Lecciones de supervivencia de la flora y la fauna
Dino Ticli relata las estrategias vitales de 'Plantas y animales terribles' y Sierra i Fabra rima la 'Declaración de los derechos del niño'
No hablan, o al menos, no con la velocidad necesaria para que los humanos seamos conscientes del mensaje. La fauna y, más aún, la flora, ... viven parejos a los humanos sin que estos superen, en el común de los casos, la constatación de su compañía. ¿Fueron siempre así, en qué medida cambian por la interacción con el medio? ¿por qué han desarrollado sus estrategias de defensa, las que les han permitido ganar puestos en el decalaje de la evolución? De todo ello habla 'Plantas y animales terribles' (Siruela), a través de leyendas.
Dino Ticli es un geólogo que acerca la naturaleza a los alumnos de secundaria. En este libro a medio camino entre la divulgación y la ficción, entre el cuaderno de naturalista y la colección de cuentos, se suceden plantas y animales cuya pericia les ha valido sobreponerse a especies que han dejado de existir y cuya mito se ha expandido a través de relatos populares.
La higuera estranguladora, por ejemplo, es un árbol parásito que acaba fagocitando a su alojador. Un anciano australiano, Anangüe, fue cubierto por las raíces de este árbol mientras permanecía inmóvil, pero quiso la suerte que el árbol mismo le proveyera de dulce alimento, su fruto, y de líquidos. De esta manera sus nietos lo encontraron y la higuera fue compasiva dejándole ir. Esta prisión leñosa se desarrolla en Australia. La araña escupidora es el antecedente de Spiderman, ya que escupe seda líquida. El árbol pong-pong, también conocido como cerbero, guarda en sus semillas el veneno matarratas. El cangrejo cocotero es el mayor crustáceo terrestre, llegando a pesar 4 kilos. Cuscuta es la planta vampiro y dedalea, las flores de las hadas.
Magalodón es un tiburón de dientes gigantes y el árbol de la muerte o tejo puede vivir hasta 3.000 años. Su longevidad determina que haya lanzas datadas hace 120.000 años fabricadas con la madera de la conífera. Los druidas enseñaron la escritura a su pueblo con varitas de tan preciada madera. El pez eléctrico, la flor del beso, el escarabajo bombadero, son otras de las criaturas que pasean por este entretenido libro.
Especie a proteger
En verso, en color, relato amable y riguroso para recordar que «la humanidad debe al niño lo mejor que pueda darle». Así presenta la 'Declaración de los derechos del niño' (Edelvives) Jordi Sierra i Fabra, a la palabras, y Christian Inaraja, en la ilustración. Edelvives ha querido conmemorar los 60 años de este documento de la ONU, cumplidos el pasado 20 de noviembre.
Una infancia feliz es el bagaje deseable para cualquier ser humano. El deber de los adultos de preservarlo se concretó en diez principios que el maestro Sierra i Fabra acerca a los beneficiarios. Todos somos iguales, necesitamos lo mismo aunque vengamos de lugares, religiones o razas distintas. Los niños deben ser cuidados, individualizados con su nombre y su procedencia, vivirán al amparo de sus progenitores, de un servicio de sanitario y educativo, lejos de cualquier discriminación y cualquier amenaza. Inaraja pone color al relato.
Buen punto de partida para mostrar a los más jóvenes el abismo entre las buenas intenciones de nuestra raza y la realidad que vivimos. Baste con asomarse desde un telediario al mundo y que se comparen con los niños sirios.
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