Castilla y León, la quinta comunidad en contagios, pedirá toque de queda para las zonas con más casos
Los cierres de otras comunidades con cifras similares alertan de lo que puede llegar, con un tercio de la población de la región ya confinada
La diferencia del consejo interterritorial de Sanidad de hoy con el de hace tres semanas, cuando la Junta de Castilla y León se posicionó a ... favor del ministro Illa, está en el contexto. Un millón de positivos en España desde que se inició la pandemia. Doce comunidades por encima de los 250 casos por 100.000 habitantes. Cuatro de ellas en más de 500, entre ellas Castilla y León. Una, Navarra, por encima de 1.000. Europa tan abrumada que Bélgica decretó hace días el toque de queda y el cierre de cafeterías y bares durante un mes. La Rioja y Aragón dispuestas voluntariamente al cierre. Madrid, a tres días de expirar su estado de alarma y aún en 431 de incidencia acumulada. Un tercio de la población de Castilla y León sometida a cierres perimetrales, con cuatro de las nueve capitales en esa lista de restringidos: Palencia, León, Burgos y Salamanca.
Al ministro de Sanidad, Salvador Illa, le van a pedir hoy que establezca umbrales bien definidos y que se correspondan con medidas restrictivas cada vez más severas. Verónica Casado, consejera autonómica, pondrá sobre la mesa el toque de queda para los territorios con una incidencia acumulada más alta. Y lo hará un día después de que la comunidad rebasara los 500 casos por cien mil habitantes (503). Durante la jornada sobrevoló la posibilidad de que se reclamara también, como Aragón, el confinamiento perimetral de la región, pero finalmente será algo que se definirá de acuerdo al criterio de los expertos sanitarios y en función de las medidas que proponga el ministro a los consejeros.
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Escribía un médico salmantino, Miguel Marcos: «No ver el final está siendo de lo más desalentador en esta pandemia». Y aún era moderadamente optimista con esa apreciación. Porque lo que los datos demuestran día a día es que el final ni se atisba. Es que delante de la vista empieza a formarse un muro desolador: 22 muertos en los hospitales de Castilla y León. A ellos se suman los 3 anotados en residencias de mayores. Lejos quedan ya los días en que, tras el paréntesis veraniego, se volvió a cruzar la frontera de los 10 fallecidos. Fue el 28 de septiembre. Al día siguiente este diario titulaba: «Los contagios confirman una ligera tregua pero crece el número de fallecidos». Francisco Igea pedía «criterios comunes» y que las administraciones dejaran de arrearse empellones dialécticos con el virus como argumento. Y la Delegación del Gobierno registraba 260 denuncias por no utilizar mascarilla.
La cifra
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25 fallecidos registró ayer Castilla y León. La serie de los últimos siete días muestra una fatídica regularidad con tendencia al alza. En los últimos siete días solo se ha bajado dos veces de 20 fallecidos y se anotaron 18 y 15. El resto de la serie estadística ha sido 23, 22, 20, 20 y 25 y se sitúa como a finales de abril.
Ni siquiera un mes después, se culminaba una serie nefasta. Solo dos de los últimos siete días se situaban por debajo de los 20 fallecidos. El resto de los datos empieza a picar hacia la treintena. Muertos que engrosan una estadística que arrastra, a su vez otras igualmente preocupantes, las de ingresados en planta y en UCI.
Por estos motivos, la Junta de Castilla y León volverá a plantear mañana, en el Consejo Interterritorial de Sanidad, la necesidad de implantar unos criterios firmes y drásticos para aquellos lugares en los que la incidencia de la enfermedad sea más elevada.
Y uno de esos lugares es la propia Castilla y León.
«A pesar de no ser la Comunidad con peores datos ('solo' en 5° lugar), en Castilla y León se acaba de superar la incidencia de 500 casos nuevos por 100.000 habitantes en 14 días», explicaba en Twitter el secretario del comité de expertos de la Consejería de Sanidad, Ignacio Rosell. La media, como es obvio, iguala territorios que muestran divergencias importantes. Sin embargo, muestra una tendencia al alza inequívoca y muy complicada de doblegar, a estas alturas, con medidas livianas.
Cierre de Ponferrada
Así lo mostró un ayuntamiento como el de Ponferrada, que asumió como propia la decisión de la Junta de decretar el confinamiento perimetral de la ciudad desde mañana a las 00:00 horas. «Desde el Ayuntamiento de Ponferrada se pide a toda la población el riguroso cumplimiento de las recomendaciones efectuadas por las autoridades sanitarias integrantes del llamado Comité de Desescalada, y recogidas en el bando del alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, que se publicó el pasado 19 de octubre», señala el comunicado hecho público por el Consistorio berciano.
Cabe recordar que Ponferrada y su comarca fueron de los territorios que registraron menos incidencia de la covid en la primera ola, lo que permitió a sus vecinos recorrer a mayor velocidad que el resto de la comunidad autónoma las fases de la desescalada. «Los datos han sido hasta ahora, y son actualmente, mejores que en muchos otros territorios de características similares. Sin embargo, esta segunda oleada de la pandemia está azotando a todos las regiones de todos los países del mundo y, especialmente, de Europa, y lamentablemente en esto Ponferrada y el Bierzo no son una excepción».
Con todo, lo peor es la tendencia. Señalaba Rosell que la cifra de contagios es «una barbaridad» pero alertaba, además, de que «está subiendo» y que en comunidades como Navarra la incidencia de la covid llega a ser el doble. Algo que castiga sobremanera al sistema sanitario, incapaz de absorber la demanda habitual mientras trata de sofocar los efectos del coronavirus Sars-Cov-2. El médico Miguel Marcos, del Hospital de Salamanca, lo describía así: «En Salamanca tenemos unos 150 pacientes ingresados. Y 25 pacientes en UCI. Y esto no es que sea mucho, es que es muchísimo, algo fuera de toda proporción y muy difícil de manejar». Pacientes, incidía, que «necesitan atención». Y la necesitan de un personal sanitario que ni siquiera ha podido sacudirse por completo el efecto devastador de la primera ola sobre su estado físico y mental.
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