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Comer en el colegio: más verdura y menos frituras

La nutrición de los escolares tiene como objetivo conseguir un crecimiento y desarrollo adecuados, evitar las deficiencias nutricionales y prevenir enfermedades que se puedan desarrollar en el adulto

María José Castro

Valladolid

Miércoles, 9 de octubre 2019, 07:16

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La alimentación es un acto voluntario, consciente y educable, por ello, es especialmente importante crear hábitos saludables y es en la etapa escolar cuando se instauran la mayoría de los hábitos alimentarios y de estilo de vida saludable. Los escolares aprenden por repetición y este aprendizaje es una responsabilidad principalmente de los padres y también de los centros educativos a través del comedor escolar, dado que cada vez es mayor el número de niños usuarios del comedor escolar.

Se consideran preescolares y escolares desde los tres hasta los 12 años. Durante esta etapa el crecimiento es más estable 5-7 centímetros/año y un aumento de peso de unos 2,5-3,5 kilos/año.

Los menús servidos en los comedores escolares deben ser equilibrados y variados y garantizar los aportes nutricionales necesarios para estas edades, teniendo en cuenta que el menú del comedor debe representar un 30-35% del aporte de la energía necesaria para todo el día.

El menú escolar debe cumplir entre otras las siguientes pautas nutricionales:

En cuanto a las necesidades nutricionales:

- Aporte energético del menú adecuado a las necesidades calóricas diarias

- Aporte a las ingestas recomendadas vitaminas y minerales

- Adecuación a las necesidades según edad y sexo

En cuanto composición y variedad de los menús:

- Frecuencia de los distintos grupos de alimentos

- Variedad de alimentos de cada grupo

- Procesos culinarios saludables

- Fomento de la gastronomía, variedad de recetas

- Garantizar la higiene y seguridad alimentaria, es decir, que los menús sean sanos y seguros aspecto prioritario en la restauración colectiva para evitar cualquier riesgo de toxiinfecciones alimentarias o contaminaciones.

Un menú saludable debe incluir, como base del primer plato o como guarnición del segundo, algún alimento entre verduras y hortalizas, patatas, pasta, arroz, legumbres, etc. El segundo plato, alternando carne, pescados y huevos, que irá acompañado de una de las guarniciones mencionadas. El postre será una pieza de fruta y, como complemento, se podrá incluir un lácteo. La fruta fresca no debe ser sustituida por zumos envasados. La comida irá acompañada de pan y agua.

Se deben diseñar los menús teniendo en cuenta los gustos y preferencias alimentarias de la población a la que van dirigidos para que éstos sean aceptados. Se debe controlar el tamaño de las raciones y los ingredientes dentro del plato para que se pueda consumir la totalidad del menú y no se quede exclusivamente en el consumo de aquello que gusta o se produzca gran desperdicio alimentario. Fomentar el consumo de pescado, ensaladas, verdura, legumbre y fruta fresca. Y, a su vez, disminuir el consumo de frituras.

A partir del menú que proporcionan en el colegio, la familia debe planificar el menú para las meriendas y cenas.

Otro aspecto al que también hay que prestar atención es el almuerzo de los escolares que se realiza en el centro docente. Hay que buscar opciones saludables que deben ser reforzadas en el ámbito escolar y no limitarse a la bollería, snacks, etc; es decir, productos de alto valor energético, poco saludables y con escaso valor nutricional; y se deben aplicar las mismas recomendaciones que en el resto de las ingestas del día, es decir, los almuerzos deber ser variados y saludables.

Algunas opciones en función del apetito y las necesidades pueden ser: bocadillo que no sea siempre fiambre, por ejemplo: atún + huevo + lechuga; salmón + lechuga + aguacate; tortilla francesa; tomate + queso fresco, etc. Lácteo: leche, o yogur con frutos secos o batido con fruta casero. Una pieza de fruta.

Recomendaciones nutricionales para escolares:

  1. 1

Realizar cinco comidas al día con el fin de que no transcurra mucho tiempo entre ingestas, sin olvidarse de la importancia del desayuno, que debe ser variado e incluir alimentos del grupo de los lácteos y de las frutas y farináceos.

  1. 2

Planificar una dieta variada donde se priorice más la calidad de los alimentos y no tanto la cantidad.

  1. 3

Controlar el aporte de sal, no tener el salero en la mesa y evitar alimentos procesados y aperitivos que contienen grandes cantidades.

  1. 4

Disminuir el consumo de alimentos refinados y escoger preferentemente cereales integrales para mejorar el aporte de fibra.

  1. 5

Prestar atención a la sensación de saciedad. No debe quedarse con hambre, pero tampoco demasiado llenos. No forzar.

  1. 6

Asegurar un aporte adecuado de lácteos suficiente para cubrir las necesidades de calcio.

  1. 7

Evitar alimentos procesados como bollería industrial, dulces, golosinas y fomentar el consumo de frutas y frutos secos. El consumo de dulces y procesados debe ser algo esporádico y ocasional, para ello es importante eliminar las tentaciones en casa y tener al alcance alimentos más saludables.

  1. 8

El agua debe ser la bebida habitual y el consumo de refrescos azucarados y de zumos solo para ocasiones especiales.

  1. 9

La comida debe hacerse en un ambiente relajado en familia, sin distracciones evitando la televisión y los teléfonos móviles, etc.

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