida». No quiso «ponerse romántico», quería dejárselo a los homenajeados, pero también rememoró los tiempos de salas de teletipos y voluminosas grabadoras, de horarios nocturnos y de distinción entre primicias y exclusivas. Por un momento dejó la narración volandera y apresurada de las redes sociales para probar la emoción del párrafo.
Carmen Domínguez recordó cómo llegó a Valladolid en 1984, a formar parte de la delegación de TVE en Castilla y León abierta en 1982. «Estaba todo tan por hacer que llamaba la gente a la redacción y preguntaba si era allí Castilla y León. La televisión ayudó a poner imagen a esa comunidad autónoma y los periodistas ayudamos a levantar ese nuevo edificio con nuestra pasión por contar nuestras noticias».
Domínguez citó a Maribel Rodicio, con quien montó una tertulia de mujeres periodistas, «las medias de los medios». Por su parte Luis Miguel de Dios también tuvo un recuerdo para los que ya no están y de quienes aprendió; Fernando Altés (el miércoles se cumplen 30 años de su muerte), José Antonio Antón, Emilio Salcedo, Pati Cacho y unos cuantos más. Después de Regidor, el vicedecano de esta profesión es José Luis Lera, agudo comentador de la realidad desde su tertulia que pasa sigiloso cada hoja del calendario sin mirar atrás. De Dios tuvo palabras de agradecimiento para la ciudad que les acogió y terminó con un poema de Jorge Guillén.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión