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Un gorrión roba sobras abandonadas en un plato.

Uno de cada tres alimentos acaba en la basura en navidades

La FAO alerta de que los hogares ya suponen casi la mitad del desperdicio y el Ministerio de Agricultura apunta un incremento del 9% del mismo en 2018

El Norte

Valladolid

Miércoles, 1 de enero 2020, 09:26

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Uno de cada tres alimentos acaba en la basura, según datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO). La institución ha señalado que los hogares causan un 42% del desperdicio de alimentos en su informe 'The state of food and agriculture 2019'. En España, esta tendencia no arroja tampoco datos positivos: según un estudio reciente del Ministerio de Agricultura, el desperdicio en el país creció un 8,9 % en 2018.

Para combatir este problema, una de las medidas recomendadas por la aplicación 'Too Good To Go' -que sirve para comprar de forma más económica en los comercios la comida excedente y en buenas condiciones- es planificar la compra. Calcular el número de comensales, tratar de ajustar las cantidades... Útiles consejos para reinventar las sobras que se dejan estos días en las mesas familiares y empezar el año con un consumo más responsable.

«En Navidad se calcula que el gasto de los hogares españoles se eleva hasta un 20 % respecto a un mes normal, y la partida de alimentación es la que más crece, llegando en ocasiones a triplicarse», explica Oriol Reull, director en España de Too Good To Go (significa 'Demasiado bueno para tirarlo' en inglés).

Ese mayor gasto en alimentos deriva en un mayor volumen de desperdicios, subraya Reull, quien lamenta que estas fiestas sirvan «como excusa» para tirar comida, cuando deberían aprovecharse para «concienciarnos» aún más y consumir de manera más responsable.

Una postura que comparte la secretaria general de Facua Madrid, Ángeles Caballero, que censura que no exista una pauta entre los consumidores y los comercios para dejar de desperdiciar la comida, y cree que es una cuestión que «debería estar regulada», como ocurre en Francia. Este país se convirtió en 2016 en el primero del mundo en prohibir a los supermercados tirar o destruir alimentos que no llegan a vender, y en obligar por ley a donarlos a organizaciones benéficas y bancos de alimentos.

«Es una ley bastante modélica, se trata de adoptar medidas para que no se destruyan los alimentos que tienen una vida más larga y que se podrían canalizar a comedores sociales y a bancos de alimentos para darles una segunda vida», sostiene Caballero.

Consecuencias sociales y ecológicas

Las consecuencias sociales son las más visibles, ya que en España más de dos millones de personas se alimentan en comedores sociales, muchos de ellos menores, según datos del Ministerio de Agricultura.

También hay consecuencias medioambientales, como el desperdicio de agua que se utiliza para la producción de alimentos, unos 130 litros de agua por persona y día, es decir, una bañera grande llena de agua diariamente, según un informe de 2018 de la Universidad Politécnica de Madrid sobre hábitos de consumo.

«Una hamburguesa que se desperdicia equivale a unas 16 bañeras llenas de agua», apuntan desde la aplicación 'Too Good To Go'.

Los datos económicos también indican que no es rentable desperdiciar comida, ya que según la FAO, tiramos a la basura 250 euros de alimentos al año por persona, es decir, unos 1.000 euros anuales en un hogar en el que vivan cuatro personas.

Medidas contra el desperdicio

Para la secretaria general de la asociación de consumidores Facua Madrid «hay muchos ejemplos» de medidas para no desperdiciar comida, como poner a la venta la que sobra en los supermercados o la que está próxima a caducar «con un precio rebajado», pero Caballero hace hincapié en el «impulso por parte de las autoridades públicas».

«Si se destruyen miles de toneladas de comida al año y hay familias con necesidad, las autoridades podrían hacer algo para solucionar ambas realidades, y que así no haya excedentes a la vez que se atiende a una necesidad social», sugiere.

A nivel corporativo también se pueden dar pasos, como ya ha hecho recientemente la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), firmando un acuerdo con 'Too Good To Go' para recibir paquetes sorpresa con excedentes de productos frescos de alta calidad que, de otra forma, acabarían desechándose.

Reull también propone organizar la nevera y la despensa para saber qué productos se tienen que consumir a tiempo, usar recetas para así no equivocarse en la elaboración y no tirar comida, o ajustar las raciones, porque «siempre es mejor dar la opción a repetir que poner comida de más en el plato y que luego acabe en la basura».

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