Mañueco mantiene el plan pese al adelanto electoral en Extremadura
La Junta registra de nuevo el proyecto de ley de presupuestos y ahora empieza la carrera para intentar aprobarlos antes de que concluya la legislatura
El plan de Alfonso Fernández Mañueco sigue impertérrito. Suceda lo que suceda, solo puede haber un hecho que desencadene el adelanto electoral en Castilla ... y León. El mismo presidente autonómico lo ha expresado así en infinidad de ocasiones: si Pedro Sánchez convoca elecciones, Mañueco pulsaría el botón electoral. No hay ninguna otra circunstancia capaz de alterar ese plan que se mantuvo, incluso, después de la ruptura del pacto de gobierno con Vox. Ni unos presupuestos prorrogados, que supondrían seguir con los de 2024, la misma situación que ha llevado a María Guardiola a convocar en Extremadura; ni el globo sonda lanzado por Génova de celebrar un superdomingo electoral con Castilla y León, Extremadura y Aragón.
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El anuncio de la presidenta extremeña levantó suspicacias por ese motivo. ¿Se sumarían Castilla y León y Aragón a ese movimiento? El propio Mañueco ha ratificado este martes por la mañana su postura inicial. «Acabamos de aprobar el techo de gasto en las Cortes, hemos remitido el proyecto de presupuestos y esperemos que haya un debate sereno, sosegado. Pido a los grupos políticos altura de miras, que dejen el interés electoral que ya asoma el año que viene, y que pensemos en las personas de Castilla y León«, decía esta mañana.
Es decir, nada de elecciones de momento. Públicamente, claro. Porque el PP de Castilla y León, con la presentación de ese bus publictario con el que da por inaugurada la precampaña, lleva tiempo activado en modo preelectoral. La mejor campaña son los presupuestos. Las inversiones y ayudas prometidas y, enfrente, la postura que adopten los rivales políticos, PSOE y Vox.
«No queremos vincular la aprobación de los presupuestos con el ritmo electoral», decía Mañueco. No le hace falta. Ocurra lo que ocurra con las cuentas, el 19 de enero se convocarán las elecciones para poder votar el 15 de marzo. Es la fecha límite. Y la tramitación parlamentaria de las cuentas llevará casi hasta ese momento definitivo. No es una situación, por tanto, similar a la de Guardiola, que ya tenía garantizado el bloqueo presupuestario y había advertido: si no había presupuestos, elecciones.
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Otra cuestión es cómo puefe afectar este movimiento al tablero de ajedrez común. Porque Castilla y León iba a ser el primer lugar en celebrar elecciones en este nuevo ciclo, después de que las europeas de 2024 pusieran el colofón a un 'continuum' de citas con las urnas. Ahora el resultado de Extremadura se colará por medio y servirá como encuesta real. No solo eso. En función de lo que suceda, los pactos de Gobierno y las posibles coaliciones se sabrán antes de acabar enero, justo después de que se convoquen las urnas en Castilla y León. La sesión constitutiva de la Asamblea de Extremadura debe celebrarse «en una fecha no posterior a treinta días desde el día de las elecciones», dice el reglamento del parlamento extremeño.
Es decir. Si hay un acuerdo PP-Vox, o una negociación, los dos partidos en Castilla y León sabrán dónde se fijan las líneas rojas, qué pide cada cual, en qué punto de partida están las fuerzas al margen de las encuestas...
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Aquí, por de pronto, la Junta ha registrado este mismo martes el proyecto de ley de presupuestos, ya incluido el capítulo 20 de las Cortes, con el techo de gasto aprobado y, eso sí, sin la ley de medidas financieras, administrativas y tributarias. Empieza la siguiente fase. La Mesa de las Cortes y la Junta de Portavoces se reunirán y definirán el calendario para su aprobación. Un calendario que va muy justo de tiempo. La letrada mayor, Laura Seseña, explicaba a los miembros de la Mesa la semana pasada que podía dar tiempo a celebrar todas las comparecencias de consejeros, las enmiendas, el debate de enmiendas a la totalidad... Por los pelos, pero podría ser.
La precampaña, por tanto, se trasladará a las Cortes. El PP quiere utilizar las inversiones y ayudas prometidas para hacer valer su gestión. Con una máxima que lo sobrevuela todo y que Mañueco remacha en cada intervención en el parlamento: que Vox dejó el Gobierno. Vox ya votó en contra del techo gasto propuesto por la Junta y es seguro que introducirá enmiendas en aquellos capítulos que considera ideológicos, como las ayudas a sindicatos y patronal o a la cooperación y el desarrollo. La mayor incógnita está en saber qué hará el PSOE de Carlos Martínez. En la votación del techo de gasto se abstuvo, igual que hizo un año antes bajo el mando de Luis Tudanca. «Mano tendida» es una expresión que han pronunciado tanto Mañueco como Martínez. Pero la mano tendida es más complicada cuando las elecciones están a la vuelta de la esquina y por medio se incrusta una campaña extremeña que sevirá como preámbulo.
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