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La 'Piñita' de Boecillo, recién elaborada en el Chiringuito La Olma Rodrigo Ucero
De cócteles por Valladolid

La 'Piñita' de Boecillo, un oasis tropical en plena Tierra de Pinares

Este trago reinterpreta la famosa Piña Colada incluyendo un exótico y exclusivo licor de melón japonés en un trago que conjuga dulzor, acidez y frescor

Viernes, 13 de junio 2025, 06:55

¿Se puede imaginar un oasis tropical en plena Tierra de Pinares? Quizá la Inteligencia Artificial, que avanza día a día y cada vez inunda más la vida de millones de personas, podría esbozar un paisaje irreal aunque similar a esa idea. Pero lo que -aún- no puede hacer esta tecnología puntera es trasladar el frescor, el aroma o los sabores frutales que navegan entre lo dulce y lo ácido y evocan la tranquilidad y el descanso de, por ejemplo, las paradisíacas islas caribeñas.

En el término municipal de Boecillo, existe un lugar que, al menos, acerca este gusto, esta sensación, a apenas doce kilómetros de Valladolid. Con diez años de historia, el Chiringuito La Olma rebosa exotismo con un estilo muy particular ya desde su entrada, rodeada de naturaleza, con una terraza en varios ambientes que invita a tomar asiento, relajarse y disfrutar. Más si cabe con las altas temperaturas de la incipiente época veraniega haciéndose notar.

En su interior, el viaje hacia el trópico se viste de pieles de felinos salvajes y caoba: llegamos a África. La ambientación, basada en el estilo colonial británico, encandila e invitar a explorar su decoración, que también incluye una colección de replicas -y algunos originales- de cascos y sombreros de distintas épocas.

Entre miradas para otear cada detalle, la barra toma protagonismo. Allí donde todo pasa, José Luis Aguilar Rodríguez, más conocido como Luis, invita a embarcar de nuevo en un viaje de regreso a tierras tropicales al comenzar la elaboración de la 'Piñita' de Boecillo. Este trago, cuyo nombre toma de referencia el municipio que lo acoge y el afamado cóctel en el que se inspira, inicia el proceso de exotización.

Así, la mezcla se inicia con un inusual licor de melón japonés, que se mezcla con un sirope natural de fruta de la pasión (también conocida como maracuyá). A ello se le añade dos de los ingredientes más comunes en la Piña Colada, el zumo de piña, de la que se aprovechan hasta las hojas para decorar el combinado, y un sour de lima que se corona con la una lima deshidratada a modo de decoración.

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Con una sencillez vistosa, el ligero aroma frutal promete lo que su sabor cumple ya desde el primer sorbo. En boca, el dulzor de la piña y el melón se unen para inundar el paladar y retrotraer la mente a ese fondo de pantalla de una playa de arena blanca, aguas cristalinas y palmeras ligeramente agitadas por la brisa marina. Si se disfruta en la terraza, incluso puede llegar a disfrazar el aura de la cercana pinada. Al mismo tiempo, las ligeras notas cítricas de la lima matizan el sabor y apoyan el hielo para lograr esa sensación refrescante y agradable.

Coctelería sin carta

A un precio de ocho euros de media para cualquier trago y con opciones sin alcohol por siete euros, la coctelería de La Olma, que lleva seis años evolucionando, tiene un punto singular: no hay carta. De esta manera, no existe una lista específica de preparados que se puedan degustar puesto que se puede ordenar cualquier combinación, ya sea clásica o simple, o incluso pedir que el bartender sorprenda al cliente. En lugar de que el consumidor elija un combinado que se adapte, es el cóctel el que se amolda a cada persona.

En esta última alternativa, la opción pasa por aportar gustos o preferencias, información que el coctelero utilizará para elaborar un trago personalizado, lo que aporta una variedad casi infinita de posibles combinaciones y hace que cada visita se pueda disfrutar una mezcla completamente nueva.

Además, otro de los servicios que se suele ofrecer junto a los preparados es el de las shishas marinadas, una opción poco común en Valladolid que se oferta como complemento al cóctel para completar tanto su sabor como la experiencia en la visita al chiringuito, que cumple este 2025 su décimo aniversario.

Así, con su 'Piñita de Boecillo' y su terraza repleta de verde natural, La Olma se presenta como esa suerte de oasis en el que experimentar esa remota relajación y el sabor tropical rodeado de pinares y a pocos kilómetros de Valladolid.

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