Las condiciones pactadas entre PP y Ciudadanos en Castilla y León otorgan relevancia a Vox
El apoyo del partido de Abascal resulta decisivo para que Cs gobierne en Burgos y Palencia
Las peticiones de Ciudadanos al PP para que Alfonso Fernández Mañueco presida la Junta de Castilla y León han otorgado protagonismo a Vox, una fuerza ... que hasta el momento no entraba en ningún tablero de negociación que ahora resultará determinante para saber si el preacuerdo alcanzado entre las dos formaciones en la comunidad puede cumplirse en todos sus términos.
La dirección nacional de Ciudadanos decidió comunicar a última hora del miércoles a los medios de Madrid que ya existía un principio con el PP para formar un gobierno de coalición en la Junta de Castilla y León, después de que los populares aceptasen ceder las alcaldías de Burgos y Palencia, así como las diputaciones burgalesa y segoviana. El inesperado anuncio sorprendió al partido naranja en la región porque los términos del acuerdo alcanzado por las direcciones nacionales incluían a Vox en la ecuación, un partido con el que no se contaba. El apoyo de la formación que preside Santiago Abascal resulta necesario para obtener la mayoría absoluta en los ayuntamientos de Burgos y Palencia, los dos incluidos en el acuerdo. Sin mayorías absolutas, gobernaría la lista más votada, que en ambos casos es el PSOE.
Esta circunstancia ha otorgado una baza inesperada a Francisco Igea, líder regional de Ciudadanos, al que la dirección nacional de su partido ha impuesto el trágala de la negociación y posterior preacuerdo con el PP de Fernández Mañueco, cuando él era partidario de explorar también la vía de la regeneración con el PSOE de Luis Tudanca. Igea está pagando su desafío exitoso a la decisión de Albert Rivera de que Silvia Clemente fuese la candidata de Ciudadanos a la Junta y la dirección nacional se cobra ahora sus deudas, dentro de un complejo pacto con el PP a escala nacional, en una estrategia que crea muchas dudas en las más facciones más liberales y centristas del partido.
Francisco Igea mantiene un silencio que cada día es más estruendoso a la espera de que el sábado queden constituidos los ayuntamientos y se compruebe si Ciudadanos dispone finalmente de las alcaldías pactadas con el PP. Ese silencio puede interpretarse también como una muestra de prudencia en un proceso que aún puede ofrecer nuevos giros. En el seno del partido naranja hay expectación por ver la reacción final de Vox, que ayer ya lanzó avisos claros. Sonia Lalanda, la concejala de esta formación en el Ayuntamiento de Palencia, pidió a Ciudadanos una negociación si quiere hacerse con la alcaldía. En el caso contrario, «la próxima alcaldesa de Palencia será la socialista Miriam Andrés», anunció Lalanda, que habló también de «falta de respeto» a los votantes, en declaraciones a Efe. Horas antes, a través de su cuenta de Twitter, Sonia Lalanda comunicó que «desde el cariño» regalará «un ábaco» a Pablo Casado, Albert Rivera, Francisco Igea y Alfonso Fernández Mañueco en sus próximos cumpleaños «para completar su kit de ambiciones políticas».
En la estrategia nacional de Ciudadanos, cualquier negociación directa con Vox es considerada una línea roja y el partido naranja ha insistido por activa y por pasiva que no habrá pactos con esta formación. Si los términos del preacuerdo alcanzado para Castilla y León por PP y Ciudadanos en Madrid no se cumplen, la negociación puede adquirir un nuevo rumbo.
Ayer quedó demostrado que el PSOE y Ciudadanos también pueden llegar a acuerdos, a pesar de que el partido naranja ha marcado como socio preferencial al PP en toda España. Socialistas y liberales rubricaron pactos en las alcaldías de Albacete, Ciudad Real y Guadalajara, donde gobernarán conjuntamente. Los candidatos del PSOE han firmado en estas localidades no pactar con Podemos, y sobre todo, apoyar la aplicación del artículo 155 en Cataluña si el gobierno de la Generalitat no acata la Constitución.
En Castilla y León, Cs considera que el PSOE de Luis Tudanca no ofreció los guiños necesarios para que Igea pudiese hacerlos valer ante la dirección nacional de su partido, más allá de un comunicado que consideraron escaso. Una asunción clara de la aceptación del 155 (aunque tenga poco que ver con los problemas de Castilla y León) podría haberle resultado útil a Igea, aunque las imposiciones de Madrid fueron claras desde el principio para pactar con el PP y los populares aceptaron rápidamente todas las condiciones.
Reuniones por separado
El Partido Popular y Ciudadanos mantuvieron este jueves sendas reuniones, pero por separado. Alfonso Fernández Mañueco congregó a los cargos de su partido para explicarles los pormenores del preacuerdo con Ciudadanos y las renuncias que exige. Durante la reunión, se conoció el archivo de la denuncia contra Mañueco por el proceso de primarias de 2017. «Es un paso importantísimo para que se haga justicia tras una acusación con intereses espurios», comentó Javier Iglesias, presidente de la Diputación de Salamanca, que aspira a revalidar su cargo y que afirmó estar «muy satisfecho». El PP de Castilla y León emitió un comunicado en el que se valoró «de forma muy positiva el acuerdo de gobernabilidad» alcanzado el miércoles con Ciudadanos.
Por su parte, Francisco Igea reunió a los procuradores naranjas en las Cortes de Castilla y León en una cita programada previamente. El candidato de Cs no quiso efectuar valoraciones del encuentro y solo declaró a la salida: «Cuando haya un acuerdo lo diremos». Sus palabras contrastan con las del comunicado del PP, que hablaba ya de un «acuerdo de gobernabilidad». Igea tampoco confirmó si Ciudadanos ha establecido nuevas exigencias a los populares, como la posibilidad de reclamar las diputaciones de Valladolid y Zamora. De momento, se espera a lo que suceda mañana en los consistorios pactados.
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