
Óxidos del vivir contemporáneo, en Alexandra Badea
AL PIE DE LA LETRA ·
Aborda en 'Pulverizados' la impostura como rasgo de una nueva civilización mundial de todo punto contradictoria con los verdaderos anhelos del ser humanoSecciones
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AL PIE DE LA LETRA ·
Aborda en 'Pulverizados' la impostura como rasgo de una nueva civilización mundial de todo punto contradictoria con los verdaderos anhelos del ser humanoSe puede leer, si se quiere, como un libro de poemas. O también, si se prefiere, se puede representar sobre las tablas de un teatro, ... como ya se ha hecho en unas cuantas ciudades de Europa. También, y en todo caso, nos serviría perfectamente como un ensayo, poetizado y dramatizado, sobre la desazón de la vida en los tiempos de la dictadura del mercado mundial.
'Pulverizados' Alexandra Badea. Demipage. 128 páginas.
'Pulverizados', de Alexandra Badea (Bucarest, 1980), ganó en 2013 el Grand Prix de Litératture Dramatique del Centro Nacional de Teatro de Francia, y ahora se publica en español de la mano de Demipage. Un paso más desde que en 2023 la Academia Francesa le concediera a la dramaturga, escritora y directora de escena establecida en París desde hace veinte años, el Grand Prix du Théatre, por el conjunto de su obra teatral. Con toda la fuerza de esos grandes textos dramáticos que en la historia (de Ibsen a Bertolt Brecht pasando por Federico García Lorca) han hecho brillar la poesía en su máximo nivel de intensidad. Con esa capacidad de la poesía de penetrar, a través del lenguaje, en las últimas cavernas de la condición humana; y del teatro de ponerlo en escena, como espejo frente a la sociedad. Una sociedad que en esta obra se refleja de manera pasmosa con la actualización de aquel mundo onírico y deslocalizado que anticipó Sofia Coppola hace veinte años en su película 'Lost in translation', y que ahora Badea generaliza para mostrarnos hasta que punto 'los engranajes del sistema económico mundial' convierten hoy al ser humano en mercancía.
En este caso no son dos letras sueltas en el delirante mundo de la publicidad, como lo eran los personajes de Bill Murray y Scarlett Johansson en la película de Coppola, sino cuatro piezas aisladas del desasosegante y deshumanizado universo del comercio mundial: un responsable de subcontratación en Lyon, una operaria de fábrica en Shanghái, un supervisor de centro de llamadas en Dakar y una ingeniera de diseño en Bucarest. Cuatro muestras del sistema en apariencia distintas, pero marcadas todas ellas por los mismos estigmas de la globalización: la soledad, la alienación, la desazón y el vacío existencial. En cualquier caso, la necesidad de desconectar de una sociedad hiperconectada. La impostura como rasgo distintivo de una nueva civilización mundial de todo punto contradictoria con los verdaderos anhelos del ser humano, y que en su aparente perfección empieza a dar muestras inequívocas de oxidación, de agotamiento. De inconsistencia del presente tras la escisión con el peso del pasado, sin haber asegurado antes el enlace con el futuro. O dicho con las palabras de la poeta: 'Has dejado atrás el miedo, has perdido toda esperanza. / Te vacías de sentido. / Te llenas de óxido'.
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