La fauna silvestre causa 5.200 siniestros de media anual en las vías de la región
La Federación de Caza contabiliza hasta dos choques diarios en los tramos de El Burgo de Osma y Almazán
iRAIDA MARTÍNEZ / CELIA ARRANZ
Miércoles, 12 de agosto 2015, 10:07
Calor extenuante, temperaturas muy altas y aire seco. Este verano se caracteriza por estos factores, que inciden en que animales salvajes, como jabalíes y corzos, abandonen su hábitat en busca de agua o comida. Existen otras causas de desplazamiento, como los fines reproductivos o su condición nómada, además de que el ser humano también contribuye a la movilidad de esta fauna con su constante presencia en su medio natural practicando la agricultura o la caza. Por estos motivos los animales se trasladan, pero en su camino se interponen vías interurbanas que atraviesan los miles de montes y cotos de caza que se encuentran en Castilla y León. Al cruzarlas asumen un gran riesgo, pueden producir choques con vehículos que circulen por la calzada y provocar destrozos en los automóviles, en el mejor de los casos, y heridos leves, graves e incluso muertes. A fecha de hoy y en comparación con el año pasado, la mortalidad como resultado de accidentes con especies cinegéticas en vías interurbanas se ha visto reducida en Castilla y León, según confirma la estadística de la Dirección General de Tráfico (DGT). En 2014 un joven que se desplazaba en moto falleció a causa de un choque con un ciervo. En lo que va de año 2015 no se ha producido ningún accidente mortal ocasionado por animales en la calzada.
Desde el 1 de enero al 9 de agosto de este año, se han registrado 3.519 siniestros con animales silvestres involucrados en la comunidad autónoma. En 2014, hubo un total de 5.739 accidentes durante todo el año, disminuyendo un 10% respecto al año anterior (6.337). Sin embargo, este descenso no es generalizado en la última década, ya que estos sucesos han aumentado un 35% desde 2005, con 4.235 siniestros, hasta 2014, con 5.739 registrados. Según los datos que se reflejan en el informe, la media de incidentes con especies cinegéticas es de 5.224 en los últimos diez años. Estos animales son, principalmente, el corzo, seguido del jabalí.
Entre las provincias más conflictivas por este tipo de sucesos se encuentran Burgos, León, Soria y Zamora. Las dos primeras registran, en lo que llevamos de año, 796 y 701, respectivamente; Soria y Zamora recogen cifras considerablemente más bajas, con 567 y 462. Por el contrario, Ávila es la provincia con menos siniestros de toda Castilla y León, con 137 accidentes.
Las «carreteras de la muerte»
Las carreteras con mayor accidentalidad se encuentran en los tramos que van de Soria a Zamora (N-122), Sagunto-Burgos (N-234), la vía nacional que une el embalse de Ricobayo con las cercanías de Rionegro del Puente en Zamora (N-631) y la carretera autonómica que comunica las provincias de Palencia y León (CL-615). El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, añade otro punto negro a esta lista, situado en el tramo que transcurre entre Burgo de Osma y Almazán (CL-116), en el que los cultivos y la vegetación ocupan las zonas de afección y servidumbre, que deberían de estar libres, e impiden que los conductores puedan ver a los animales salvajes que salen de los laterales de la calzada.
José Luis Garrido, presidente honorífico de la misma Federación que aglutina a 16.000 socios de 500 asociaciones, que pueden tener más de un coto privado incluye otro tramo peligroso en la carretera que une Almazán con Soria y se refiere a ambos tramos como «carreteras de la muerte», en las que se producen «dos accidentes diarios contra animales silvestres». El informe de la DGT respecto de este año en curso refleja que los accidentes con animales han ocurrido con más frecuencia entre las 19:00 y 24:00 horas y en abril, mayo y julio, meses en los que se han registrado 509, 599 y 589 accidentes respectivamente.
Antes del 9 de mayo de 2014, la normativa de Tráfico vigente responsabilizaba por los daños que ocasionaba la fauna salvaje a los cotos de caza y, subsidiariamente, a la Administración, que se hacía cargo del coste de dichos daños.
A un año y dos meses vista de la aplicación de la reforma de la ley que conlleva que el responsable de los desperfectos ocasionados en este tipo de incidentes es el conductor del vehículo hay opiniones diferentes respecto de si la nueva normativa ha influido o no en el número de siniestros registrados durante este periodo de aplicación. José Luis Garrido sostiene que los accidentes producidos por animales salvajes han disminuido desde la entrada en vigor de la reforma de la Ley de Tráfico. «Ahora el responsable es el conductor y ya no se arregla gratis el coche», declara con contundencia. Para Santiago Iturmendi, el número de accidentes ha bajado «porque había mucha picaresca». Incluso, relata que hay conductores «que han llegado a simular haber colisionado con un animal salvaje para que el coto les pagara el arreglo del automóvil».
Para los socios de cotos de caza, la normativa ha supuesto una liberación económica. En este sentido, menciona el responsable de la federación que la reforma legal supone un avance para España, que en estos momentos se sitúa al mismo nivel que Europa en la legislación referente a este tema.
Más pasos de fauna
En vistas a intentar reducir al mínimo la accidentalidad por choque con animales salvajes, Santiago Iturmendi cree que es necesario que se construyan más pasos de fauna. Además recuerda que es importante tener precaución en carreteras cercanas a cotos de caza y, aparte, que se señalicen correctamente los puntos negros. No ve la solución en que se aumenten los cupos de caza, ya que se podrían exterminar especies, pero afirma que «si no se cazara habría muchos más accidentes, porque habría más animales».
Hace referencia al Código Civil, que califica a los animales que son objeto de caza como res nullius, que significa «cosa de nadie», seres que jamás han tenido dueño. Iturmendi cambiaría esa expresión por la de «cosa de todos».
Estos animales, subraya, son responsabilidad de toda la sociedad y que «si todos nos preocupáramos por poner de nuestra parte, minimizaríamos los accidentes».