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Palencia

Domiciano Ríos: "La Olmeda ha sido toda mi vida"

El ‘mosaísta’ palentino se jubila tras ver cumplido el sueño de participar en el descubrimiento de uno de los mayores yacimientos romanos del mundo

PPLL

Sábado, 29 de enero 2011, 13:54

Domiciano Ríos (Villambroz, Palencia, 1950) lleva ligado a la Villa Romana de La Olmeda desde su descubrimiento en 1968. Su curiosidad le llevó, con apenas 18 años, hasta Javier Cortes, descubridor del yacimiento romano ubicado en Pedrosa de la Vega. Llegó sin apenas conocimientos de arqueología y ahora es uno de los mosaístas más reconocidos de la región. Tras cuarenta años de duro trabajo y de ver hecho realidad el sueño de ver crecer esta joya arquitectónica, Ríos se ha jubilado, eso sí, de momento de forma parcial, aunque reconoce que nunca va a poder desvincularse del yacimiento que ha constituido toda su vida.

Ha estado cuarenta años ligado a la Villa Romana de La Olmeda. ¿Fue su primera experiencia como mosaísta?

Empecé allí con apenas 18 años. Nunca antes había trabajado en arqueología. La verdad es que en aquella época no había demasiadas perspectivas en esta materia. Cuando descubrimos La Olmeda fue una sorpresa para todos.

¿Cómo llegó allí?

Cuando me enteré del descubrimiento de la Villa, me presenté ante Javier Cortes, le expliqué mis inquietudes, él me contrató y allí he pasado los últimos 40 años de mi vida.

¿De dónde le viene ese gusanillo por los mosaicos?

Siempre he sido muy curioso. De joven me encantaba la arquitectura y el hecho de descubrir cosas de otras culturas siempre me ha fascinado.

El hallazgo del yacimiento romano de Pedrosa de la Vega debe ser el sueño de cualquier mosaísta...

Por supuesto. Al principio no sabíamos de arqueología ni lo que podía aparecer allí. Con el tiempo se ha ido agrandando hasta llegar a ser el gran yacimiento que es ahora, un referente a nivel europeo. Además, he tenido también la oportunidad de trabajar con mosaicos de toda la Comunidad, desde la villa romana de La Tejada y en Dueñas, también en Palencia, hasta otros en las provincias de León, Burgos, Valladolid, etc.

Como usted dice, La Olmeda se ha convertido en uno de los yacimientos más importantes del país, e incluso del mundo, pero no sería lo mismo hace 40 años ¿Cómo fueron los inicios?

Cuando empecé, no tenía apenas conocimientos del tema, pero poco a poco me introduje en ese mundo a base de práctica, de hacer estudios, excavaciones, probando cosas nuevas, en definitiva. Investigando y probando con diversos materiales hemos ido perfeccionando la técnica hasta conseguir lo que tenemos ahora: mosaicos en estado de casi total perfección. Espero que sigan así durante mucho tiempo, aunque yo no lo vea.

¿En qué ha consistido su trabajo en todo este tiempo?

En las primeras épocas, hacíamos de todo un poco. Durante parte del año, nos dedicábamos a la excavación en el yacimiento, y en verano había que ir a recoger, cosechar y, cuando llegaba la sementera, teníamos que ir a sembrar. Javier Cortes siempre fue un hombre de campo; vivía de la agricultura, por lo que compaginábamos ambas cosas. Cuando el campo no necesitaba nuestra ayuda, nos dedicábamos exclusivamente a La Olmeda. Posteriormente, el yacimiento comenzó a requerir una mayor dedicación, y a medida que se iba haciendo más grande se hizo demasiado difícil seguir manteniéndola, por lo que se hizo cargo la Diputación de Palencia. A partir de ahí, nuestra labor consistió en seguir descubriendo y en consolidar esos hallazgos.

¿Queda algo por hacer?

Desde el punto de vista arqueológico, creo que nada. Ahora hay que mantenerlo y conservarlo.

El resultado ha sido, cuando menos, positivo. ¿Qué le supone a nivel personal?

Sin duda es una gran satisfacción, porque ha sido un poco como un sueño cumplido. Conseguir lo que tenemos hoy, ver que has sido partícipe del descubrimiento de una de las villas romanas más importantes, es todo un orgullo para mí.

¿Destacaría algún descubrimiento en concreto, por su significado o porque le hiciera especial ilusión?

Sin duda, recuerdo con gran cariño el descubrimiento del mosaico de Aquiles, en el año 1969. Es una pieza excepcional y descubrir algo así no tiene precio. Durante el tiempo que duró el trabajo, apenas dormíamos pues estábamos impacientes por saber qué más podríamos encontrar. El proceso, el ir descubriendo poco a poco, sin saber con certeza qué podría aparecer es algo que perdurará siempre. Por lo demás, tras tantos años de trabajo me quedo con la gran cantidad de amigos que he hecho y la buena gente que he conocido.

En su conjunto, el yacimiento ha supuesto un importante revulsivo para la comarca.

Desde luego, ha sido muy importante tanto a nivel económico como de promoción de la provincia. Cuando empezamos nadie conocía Saldaña y ahora todo el mundo lo asocia a La Olmeda. Es una fuente de ingresos muy importante para esta comarca y espero de verdad que siga siéndolo.

Echará de menos La Olmeda ¿Será posible desvincularse de ella por completo?

De ninguna manera. Ahora tengo jubilación parcial, y durante los próximos cinco años tengo que ir unos cuantos días al año. Además, cada poco tiempo me doy una vuelta por allí para ver cómo va la cosa. No puedo desvincularme por completo de La Olmeda. La echaría demasiado de menos, pues ha sido toda mi vida.

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