«La novela negra es el futuro, si Galdós escribiera hoy se dedicaría a ella»
Carme Riera, escritora
Victoria M. Niño
Miércoles, 26 de noviembre 2014, 09:13
Catedrática de Literatura Española en la Autónoma de Barcelona, ha analizado la obra de otros, ha creado la suya propia y desde hace un año tiene asiento en la Real Academia Española. Carme Riera (Palma de Mallorca, 1948) atesora buena parte de los galardones literarios nacionales y los correspondientes a la literatura catalana. Ha probado su pluma en casi todos los géneros, desde la novela histórica, En el último azul (Premio Nacional), a la negra (Con ojos americanos), pasando por el ensayo, que también le valió el Anagrama. Es la directora de la cátedra José Agustín Goytisolo.
¿Por qué todos queremos ser Sherezade?
En el sentido de que todos queremos no morir, contar pero no morir. Creo que es lo que a la gente le gustaría. Nadie se quiere morir, por eso deseamos seguir contando y cantando. Y eso hacemos los novelistas hasta el punto de que incluso cuando escribes una obra, te dices, no me puedo morir tengo que terminarla.
Tiempo de inocencia es su última aventura literaria memorialística. ¿Hay que llegar a cierta edad para escribir de uno mismo?
Más que memorias son estampas, pequeños relatos que tratan de la infancia. Cuando eres pequeño no puedes escribir sobre lo que te sucede, la perspectiva es importante y llega cuando eres madura, como yo. Ahora es cuando puedes tener la capacidad suficiente para distanciarte y enfocar tu pasado, verlo mejor. Intentaba fijar la vida, pero mi vida ya no es mi vida. No soy la niña que fui, ningún adulto somos los niños que fuimos, somos otros ya. Por eso tenía una sensación rara cuando trataba de plasmar emociones, como si hablara de otra persona. Tienes que matar a la niña para ser tú ahora. Parece complicado pero es así, te sientes perpleja al recordar tu primer llanto, la primera pataleta, la emoción al hablar de un regalo de Reyes y me preguntaba ¿sentiría lo mismo ahora? No, porque eres distinta.
¿Ha ido cambiando de género por curiosidad, porque lo que tenía que contar demanda otra forma?
Me gusta probar diferentes géneros. Trabajé sobre la novela histórica, luego me interesó la novela negra y después las estampas. En esta última el reto era intentar plasmar en una página la emoción de algo tan sencillo como el recuero de un surtido o una fotografía. Soy una gran fan de un escritor olvidado, Gabriel Miró, que en El humo dormido trataba de hacer eso. Siguiendo su ejemplo me apetecía trazar la infancia a través de estampas pequeñas de emociones descritas para emocionar a otros.
Ahora revive Galdós ¿Cambia la forma de leer, la historia de la literatura está sometida a modas?
La manera de leer tiene que ver con eso. Decía Azorín que un clásico es aquel que alude a lo moderno, y que lo moderno es lo efímero de cada día. La manera de leer a Galdós no es la misma que la que tuvieron los del 27 o los del 98. Benito el garbancero le llamaba Valle-Inclán. Me alegra ese renovado interés de ahora por reivindicarle porque le admiro mucho. Pero claro que hay modas en cada momento.
¿También le tocó la moda de la novela negra?
Creía que debía dar lo mejor de mí y no podía repetir el esquema con el que ya había trabajado. Me divierte probar géneros que no son los míos, por eso lo intenté con la novela negra. Me costó mucho, también me pasó con el humor en Con ojos americanos. Me gusta el reto.
¿Por qué gusta tanto ahora la novela negra?
Porque es Galdós con rasgos criminales. Lo que trata no es solo un caso de investigación policíaca, hay detrás una crítica social profunda e intensa y se trata de subvertir unas componendas que no nos gustan. Es la novela del futuro. Galdós hoy escribiría novela negra. Desmontar la corrupción actual es realmente apasionante para un novelista. El Premio Nacional de Novela de este año, En la orilla, va de eso. Estuve en ese jurado.
Con La Escuela de Barcelona: Barral, Gil de Biedma, Goytisolo, el núcleo poético de la generación de los cincuenta, premio Anagrama, demostró que el ensayo académico no tiene por qué ser ilegible ¿Por qué está tan lejos la literatura académica del lector común?
No lo sé. Quizá en este caso, el interés por acercar a mis poetas, los de los cincuenta, al público ayudó. Me parece importante librar al ensayo del corsé académico para que lo lean como esos poetas querían ser leídos, por el público más amplio posible. También puede ayudar el hecho de que yo escriba ficción.
'En el último azul afirma que el mallorquín es un catalán «suavizado». ¿Escribe siempre en su lengua materna?
Sí, mi lengua es el catalán suave de las islas. Escribo en catalán pero también en castellano, me traduzco. Hago las dos versiones página por página. Así me corrijo, ser mi traductora me ayuda. Una lengua te da una visión distinta de la otra, así es más fácil detectar errores. Las páginas deben sonar bien, tienen que ser música en la medida de lo posible y las dos lenguas ayudan.
¿Cómo vive una mallorquina el momento de Cataluña actual?
Lo vivo mal, para serle sincera.Escribo en La Vanguardia cada quince días y cuento los problemas que veo. Tenemos problemas serios. A veces las reivindicaciones independentistas esconden carencias sociales, me parece injusto.
Docente durante toda su vida ¿es frustrante que la educación nunca llegue a importar lo suficiente como para ser cuestión de estado?
El gran drama de la nación es precisamente no haberse puesto de acuerdo los políticos en la educación. Es una carencia terrible y la estamos padeciendo. Cada vez lo veo con tintes más negros y negativos, es una aberración la dejación de la educación.
Lleva casi un año en la RAE. ¿Abordan solo cuestiones de uso?
En la Academia se abordan cuestiones de la lengua relacionadas con el uso más que con la norma.Me gustaría que se hablara de normativa y se intentara dictar norma, pero los diccionarios son de uso. Como dijo Víctor García de la Concha, con quien estoy de acuerdo, no es política.
¿Qué le parece la ampliación del diccionario al mundo hispánico?
La apertura de la Academia al otro del Atlántico me parece magnífica, el hecho de que se encuentre con las academias hermanas me parece muy bien. Me gusta mucho el nuevo diccionario, cuando busco una palabra y veo el uso que se hace de ella en México o Puerto Rico, es un patrimonio de tantos hablantes...
Ha dedicado algunos trabajos a la situación de la mujer. Son cuatro académicas ahora ¿cambiará algo en la institución?
Se cambia primero en calle y luego eso llega al diccionario, que es muy sensible a los usos. Lo que cambia en la calle, cambiará su reflejo en el diccionario, así que cuando la situación de las mujeres mejore, será así recogido por la RAE. Siempre digo que solo somos un 20% de catedráticas en la universidad española. Cuando alcancemos la paridad, cuando la realidad sea distinta, se reflejará en el diccionario.
¿En que trabaja?
Acabo de terminar un encarg sobre la voz de la Sirenita de Andersen. Saldrá en Random House en marzo.