Me lo quitan de las manos, oiga
«Lo mejor es que muchas de estas cosas son apolíticas: estaban en anteriores legislaturas y supongo que permanecerán en las siguientes»
Es un no parar. No nos hemos quitado el sabor a lorencito de la comisura de los labios y ya tenemos la agenda a reventar. ... Acabo de dejar de huir de pinchas callejeros que me reclamaban, a ritmo maquinero y con más insistencia que un monitor de gimnasio, que cantase las letras de las canciones y no hago más que encontrarme carteles de un mundial de puzzles. No hay cuerpo para tanto evento, oiga. Que recomponerse tiene un proceso y un ciclo. No me da tiempo. Que doblo cualquier esquina y un anuncio me advierte de que queda un mes escaso para que Isabel Coixet inaugure la Seminci. Que el domingo vi a un fantasma en la ópera del Calderón y en un mes nos montamos en un tranvía llamado Deseo. Qué estrés, qué sinvivir. Vamos, que he estado angustiado estos tres días por si a los de Inobat o Switch les diera por desplazarse a la ciudad y preparar un jaleo en el centro, aunque me da que no caerá esa breva.
Sabiendo que estoy tirando de hipérbole, destaco que entre tanto suceso cercano se me cuela esta semana un certamen literario de no te menees. Blacklladolid, caballero, que aquí seremos secos pero plurilingües. Primeras figuras de la literatura patria, señora. Allí tendrá usted a los Carmen Mola y a Mikel Santiago, que son unos chavales majísimos que matan gente por doquier en sus novelas de las formas más cruentas; habrá ocasión de escuchar a Posteguillo y de que Luz Gabás cuente cómo es eso de ganar un Planeta; tendrá a menos de diez metros a Fernando Aramburu y su Patria. Grosso modo, unos tropecientos millones de libros vendidos en el estrado, Mari Carmen. Ojo al dato.
Además, esto que montan Gellida, Dolores Redondo y sus adláteres suele maridar cada edición con un ámbito ajeno al de la escritura: Este curso, mire por dónde, han decidido unirlo a la gastronomía. Díganme que no es un éxito seguro, enganchar las obras que no lee la Pombo a los platos que se comería hasta el crítico de 'Ratatouille'. Este megamix, aparentemente extraño, tiene lugar en Fuensaldaña a mediados de septiembre y chico, mucha Tía Melitona, mucho Tragaldabas y mucho concierto, pero aquí tampoco van mal de figuras. Así que sumo otro jaleo al calendario y doy gracias por que el fútbol no me coincida con la charla del domingo.
Lo dicho, mi mujer no me ve y mi madre me pregunta por SMS si he almorzado en condiciones, pero es que está el panorama como para perdérselo. Lo mejor es que muchas de estas cosas son apolíticas: estaban en anteriores legislaturas y supongo que permanecerán en las siguientes. Son para el uso y disfrute de todos los empadronados y para aquellos que se planteen como opción dejarse caer por estas calles. Fíjense que ni Rufián se ha metido todavía con la sucesión de acontecimientos que estamos disfrutando, con lo que riñe ese hombre a todo el mundo.
De igual modo les digo, estimados amigos, que a mí también hay bullicios que me gustan lo mismo que comer brócoli al vapor. He sufrido las avalanchas para pedir una tapilla regulera como todo hijo de vecino; he tenido que acompañar a alguien al minibolo de María Becerra y, de la misma manera que media capital, me he acordado de la madre del que inventó la red de calor con biomasa. Pero aguarda, artista, que el día que se estrene nuestro festival de cine tendremos cortado el centro seguro; como en años pretéritos y como ocurrirá en los próximos. Algo de so y algo de arre. Prefiero agarrarme a disponer a unas manzanas de casa de la exposición de Capuletti en Las Francesas o lo de Teloncillo en el Lava, y obviar lo que no me motiva para salir del sofá. Lo importante es tener un elenco chiripitifláutico donde poder escoger. Lo sé, rey, que a cada uno le gusta un menú y de la limpieza hablaremos otro jueves, pero hoy no voy al 'quejío'. Enfoco en que solo nos daremos cuenta de lo importante que es que el nombre de la ciudad esté cada diez minutos en las páginas nacionales cuando no nos saquen ni en la hoja parroquial. Así que, niños y niñas, planifiquen las citas con sus aficiones predilectas. Bailen, lean, observen, jueguen, lloren, griten o emociónense. Y no desatiendan aquello que les llame la atención, que de aquí a diez minutos será Navidad y antes tenemos el Intro Music. Si es que me lo quitan de las manos, marqués.
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