De cócteles por Valladolid

Un refrescante 'Palomo' en un sótano de leyenda a la sombra de La Antigua

A la sombra de La Antigua, uno de los monumentos más icónicos de Valladolid, la calle de la Esgueva esconde a plena vista un lugar que protagonizó uno de las leyendas vallisoletanas más conocidas y misteriosas. En un edificio de 1862, un gran portal precede a unas escaleras que conducen a un sótano de ladrillo caravista que otrora acogió, según se cuenta, uno de los acontecimientos más macabros que se recuerdan en la capital vallisoletana.

De aquella historia que ubican hace ya 500 años, aún restan dos vestigios que aún se pueden visitar: el Sillón del Diablo y 'El Niño perdido'. El primero se expone en el Palacio Fabio Nelli y aún guarda este aura misteriosa por la advertencia que su antiguo dueño lanzó antes de ser condenado por la Inquisición a morir quemado en la hoguera por su terrible crimen.

El segundo, que tomó su nombre de otro de los protagonistas, ha cambiado el temor y la intriga por el sabor y el buen ambiente para intentar crear su propia leyenda en el mundo de la coctelería. Y van por muy buen camino.

Su propuesta en busca de sorprender, de innovar en sus creaciones de gastronomía líquida con nuevos sabores y técnicas ya le ha convertido en el bar de coctelería más galardonado de la ciudad, de Castilla y León y en uno de los cuatro únicos establecimientos de España con tres estrellas del Top 50 Cocktail Bars, el equivalente a las Estrellas Michelin en la cocina.

Pero su buena labor no solo ha puesto a Valladolid como referente en la península ibérica. A nivel internacional, el equipo dirigo por el bartender Juan Valls -impulsor de FIBAR Valladolid- también ha conseguido un puesto en el Top 500 Bars, la lista de los 500 mejores del mundo, y entrar en los 50 best Discovery 2024, la antesala para ser incluidos entre los cincuenta mejores bares de coctelería del planeta.

De la mente del que fuera coronado en 2014 como barman más creativo de España nace este 'Palomo', una reinterpretación del cóctel mexicano 'Paloma', un colorido combinado que «esta de moda últimamente». En esta versión, el tequila propio de la receta clásica se conjuga con otro destilado de agave como el mezcal.

A ellos se une el sabor cítrico del pomelo, que en esta ocasión aparece en múltiples formatos como soda, jugo, zumo clarificado y hasta comestible con un gajo encurtido que corona el preparado. Además, este cóctel incluye en su preparación un proceso de gasificado exclusivo de 'El Niño Perdido' y único en Valladolid.

Al probarlo, se entiende su alta demanda, tanto por su presentación con un característico tono anaranjado atractivo al ojo, un suave y agradable aroma y un instantáneo efecto refrescante que conquista el gusto de todo tipo de paladares. En definitiva, una versión reconocible de una receta original mexicana adaptada con un toque personal distintivo que se funde en una combinación atractiva para todos los sentidos.

Más allá de este 'Palomo', el menú coctelero de este establecimiento vallisoletano -que cambiará en un par de semanas- expone una amplía variedad de preparados con base de diferentes bebidas espirituosas y tres niveles de intensidad en función del contenido alcohólico que poseen con un coste que oscila entre ocho y nueve euros. Por otro lado, en torno a un 20% de su carta oferta cócteles sin alcohol en un abanico de combinados que, en lugar de ser variantes de los que sí lo contienen, han sido diseñados especificamente teniendo en cuenta esta ausencia.

Con una ambientación musical de jazz, swing, blues, luz de velas, una decoración llamativa e íntima al mismo tiempo y una gran barra como núcleo vivo del local, 'El Niño Perdido' se alza como un referente tanto en la creciente oferta coctelera vallisoletana como a nivel nacional al mismo tiempo que emprende su escalada a la cima de la coctelería internacional.

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