Leticia Mingueza Presidenta de ATA Castilla y León

«Necesitamos que la Junta bonifique toda la cuota para quienes inician un negocio»

–Casi el 20% de los trabajadores de Castilla y León son autónomos, frente al 16% nacional. Pero de un tiempo a esta parte, la sangría es bastante mayor en la comunidad que en el conjunto de España. ¿Qué le dicen estos datos?

–Antes de la anterior crisis éramos 200.000 y estamos en 182.000. El último mes ha habido un repunte, pero me temo que coyuntural. Nuestro territorio es muy grande, con mucho ámbito rural y mucho pequeño negocio y eso es determinante. El autónomo rural tiene problemas añadidos, es más complicado y costoso llegar a los servicios. Tenemos que incentivarlos porque el medio rural se está vaciando de población y, cuando el bar o la tienda cierran, el municipio muere un poquito o muere del todo. El autónomo da vida a los pueblos.

–¿Éramos emprendedores y ya no tanto?

–Tenemos un problema con la gente joven. Hablamos mucho del envejecimiento de la población, pero no del de las empresas y los negocios. La gente llega a la jubilación y no hay relevo generacional suficiente. Ha calado la idea de que el emprendimiento es una locura; cuando un joven cuenta en su casa que quiere abrir un negocio se le anima a sacar una oposición o buscar un empleo de asalariado. Me preocupa porque, quizás inconscientemente, le quitamos a los jóvenes el espíritu emprendedor. Los jóvenes son nativos digitales, lo han mamado y son capaces de sacar adelante una buena idea solo con su móvil, sin establecimiento físico y desde cualquier lugar del mundo. Infinidad de negocios de gente joven podrían ser viables, pero se acaban perdiendo. Hay que fomentar esto en colegios, institutos y universidades. Para que haya trabajadores por cuenta ajena tiene que haber empresas y negocios que nazcan del emprendimiento de un autónomo. Una ciudad con el centro lleno de carteles de 'se alquila' también se mueren un poco.

–¿El kit digital tiene aceptación?

–Está funcionando bien; es una ayuda, la llave para arrancar. Igual no llega para digitalizar el negocio por completo, pero es un inicio. El problema es que muchos autónomos creen que estar digitalizado es tener un Facebook o un Instagram. Hacen falta sistemas para monitorizar la mercadería, para gestionar reservas, o contabilizar existencias... El negocio no digitalizado que compite con otro que sí lo está tiene un gran problema. Hay quien sigue llevando el negocio con lápiz y libreta. Pasa lo mismo con la economía verde. No es solo algo que tenga que ver con el medio ambiente, puede ayudar a reducir costes. Por ejemplo, tener la iluminación led.

–¿Son los costes el principal problema que tienen a día de hoy?

–La subida de todo desde la guerra de Ucrania, que ya empezó con el covid. Hay muchos que han tenido que subir precios por la subida de costes, pero también quienes lo han asumido en los márgenes de beneficios. Y eso no se puede mantener indefinidamente porque un negocio se monta para ganar dinero, no es una ONG.

–¿Es capaz de hacerme un repaso más detallado de las actividades que van mejor y peor?

–Comercio y hostelería han sufrido mucho. La industria también. Van mejor las actividades inmobiliarias, el tema sanitario y las actividades educativas. Pero insistiría en que el comercio no puede resignarse sino que debe apostar por nuevas fórmulas, una mayor personalización. Sin comercio decaen muchas otras actividades, sobre todo turísticas. Tenemos que impulsarlo, también por la vía de la digitalización.

–¿Se sienten discriminados por la Administración con respecto a los trabajadores por cuenta ajena?

–Se ha avanzado mucho, pero hay camino por delante. Nos enfrentamos a muchísimas trabas administrativas. El autónomo no puede ponerse malo. Si cierras por enfermedad, los clientes no se quedan esperándote. O en la maternidad: hay que facilitar más la contratación no tras dar a luz, sino antes para que puedas formar a esa persona. La inmensidad de normas que salen cada día en el BOE... El autónomo es el hombre o mujer orquesta en su negocio, no puede estar luego pendiente de las 400 hojas diarias que se publican de normativa en nuestro país. Hay que facilitar más la vida a los emprendedores porque si les va bien, le va bien a toda la sociedad. Por ejemplo, a la hora de tener que justificar las pérdidas ante un cese de actividad.

–La última reunión de la Mesa del Autónomo, de la Junta con las asociaciones, fue en mayo de 2021. ¿Cómo están las relaciones con la consejería?

–Mantenemos reuniones. Es cierto que la Mesa ha desaparecido, pero llevamos tiempo intentando crear el Consejo del Trabajo Autónomo, con más consejerías. Tenemos contactos con la Junta y estamos intentando que salga adelante una tarifa plana cero para facilitar los comienzos durante un tiempo determinado, tres, seis meses o los que sean. Ahora hay una de 80 euros el primer año, prorrogable a otro, y es insuficiente. La Junta hace convocatorias anuales y le pedimos que la de 2023 incluya esta bonificación total de la cuota, que es algo que ya tienen en Murcia, Andalucía o Madrid. Creo que la voluntad de la Junta es intentar sacarlo adelante.