Íñigo Domínguez, periodista

«Ser corresponsal es convertirte en los ojos de tu país en un lugar lejano»

«Como corresponsal tienes más libertad; es cierto que se hace información pero también crónicas, que son más subjetivas; y reportajes, que son más literarios», explicó en declaraciones previas a este acto. «No solo tienes que contar lo que está pasando, además debes convertirte en los ojos de tu país en un lugar lejano: contar más curiosidades, dar más contexto, incluso trasladar contenido no informativo», describió: «Siempre estás yendo y viniendo, captando cosas muy sutiles, no estrictamente noticiosas, en un universo entero que tienes que aprender a descifrar». Para Domínguez, llegar de corresponsal a un país desde otro «no es como cambiar de Local a Sociedad: hay que leer mil libros, hablar con mucha gente, y emprender una difícil labor de aprendizaje durante años que implica una total inmersión».

El corresponsal también ha pasado revista a la evolución durante las dos últimas décadas a su oficio, y se ha lamentado de la decadencia experimentada por culpa de la irrupción de Internet o el impacto de las sucesivas crisis económicas sobre los medios de comunicación, entre otros: «Recuerdo que pillé el final de la mejor época, aunque entonces ya cobraba la mitad que los corresponsales más veteranos», rememoró. «Hoy, la gente joven que trabaja de esto cobra la mitad de lo que cobro yo».

Pese a ello, no disuade a la gente joven de lanzarse a «la profesión más bonita del periodismo», en una edad donde es crucial viajar y adquirir perspectiva, hasta de la nación de origen: «Salir de tu país te hace ver de otro modo el lugar donde naciste, en el caso de España la distancia ayuda a relativizar el dramatismo que impera en nuestras fronteras».