Locos por el lúpulo
La Feria del Coleccionismo del Vinilo y La Blanca estimularon en interés del público en la Feria de Muestras de Valladolid
VIRGINIA T. FERNÁNDEZ
Sábado, 30 de noviembre 2013, 22:04
«¡Uf, me declaro fan de la cerveza ahumada!», contesta sin dudar Amelia si se le pregunta por el estilo de cerveza artesanal que prefiere. Y ha probado muchas. Hasta Alemania ha viajado para visitar ferias especializadas. El profano en esta materia se sentirá perdido si quiere aprender en poco tiempo todos los estilos y atributos del líquido dorado. La Feria de Muestras, convertida en un amplio muestrario gastronómico, permitía ayer tomar clases prácticas sobre el terreno. Amelia acudía al recinto con Jaime, ambos treintañeros sibaritas, el perfil representativo del tipo de visitante que desfilaba entre los expositores por la mañana. El objetivo: degustar cerveza que no suelen encontrar en tiendas y, de paso, acompañar la caña con tapas y pinchos elaborados con productos artesanales que se podían combinar con la compra de música. Muchos de los que venían por la cerveza acababan picando en los 'stands' de música, más que viceversa. Una de las combinaciones de mayor éxito desde la hora del vermú fue la cerveza con queso. La Casa de los Quesos propiciaba el maridaje.
La Blanca, feria invernal de cerveza artesana organizada bajo la marca Artecaña por la empresa Excellence Innova, y la Feria de Coleccionismo de Vinilo, coordinada por ASOFED, unían esta vez sus fuerzas para asociar dos querencias muy compatibles. Durante el día de ayer, desde el mediodía hasta las dos de la madrugada, se pudieron escuchar actuaciones musicales y realizar actividades didácticas para estímulo de las papilas gustativas. Arrasaron las catas y los talleres prácticos que enseñaban a distinguir tipos y procedencias de lúpulo. Especial aceptación tuvo el de 'homebrewing', una demostración de cómo elaborar cerveza de forma casera. La explosión de microempresas cerveceras que ha vivido la región en los últimos años parece que responde a un interés popular creciente por consumir cerveza procesada con primor, aunque el consumo sea todavía mínimo: un 0,5% (con tendencia creciente) frente al 99,5 % de consumo de la comercial.
Lo que ha subido espectacularmente es la cantidad de productores, un 80% el último año. 25 expositores reunió ayer la feria, diez de Valladolid. «Un mercado por conquistar», aseguraba Jesús Herrero, de La Loca Juana, Íscar. Los cerveceros coinciden en que el valor diferencial por el que trabajan cada día es la calidad. «Quienes tienen que valorarnos son los consumidores», sentencia Herrero. El mercado regirá. Su producto estrella: 'La hermosa pelirroja' una 'European Pale', ligeramente torrefacta y rojiza gracias a su malta caramelizada, conservada durante un mes en barrica de roble. Casi todas las microcerveceras ofrecen productos fabricados expresamente para el invierno, con mayor graduación alcohólica, más densas y especiadas.
El sector musical, con singular énfasis en el vinilo, venía representado por diez expositores. Destino de coleccionistas de rarezas, muchas tiendas de música sobreviven a la crisis en parte gracias a ese público fiel: «Quien compraba discos antes, lo sigue haciendo, pero si antes se gastaba diez, ahora se gasta tres», lamenta Jesús Jiménez, dueño de El Rastro, en Madrid. Asegura que a las ferias trae todo tipo de géneros porque el público suele ser ecléctico. Otra historia es de puertas para adentro. Él tiene mucho hard rock y heavy metal, pero no se inclina por ningún estilo: «Para los amantes de esto solo existen dos tipos de música: la buena y la mala», sintetiza. Y como solícito enamorado se entrega sin condiciones al «rito» que envuelve la escucha en vinilo. No hay color con el CD. «Es como leer un libro en una buena edición o hacerlo en formato electrónico...», dice.