Blacklladolid
Fernando Aramburu: «Si los libros pudieran detener guerras, bastaría con tirarlos en las zonas de conflicto»El autor donostiarra clausura la quinta edición de Blacklladolid en Fuensaldaña
Hace años, el éxito literario, político y sociológico de 'Patria' de Fernando Aramburu vino a enseñar las posibilidades luminosas de diálogo, entendimiento, comprensión mutua y ... perdón entre dos bandos aparentemente irreconciliables tras los más duros estragos del terrorismo de la banda ETA. Pero esa esperanza humana la reserva su autor para sus largas novelas; advierte, y que nadie espere más que oscuros abismos en los cuentos que compone su último trabajo, la compilación 'Hombre caído'. Una colección de textos negros como el alma humana, y negros como la literatura que viene a jalonar la última edición de 'Blacklladolid', clausurada este domingo tras cinco jornadas de debates literarios y gastronómicos en el Castillo de Fuensaldaña.
«Era una ilusión venir aquí, una oportunidad de tener contacto con el público, charlar con compañeros y aportar algo», valoraba Aramburu en conversaciones previas al acto de clausura de este certamen. «La gastronomía, además de la literatura, me es muy cercana como sibarita y por el prestigio que tiene en San Sebastián», añadió: «Me gusta mucho comer, no comer mucho; pero sí dar gusto al paladar, y encuentro mucha poesía en el arte de degustar».
Un aspecto cultural del mero acto de comer que, también, se refleja en la literatura, más allá de lo descriptivo o de lo ambiental («Mis personajes verbalizan mucho sus sensaciones gustativas en pasajes determinados», recordó, citando una cata de ocho bombones diferentes en su obra 'Viaje con Clara por Alemania'). Además, en el propio proceso creativo de escribir: «El sacar lo máximo de lo mínimo imprescindible es algo que llevo a otros planos de mi vida; en la alimentación, en los viajes, en el trato social... y también en la escritura», enumera. «Con los años, lo que empezó como un impulso juvenil intenso que creía en el espejismo de que se podía alcanzar un estilo literario propio a partir del estudio de la literatura de los demás, ha pasado a ser una chistera con una narrativa más sobria y fácil de formular, donde valores como la autenticidad, la naturalidad o la sencillez prevalecen sobre otros más formales», describió.
Criminales ocurrencias
La presencia de Aramburu en Blacklladolid viene refrendada, además, por los catorce relatos criminales que componen su última publicación, 'Hombre caído' (Tusquets, 2025), un libro «insertado en un proyecto mayor que supondrá un único volumen de cuentos completos del cual, de cuando en cuando, se da a conocer una muestra», anticipa, en torno al lo que califica con ironía como 'molestas ocurrencias': «Este género es el único que permito que irrumpa, sus historias se instalan en mi cerebro e interfieren hasta que las pongo por escrito y me libero de ellas».
Los textos de esta colección varían en tono y argumentos, aunque vehiculan un mismo espíritu pesimista y oscuro: «De manera no deliberada, trato de los asuntos más serios en los cuentos, reservo este formato para los temas más oscuros, y los comportamientos o actitudes menos nobles que, considero, deben tener también un espacio en la literatura». Una posición que, esta vez sí expresamente, considera «reprochable» en una novela. «Que un texto de quinientas páginas lleve a algo destructivo no es compasivo para el lector: prefiero 'dar caña' en los relatos y ser más cordial en las novelas».
«Satisfactoriamente resignado» a ser «el de 'Patria'», Aramburu, con todo; reconoce a los lectores «la paciencia y deferencia que tienen quienes se han asomado a otros libros», como 'Los peces de la amargura', 'El niño' o 'Los vencejos', entre otros. Pero sigue abrazando y agradeciendo «la presencia internacional y los muchos lectores que trajo 'Patria', un libro que hoy no tendría la repercusión sociológica o política que tuvo en su momento, sino que apenas sería comentado más por su valor literario».
Y es que 'Patria', valora Aramburu, salió en un momento muy propicio: «ETA había anunciado que dejaba el terrorismo, y fue un libro útil para el debate en una época donde aún se producían hechos relevantes, como el abandono de las armas; y personas con posiciones y convicciones ideológicas opuestas, que antes ni se dirigían la palabra, empezaban a debatir a partir de su opinión del libro», relata. «Nada de esto estaba previsto, nació solo como una aportación literaria y fue como la estación de paso donde mucha gente llegaba en tren para coger otro hacia un viaje más intelectual o político».
A pesar de la significativa relevancia histórica que, a nivel nacional, tuvo 'Patria' en su momento para España, Aramburu se muestra prudente con las posibilidades de la literatura de influir en importantes conflictos internacionales, desde la invasión de Ucrania al genocidio de Gaza: «Si los libros tuvieran semejante capacidad curativa o de detener las guerras, bastaria con ir a los lugares de conflicto y tirarlos desde los aviones para que la gente se pusiera a leer». A su juicio, «el escritor hace lo suficiente para dejar memoria y constancia: los libros solo son texto y palabras; y pueden tienen un efecto individual y determinado, pero solo cuando repercute en varias personas puede tener cierta relevancia, si bien jamás será capaz de detener o solucionar nada cuando hablamos de grandes matanzas».
Pese a esto, no niega el importante valor simbólico de la cultura, como la West-Eastern Divan Orchestra de Daniel Barenboim que reúne a músicos israelíes y árabes: «Son iniciativas muy nobles, y es imposible que estos grandes conflictos humanos no dejen huella en el arte». En ese sentido, como 'Patria', resume la labor del escritor en la lupa sobre las gentes más comunes: «No somos historiógrafos, sino que nos ocupamos de la vivencia de los conflictos por parte de los individuos afectados por la historia colectiva, narrando casos concretos y dando a conocer al mundo cómo se vive desde dentro ese día a día», concluye.
Clausura de Blacklladolid
El certamen de 2025 de Blacklladolid se ha clausurado este domingo en el Castillo de Fuensaldaña con la intervención de Aramburu, así como la de Dolores Redondo, coorganizadora junto a César Pérez Gellida del festival. La ganadora del premio Planeta y autora, entre otros, de la Trilogía del Baztán, desgranó también las claves de su literatura y defendiendo el valor gastronómico de sus ambientaciones, como los revalorizados 'txantxigorris'.
A lo largo de esta edición, Blacklladolid ha acogido las intervenciones de Carlos Zanón, Leonardo Padura, los autores tras el seudónimo Carmen Mola, José Miguel Mulet, Luz Gabás, Mikel López Iturriaga, Mikel Santiago, Manuel Vilas, Santiago Posteguillo, Javier Peña y Anaí Meléndez.
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