Teatro Corsario homenajea hoy a Santa Teresa en Olmedo Clásico

Los espectadores estaban deseosos de disfrutar el año pasado de uno de los homenajes teatrales a Santa Teresa de Jesús en el quinto centenario de su nacimiento, pero la lluvia dio al traste con todos los preparativos para una función con el cartel de lleno y con la ilusión truncada del público por ver uno de los montajes más esperados de la décima edición de Olmedo Clásico: Teresa, miserere gozoso, a cargo de la compañía Teatro Corsario.

La promesa de que esta función volvería a la Corrala se cumple en esta nueva edición del festival y la compañía vallisoletana, muy vinculada con Olmedo Clásico desde sus comienzos, regresa esta noche a la villa del Caballero para representar una obra que no es una biografía de Santa Teresa de Jesús, sino que va más allá, y muestra una visión más íntima de su vida antes de fundar el primer convento descalzo de San José. Con el objetivo de resaltar su optimismo y tenacidad, y esa continua pelea consigo misma en una sociedad misógina y jerarquizada, se presenta a la doctora de la Iglesia Católica «como santa pero además, y principalmente, como mujer», explica Luis Miguel García, director de esta función, quien hace algo más de un año se enfrentaba a este montaje tras una intensa y larga labor de documentación atraído por la peripecia vital de la santa abulense.

La primera escena de la obra, que arranca con mucha fuerza, muestra a Teresa de Cepeda y Ahumada enferma y hablando con su padre. Por cierto, la figura de la mística está más presente y viva que nunca entre los vecinos de Olmedo, ya que hace tan solo unos meses se le rendía homenaje con una placa conmemorativa en la conocida como Casa de los Dávila, residencia de la abuela materna de la santa, también de su madre, y el lugar que visitaba cuando viajaba a la villa.

En el montaje de Corsario, sencillo y didáctico de principio a fin, se advierte ese carácter de Santa Teresa de Jesús, de una mujer luchadora que buscaba una libertad difícil de lograr, pero que no dejaba de intentar salir de ese mundo de hombres en el que las instituciones de su tiempo se apoyaban.

El texto, la música y la iluminación ilustran este descubrimiento vitalista, su lado más humano. En escena estarán cuatro de los actores de la compañía en cuatro representaciones contextualizadas de la época actual. Por un lado, Jesús Peña será inquisidor; Julio Lázaro doblará su papel en la obra siendo padre de Teresa y también su confesor. La actriz Cristina Calleja se convierte en Juana Juárez, amiga de Santa Teresa, y Pilar San José interpreta a la priora María Luna.

«Ha sido una sorpresa la buena respuesta del público», teniendo en cuenta que «para mucha gente hablar de Santa Teresa es hablar solo de algo de la iglesia, sin embargo la gente se ha abierto para conocer este montaje», comenta el actor de Teatro Corsario, contento por todo lo que ha supuesto para la compañía esta función, representada ya en una veintena de teatros y festivales españoles.

Para el equipo ha significado la oportunidad de dar voz y tener como protagonista a una mujer, «algo que no es muy común en el mundo del teatro o del cine». Además, el montaje ha permitido también continuar con la línea marcada en la trayectoria de la compañía «buscando una estética y una forma de hablar que siguiera el espíritu de Fernando Urdiales», explica Luis Miguel García, encantado de tener cerca de nuevo al público de Olmedo Clásico, un festival donde «se nota el buen rollo» y que hay que defender como proyecto, «porque nos pone en el mapa de una gran liga».Teresa, miserere gozoso continuará su gira hasta final de temporada, cuando Teatro Corsario, que lleva más de 30 años poniendo en valor los clásicos, estrene La ínsula Barataria en lo que supondrá su particular homenaje a Cervantes.