El descontrol de los contagios aboca a la hostelería a recurrir a los ERTE
«El problema actual supera al de las bajas por los contagios, es ya de facturación, hay una baja tremenda, nos llaman para volver a tramitarlos», indica Jaime Fernández, presidente la Asociación Provincial de Hostelería de Valladolid
La marea creciente de contagios de las últimas semanas (con nuevo récord regional ayer de 8.647 diagnósticos en una jornada) tensiona las plantillas ... de empresas y negocios, porque tiene su traslación en bajas laborales para cumplir aislamientos y cuarentenas, especialmente en actividades de cara al público como el comercio y la hostelería.
Estos sectores, muy castigados durante toda la pandemia, acusan el impacto de positivos y contactos estrechos entre su personal, pero suman otro mal alimentado por el miedo al contagio que es el descenso de clientela. Muchos de los habituales que se tomaban el café de media mañana han dejado de hacerlo. «Es casi psicosis», precisa Jaime Fernández, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid.
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Y con ese enfriamiento de la actividad hostelera retorna la opción de los expedientes de regulación de empleo «El problema actual supera al de personal, es ya de facturación, hay una bajada tremenda. Hay miedo entre la ciudadanía, con cancelaciones de comidas navideñas y mesas vacías. La gente no entra en interiores», describe Jaime Fernández. El responsable de los hosteleros vallisoletanos destaca que la asociación empieza a atender consultas «para volver a tramitar los ERTE y eso es porque no hay trabajo. Lo nuestro es una cadena, detrás de nosotros está la distribución». De ese sector es Discalesa. Ricardo Fernández, su gerente, confía en que esta situación sea «temporal» y pase en un par de semanas. «Nos ha pillado en el peor momento. El consumo de diciembre no es el de enero o febrero», precisa.
Desde la Junta aseguran que a la Dirección general de Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales de la Junta, en este momento, no han llegado solicitudes nuevos expedientes de regulaciones de empleo, pero hay 90 empresas que dejaron en situación de prórroga que vivieron en anteriores etapas y pueden reactivar sus ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción (ETOP) si lo consideran preciso. El resto debería iniciar todos los trámites. Y hay 2.366 empresas que tienen prorrogado un ERTE por causa de fuerza mayor, que son los que mayoritariamente se solicitaron por covid.
«El explosivo incremento de contagios ha dado lugar a un incremento desconocido de bajas laborales resultando una preocupación más a sumar a las que nuestro tejido empresarial viene soportando desde el inicio de la actual situación pandémica», explica Juan Ignacio Dénchez, director de Relaciones Laborales de CEOE Castilla y León. Este directivo de la patronal autonómica señala que el impacto en las empresas es mayor en las pequeñas. «Las grandes pueden tener una mayor capacidad de respuesta frente al incremento de las bajas laborales al contar con mayores recursos, las medianas y, especialmente las pequeñas, resultan muy afectadas, dado que su limitada plantilla puede hacer que en momentos concretos resulte comprometida la propia continuidad de la actividad empresarial», remarca Dénchez.
El grupo de El Corte Inglés cuenta con 1.600 empleados en la comunidad. «No somos una excepción, nos está afectando, pero en este momento nos podemos organizar, no afecta al servicio ni hay demoras», explica su director de Comunicación y Relaciones Institucionales para Castilla y León y Cantabria, José Antonio Lobato.
Domiciano Curiel, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Castilla y León corrobora tanto lo que apunta el experto en Relaciones Laborales, como lo que trasladaba el presidente de los hosteleros de Valladolid. Gestiona dos comercios y son una plantilla de tres personas. Pasó la covid hace un año y tuvo el negocio cerrado 12 días. «Ahora coincide esa situación de bajas con un descenso del consumo, que está flojo, flojo. Volvemos a sufrir más los mismos: la hostelería, comercio y gimnasios», remarca Curiel.
Parte de esos contagios se han detectado a través de test de antígenos autoadministrados. «Es a partir de este momento cuando surgen los problemas. Conseguir una cita con el centro de salud en muy difícil. Puede demorarse de 3 a 4 días, por lo que tramitar la baja a tiempo es misión imposible», explica María Fe Muñiz Queipo, secretaria de Salud Laboral de UGT Castilla y León. El sindicato atiende a diario llamadas de trabajadores que son presa del «desconcierto de no poder gestionar el parte de baja a tiempo».
La dirigente sindical alerta sobre la situación de trabajadores vacunados con niños positivos. «No tienen que guardar cuarentena y deben ir a trabajar. Esos genera incertidumbre, no saben si se han contagiado o no. Además, en muchos casos aguardan impacientes una llamada de unos rastreadores que muchas veces no llega. La sensación es de descontrol generalizado porque la gente necesita que le confirmen su cuadro clínico y le den una baja laboral», detalla.
Esa explosión de contagios atasca los centros de salud. Las bajas son una carga administrativa más, pese a que se ha simplificado, que se suma a los trámites de registro de diagnósticos y, este 'papeleo' se sobrepone a la labor asistencial, reconoce José Luis Almudí, Presidente del Consejo de Médicos de Valladolid.
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