Jan Carson: «Los jóvenes norirlandeses han heredado las consecuencias del pasado violento de su país»
La escritora participa el sábado en la Feria del Libro de Valladolid
Junio en Belfast. Calor sofocante. Un médico de mediana edad que no encuentra pareja, un ex miembro del Sinn Fein que barrunta la deriva violenta de su hijo y una fiesta amenazada por el Ayuntamiento. Las hogueras del día 11, recuerdo de las que hicieron posible la defensa británica de Irlanda del Norte, no pueden superar los 10 metros. El peligro de descontrol amenaza la seguridad y los ciudadanos se sublevan. A partir de ahí Jan Carson (Ballymena, 1980) arma su novela más exitosa.
–'Los incendiarios' es su única novela traducida al español. ¿El Premio de la Unión Europea ha ayudado a su difusión?
–Sí, me ha abierto las puertas de la traducción. 'Los incendiarios' está traducida a doce lenguas y mi última novela 'The Raptures' será vertida a unos cuantos. También estoy muy agradecida a Literatura de Irlanda que ayuda a la traducción.
–Aborda el Belfast de hoy bajo el peso de la historia reciente. ¿Se hereda la violencia?
–No estoy segura. Es el tema que quería explorar en ese libro. No puedo afirmar que una generación hereda las tendencias violentas de la anterior pero sí creo que la actual generación de jóvenes de Irlanda del Norte han heredado gran parte de los problemas derivadas del pasado violento de Irlanda de Norte. Esto incluye la segregación en la vivienda y la educación, problemas de salud mental, las consecuencias económicas asociadas al proceso de paz y muchas otras cosas.
–El Brexit y la victoria del Sinn Fein, ¿hubieran cambiado su libro?
–No lo creo. Es una instantánea de un momento particular en la historia de Irlanda del Norte, en torno a 2014. Lo escribí después del referéndum del Brexit así que supongo que ya consideraba las implicaciones que podría tener pero lo que intenté fue que el cuadro de Belfast en ese momento fuera lo más realista posible. Los buenos libros a menudo aciertan a ser un presagio e iluminan con otra luz los desarrollos históricos pero creo que esto abunda en mi creencia de que el escritor comienza una historia que termina el lector, en añadir su particular interpretación y la sensibilidad de su tiempo a la historia. Un libro necesita mantenerse vivo y abierto a la reinterpretación si quiere tener alguna relevancia.
–Literariamente, ¿se siente más cerca de irlandeses o británicos?
–Algunos de mis autores favoritos proceden del gran territorio británico (Graham Greene, Virginia Woolf, Agatha Christie, Muriel Spark, Emily Bronte), pero como miembro de la comunidad literaria irlandesa a la que me siento orgullosa de pertenecer, es tan rica y vibrante que justo ahora diría que siento más afinidad con la escritura irlandesa y a menudo me presento más como escritora irlandesa aunque como ciudadana norirlandesa insisto en el derecho a simultanear distintas identidades –británica, irlandesa, norirlandesa, europea–. Me gusta ser muchas cosas a la vez.
–Algunos de sus personajes masculinos tienen que afrontar la paternidad. ¿Es la experiencia definitiva de un ser humano?
–No. No es tanto un a novela sobre la paternidad como del legado. La pregunta que lo sobrevuela es ¿qué de nosotros legamos a nuestros hijos? Básicamente es el viejo dilema de si la personalidad se educa o se hereda. Podría ser sencillamente una historia de maternidad o de lo que los adultos dejamos a la siguiente generación. Estoy interesada en este tema en el contexto de Irlanda del Norte donde muchos jóvenes sienten el legado de un conflicto del que ni fueron testigos. Parece que han heredado muchas de las consecuencias del conflicto como las enfermedades mentales, el sectarismo y la intimidación, los problemas económicos aunque ellos no habían nacido cuando se desarrollaron.
–Es usted realista en sus descripciones, en sus diálogos, y de repente, aparece la mitología; una sirena, la asociación de los niños desdichados... ¿Podemos ignorar ese pensamiento mágico, fuera de la razón?
–Soy una realista mágica, particularmente influida por escritores como Gabriel García Márquez, Günter Grass y Salman Rushdie que han utilizado episodios extraños y sobrenaturales en su obra para explorar temas sociopolíticos en sus países de origen. Los elementos sobrenaturales de mi escritura existen a menudo como una prolongación de metáforas para iluminar algún aspecto de la cultura, la historia o la política norirlandesa. Quiero que mis lectores despierten y presten especial atención a estas ideas, pensando lo que pueden significar y cómo esa interpretación resuena desde su perspectiva política y su cosmovisión.
–Publicó en enero su séptimo libro, 'The Raptures' ¿de qué va?
–'The Raptures' (Los extasiados) se sitúa en un pueblo protestante imaginario en Ballylack, en el condado de Antrim durante el verano de 1993. Una enfermedad extraña comienza a afectar a los niños de primaria y al acabar el curso uno tras otro caen enfermos y mueren. Hannah Adger, de 11 años, es la única que sobrevive. La novela se centra en ella y su carismática y cristiana familia mientras intentan adaptarse al estallido del brote e investigar qué o quién es la causa.
–En su lista de libros leídos en 2021 hay un solo nombre español, Virginia Feito, que escribe en inglés. ¿Hay algún otro autor español que le guste?
–Como la realista mágica que soy siempre he sentido devoción por los latinoamericanos. García Márquez es uno de mis favoritos y entre los coetáneos, las argentinas Mariana Enríquez y Samanta Schweblin.