Mariano Rajoy reclama el espíritu «tolerante y moderado» de Adolfo Suárez

Todos quieren apropiarse del espíritu de la Transición y, en ese camino, Ávila resulta una parada obligatoria. Lo fue para Albert Rivera en su visita a la capital abulense a principios de noviembre y unas semanas después, también para el PSOE, con el acto que encabezaron Antonio Hernando y Luis Tudanca en la misma sala del Parador de Gredos donde los padres de la Constitución se reunieron. Este viernes le tocó el turno a Mariano Rajoy, quien pronunció un discurso ante el monumento en memoria de Adolfo Suárez, acompañado por el hijo del expresidente, Adolfo Suárez Illana.

«Tu padre era un hombre de Estado y un patriota, y supo conciliar sus convicciones con la tolerancia y el diálogo con los demás», dijo Rajoy dirigiéndose a Suárez Illana. Además, reivindicó la «forma de hacer política» del expresidente, caracterizada por «la moderación, el espíritu de diálogo y la tolerancia». En este sentido, considera necesario alcanzar grandes acuerdos con otras formaciones políticas en temas importantes, como se ha conseguido en el caso del terrorismo yihadista.

El candidato del PP a la presidencia del Gobierno reconoció que «se pude cambiar y adaptar» la Constitución, pero cree que «hay que hacerlo con un consenso como el que consiguió Adolfo Suárez en su momento». Su visita a Ávila acabó en la Catedral, donde entró para visitar la tumba del expresidente del Gobierno.

«Grandes objetivos»

Rajoy señaló las líneas principales que se marcará su Gobierno si consigue volver a tener la confianza de los españoles en las elecciones del 20D. El primer reto es «luchar contra el desempleo», para lo cual cree posible que se creen dos millones de puestos de trabajo «simplemente con mantener el ritmo de 2014 y 2015». En segundo lugar, se comprometió a «cuidar a las personas», impulsando las pensiones, la sanidad, la educación, los servicios sociales y la atención a la dependencia.

También se refirió a la «defensa de la nación española», asegurando que «la soberanía nacional ni se toca ni se negocia». «Tampoco se pone en tela de juicio la igualdad de los españoles en derechos y deberes continuó-. La ley se respeta y se aplica a todos». Por último, destacó la lucha contra el terrorismo.

Le precedió en el uso de la palabra Adolfo Suárez Illana. Aunque reconoció que se lleva bien con Pedro Sánchez (PSOE) y Albert Rivera (Ciudadanos), considera que los retos del próximo presidente del Gobierno requieren «conocimiento, templanza y experiencia». Unas «manos expertas» que, en su opinión, deben ser las de Mariano Rajoy.

En el apartado de las anécdotas, hay que señalar que, en su discurso, Rajoy estuvo a punto de referirse a Ávila como Álava, aunque rectificó justo a tiempo. Después de su discurso junto a la estatua de Suárez, el político gallego paseó por el centro de la ciudad de Ávila, hasta llegar a un mercado de frutas y verduras, entre besos, aplausos, apretones de manos y fotografías. Junto con Juan Vicente Herrera y otros dirigentes populares, entró en un comercio abulense para comprar las tradicionales yemas de Santa Teresa. La cuenta la pagó Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP y cabeza de lista de este partido al Congreso de los Diputados por la provincia.