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Concepción Arranz y Aurelio Tache.Maite Cardeñoso, M. Carmen García, Jesús María de la Viuda y Mari Nieves Cardeñoso.
VALLADOLID

Más bella, si cabe

La renovada fachada de la iglesia de San Pablo sigue siendo uno de los reclamos turísticos de aquellos que visitan la ciudad

OLALLA MARTÍNEZ

Miércoles, 12 de agosto 2009, 03:08

Después de más de cuatro años de obras de rehabilitación, con 23 nuevas réplicas de figuras que sustituyen a las más dañadas, y retiradas toneladas de palomino, la fachada isabelina de San Pablo luce imagen renovada. Ha cambiado los tonos oscuros, la suciedad y humedad por un favorecedor 'look' en los colores de la temporada, claros y en piedra nueva.

Al sol luce altiva. Demostrando su grandeza a todos los que pasan. Se muestra orgullosa ante quienes la contemplan, que suelen ser la mayoría. Erguida ante el turista y el vallisoletano brilla con su vestido nuevo, limpio y sin una arruga.

Hasta allí se acercaron Concepción Arranz y Aurelio Tache, desafiando el calor y el sol vallisoletano. Ambos estuvieron de acuerdo al alabar el magnífico trabajo que han hecho los restauradores durante este tiempo.

Con la misma opinión observaban la luminosa fachada Maite Cardeñoso, Maricarmen García, Jesús María de la Viuda y María Nieves Cardeñoso, que habían venido desde Bilbao para visitar a la familia y de paso ver los monumentos de la ciudad.

Aunque ya el pasado 6 de agosto se retiraron los andamios que cubrían toda la superficie, aún se pueden ver los restos de vallas e incluso una grúa que impiden acercarse a la puerta y admirar más de cerca los resultados de la restauración.

Ya han retirado el ascensor que subía por toda la fachada y ha supuesto uno de los reclamos más importantes durante este tiempo de obras en el que 40.000 personas lo han visitado. Flor Fernández y María del Carmen Muñoz se acercaron a contemplar San Pablo y estuvieron de acuerdo en la buena idea que había sido lo del elevador. Ellas disfrutaron del servicio hace dos años.

Desde Valencia Amparo Capilla, Miguel Ángel Rodríguez, padre e hijo, y la pequeña Claudia Rodríguez sacaron fotos y admiraron la joya donde fueron bautizados Felipe II y Felipe IV. «Hemos llegado hoy y nos quedamos toda la semana. Nos han dicho que la fachada de esta iglesia se había restaurado y nos hemos acercado para verlo. El resultado es impresionante», comentaba Amparo mientras observaba el edificio de arriba a abajo.

El vestido que luce San Pablo es una 'prenda de alta costura' que hace que la iglesia esté más que nunca de moda.

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