La Peña Guara, frustrada y triste por una misión imposible

Triste, cansada y frustrada llegaba en la tarde de ayer a Huesca la expedición de montañeros que, movilizada por el club Peña Guara, intentó sin éxito el rescate del malogrado alpinista oscense Óscar Pérez en la montaña del Latok II (Pakistán).

Desde el aeropuerto de Barajas (Madrid), en torno a las 15.30 horas, el grupo ha llegado a la capital oscense, todos excepto Alvaro Novellón, el compañero de escalada de Pérez, quien ha viajado hasta Huesca en un vehículo particular acompañado de familiares.

Al pie del autobús fueron abrazados por amigos y miembros de Peña Guara con pocas ganas de hacer declaraciones sobre la frustrada y dura experiencia que han vivido.

Así lo ha resumido el riojano Simón Elías, uno de los miembros de la expedición, quien ha sentenciado. «No hay más reflexiones que la muerte de Óscar. Es lo único que hay claro en todo esto. Lo demás, se ha hecho todo lo que se ha podido y no se ha podido hacer más».

Ha reconocido que hubo muchas dificultades «y cada paso que avanzábamos dábamos dos para atrás. Ha sido muy complicado».

Álvaro Novellón, el compañero de Óscar Pérez que alertó del accidente, ha sido el que «más cansado ha regresado y el que más va a sufrir estos días».

El estaba muy cansado e intentó el rescate de Óscar, a pesar de que tenía congelaciones en las manos; ha estado «muy involucrado en el rescate», ha señalado Elías, quien ha concluido que este episodio no es un punto y aparte sino «un punto y seguido» en el montañismo.

También ha hecho declaraciones Manolo Bara, presidente de Peña Guara, club organizador de la expedición, quien ha remarcado que los montañeros «están fastidiados y con mucha frustración, sobre todo por no poder llegar al punto donde estaba Óscar».

«Es un tema que entre nosotros, está asimilado, y sabemos que cuando uno hace escalada de este tipo puede quedarse en el punto, y, la verdad, a la gente le costará recuperarse un tiempo porque ha sido muy duro».

Con Álvaro Novellón, Bara, que se trasladó ayer a Madrid, apenas ha hablado. «Nos hemos saludado, hemos hablado muy poco, pero me imagino que estará interiormente muy tocado y muy hundido, porque ha vivido una situación muy difícil».

«Nosotros hemos hecho todo lo que se nos ha pedido, pero esto no quita que el grado de frustración que tenemos es muy grande; pero algo más que nos hubieran pedido más que hubieramos hecho, pero el monte es así y cuando la meteorología te echa o te tira de un sitio, que es lo que nos ha sucedido, no se puede hacer nada».

Por su parte, Lorenzo Ortas, manifestó que «desde el principio, estaba convencido de que no íbamos a poder sacarlo, de que era muy difícil, porque estaba muy alto, y no contábamos con gente aclimatada... Yo era muy escéptico».

Pensando con el corazón, tiene una sensación de duda «por si se hubiera podido haber hecho algo más», pero con la cabeza Lorenzo Ortas lo tiene más claro: «Repasando la situación llegamos a la conclusión de que muy poco más podríamos hacer».