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SEGOVIA

Un enclave rico en milagros

En el Santuario de la Virgen de Moral de Hornuez se yergue el conjunto de enebros más importante del país

ELENA RUBIO ARAGONESES

Miércoles, 2 de septiembre 2009, 03:07

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En un cordel que une la Cañada Real Soriana Occidental con la Segoviana se encuentra el Sabinar de Hornuez, un espacio natural que antaño fue un descansadero de la Mesta donde los pastores trashumantes aprovechaban para abrevar sus ovejas. Según cuenta la leyenda, la aparición milagrosa de la Virgen de Hornuez en este lugar lo convirtió en destino de romeros desde la Edad Media y hasta nuestros días. Cuenta la tradición que la Virgen se apareció a unos pastores sorianos, que, allá por el siglo XIII, apacentaban sus rebaños en este enebral.

Del enebral originario se conservan magníficos ejemplares, quizás de los más espectaculares de toda España. Aunque entre todos los árboles destaca uno, el conocido como 'Enebro de la Borrega'. Se trata de un árbol de más de diecinueve metros de altura, con casi siete metros de perímetro de tronco y ancha copa lobulada. No es de extrañar que la Junta de Castilla y León haya catalogado este ejemplar como árbol singular de la región. Se ha basado en las dimensiones de esta sabina albar, por su edad, unos 700 años si se da crédito a la leyenda de la Virgen y por la tradición religiosa que hay en este lugar.

Es un árbol que llamará la atención al visitante si se acerca hasta este paraje, que se salvó hace un año del fuego de forma milagrosa. El 'Enebro de la Borrega' está situado a unos cincuenta metros del Santuario de Nuestra Señora del Milagro de Hornuez.

El templo es un gran edificio neoclásico, construido en el último tercio del siglo XVIII en honor a la Virgen de Hornuez. Las obras dieron comienzo en 1768 y concluyeron en 1774. Durante este tiempo se construyó un gran santuario en cuyo centro se conserva el tronco del enebro donde tuvo lugar la aparición y la imagen de Nuestra Señora del Milagro de Hornuez.

Toda la estructura del templo se sustenta en grandes arcos de medio punto que además comunican entre sí los distintos espacios. Los pilares que sujetan estos arcos se adornan con capiteles de orden jónico adornados con guirnaldas. El acceso al templo se realiza por el brazo sur al que se antepuso la fachada principal rematada por la espadaña. Cada brazo se cubre con una bóveda en la que fueron pintados unos frescos de 1871. Los motivos aluden al ciclo de la Navidad, de gran tradición en la comarca.

No es el único patrimonio religioso que posee la localidad ya que también existe la iglesia de San Cristóbal. Es un templo barroco de grandes dimensiones, que se construyó en un momento de esplendor en la vida del pueblo. Posiblemente sustituyó a un templo de origen románico, cuyos canecillos fueron de nuevo colocados en la cornisa del atrio. Exteriormente presenta grandes volúmenes, tan sólo rotos por el campanario en forma de espadaña que se sitúa sobre el muro oriental y la fachada barroca del atrio, en el lado norte. Una portada de líneas sencillas que está fechada en 1743. En el interior del templo destaca el retablo mayor y un medallón pintado al fresco que representa el Milagro de Hornuez.

Moral de Hornuez también cuenta con otro patrimonio, el industrial. Por sus calles se encuentran diseminadas varias bodegas y en la parte baja del pueblo la fragua. Responde al tipo de fraguas del nordeste, un edificio de planta rectangular con la puerta y la ventana en uno de los hastiales. Hasta hace unos años trabajaba aquí el último herrero, Gabino Gil.

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