Descubren la muralla vaccea de Coca descrita por los historiadores romanos
El hallazgo entraña una gran importancia arqueológica para el municipio segoviano y para toda la región
elena g. castañón
Jueves, 14 de agosto 2014, 10:33
«Poca excavación y mucha reflexión». Este es el principio arqueológico que ha guiado a Juan Francisco Blanco, Profesor Titular de Prehistoria en la Universidad Autónoma de Madrid, para descubrir las murallas de Cauca, una de las ciudades en las que se asentó el pueblo prerromano de los vacceos, correspondiente en la actualidad a la localidad segoviana de Coca.
El hallazgo se vislumbró en la primavera del año pasado, cuando las obras de reforma del graderío del antiguo campo de fútbol municipal, José Antonio Elola, dejaron ver una pared de adobes vacceos. Juan Francisco Blanco reconoció en esta estructura dos características que le hicieron prever que se encontraba ante la muralla vaccea de la que hablaban los historiadores romanos Appiano y Frontino en sus escritos. Por un lado, «la pared tenía una altura cercana al metro y medio, algo poco habitual en las construcciones vacceas que, desde mis excavaciones en los años ochenta y noventa, tenía registradas» explica Blanco y, por otra parte, «estaba situada en el límite meridional de lo que fue Cauca, justo al borde de la línea de cumbre que definía por este flanco la ciudad». Este último dato resulta relevante en tanto en cuanta esta zona era la más vulnerable de la ciudad, ya que los otros dos tercios del perímetro de Cauca se encontraban flanqueados de manera natural por los ríos Eresma y Voltoya, por lo que se trata de una situación lógica para la estructura fortificada. «La muralla está situada donde cabría esperar que estuviese, según las peculiaridades que tiene la topografía de Coca. Esta es la zona más vulnerable militarmente, frente a la cual se situó el ejército de Lúculo y seguramente después el de Pompeyo Magno», afirma Blanco.
Descubrimiento final
Partiendo de estas premisas, el descubrimiento fue constatado definitivamente a mediados del pasado mes de julio, cuando el Ayuntamiento de Coca reinició las obras del campo de fútbol. En esta ocasión, apareció un nuevo tramo de la pared de adobe y Francisco Blanco verificó que se trataba de la muralla vaccea de Cauca. «Fue un momento emocionante. Después de tantos años excavando en Coca, a veces con resultados muy pobres, estaba solo ante las murallas que vieron las destrucciones de Lúculo y Pompeyo», cuenta Blanco, en referencia al ataque a Cauca perpetrado por el cónsul romano Lucio Licinio Lúculo en el año 151 a.C. y a la destrucción provocada en la ciudad por el general Pompeyo Magno en el año 74 a.C., hechos narrados por los autores clásicos Appiano y Frontino y en los que se menciona la existencia de una muralla.
Respecto a las características físicas de la muralla vaccea, Francisco Blanco la describe como «un lienzo murario de 17 metros de longitud que conecta con los restos exhumados en 2013, por lo que la extensión total sería de unos 25 metros aproximadamente que se conservaba hasta prácticamente los dos metros de altura, formado por un basamento de lajas de pizarras y cuarcitas sobre el que se apoyaban las hiladas de adobes». De momento, se desconoce la anchura de la muralla, ya que, según apunta Blanco, en su base penetra bajo los actuales Jardines Municipales, pero el arqueólogo señala que «seguramente no es menor de 5 ó 6 centímetros». «Sería importante conocer este dato para aproximarnos a la altura que pudo haber tenido, quizá entre los 6 y 8 metros», añade.
Son varias las características que han permitido a Francisco Blanco constatar que se trata de la muralla de la antigua ciudad vaccea de Cauca. Además del hecho ya mencionado de la situación específica en la que se encuentra la estructura, los módulos de adobe que la conforman son idénticos a los de las murallas de Pintia, la ciudad vaccea correspondiente a la actual localidad de Padilla de Duero, en el municipio vallisoletano de Peñafiel, descubiertas en 2009 por el arqueólogo Carlos Sanz Mínguez. En tercer lugar, Francisco Blanco apunta que «los muros de las construcciones domésticas de Cauca suelen estar quemados en sus zonas altas debido a que los techumbres de madera y ramajes se quemaban con facilidad», mientras que los adobes de la muralla descubierta no presentan ningún indicio de fuego. Por otra parte, Blanco sostiene que las construcciones vacceas eran de barro y madera. Sin embargo, la estructura de la muralla contiene materiales como la pizarra y la cuarcita, más resistentes y utilizados, por tanto, para construcciones no domésticas. Finalmente, los fragmentos de cerámica en los adobes «son exclusivamente vacceos», explica Blanco, que espera datar estos materiales en una intervención futura.
Joya del Patrimonio
El Patrimonio Histórico de la comunidad de Castilla y León destaca por su riqueza, sumando valor con nuevos descubrimientos como el de la muralla vaccea de Coca. «Hay que dar la enhorabuena a los caucenses, segovianos y castellanos y leoneses porque su Patrimonio Histórico cuenta con una nueva joya», manifiesta Blanco.
Al hilo de la emoción que supone este hallazgo, el arqueólogo Francisco Blanco expresa su deseo de que «las autoridades locales, provinciales y autonómicas aprovechen la ocasión de conservar estas murallas para el disfrute de los caucenses y del voluminoso número de turistas que pasa por Coca cada año, pues con estabilizar el corte, colocar unos contrafuertes en las gradas y un pequeño tejadillo para proteger el paramento de las lluvias sería suficiente». Para ello y dada la envergadura del hallazgo, Blanco no considera que el presupuesto deba suponer un impedimento: «Nunca la miserable cantidad de dinero necesaria rendiría tantos frutos sociales, culturales y económicos a una ancestral comunidad como la nuestra», sentencia el arqueólogo.