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Juegos de destrucción

Sienna Miller es una baronesa terrible en una película que saca partido de un muñeco articulado

BORJA CRESPO

Viernes, 7 de agosto 2009, 03:41

E l éxito de franquicias como 'Transformers', cuya segunda entrega ha arrasado al otro lado del Atlántico, aunque por estos lares no haya recaudado lo esperado, han permitido que un proyecto largamente acariciado vea la luz: la adaptación a la gran pantalla de las hazañas de G. I. Joe, un muñeco popular a rabiar, símbolo de un dudoso patriotismo. Desde su lanzamiento por primera vez en 1964 de la mano de Hasbro, son millones los chavales que han disfrutado con el afamado juguete. «El concepto de muñeco articulado era realmente algo nuevo entonces», resalta Brian Goldner, presidente de Hasbro y productor del filme.

«A los chicos nunca se les veía jugar con muñecas a la moda, pero se nos ocurrió la idea de un muñeco o un héroe articulados, y prendió de verdad. Para un niño, era la personificación de un héroe que podía hacerle sentir que formaba parte de la acción». Para llevar a buen puerto el salto a la gran pantalla necesitaban a un director competente acostumbrado al cine de acción y aventura. Stephen Sommers, responsable de 'La momia' y 'Van Helsing', fue el elegido, respaldado por un reparto internacional formado tanto por estrellas emergentes como por veteranos de la industria, entre ellos Dennis Quaid, Sienna Miller o Jonathan Pryce.

Contra el caos

Las montañas de Asia central, los desiertos de Egipto, París y el Polo Norte son algunos de los escenarios donde transcurre 'G. I. Joe'. El equipo operativo de élite conocido por tan sonoro nombre viaja de aquí para allá defendiendo la justicia a su manera. Utilizan tecnología de espionaje y material militar de última generación para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo. La misteriosa organización COBRA aparece en escena con el propósito de sembrar el caos en el mundo y alguien ha de pararle los pies.

'G. I. Joe' debutó en 1985 en el terreno audiovisual con una serie de dibujos animados, pero fue una colección de cómics, editados en colaboración con Marvel, la que realmente ayudó a actualizar el fenómeno. La combinación de nuevos muñecos articulados, tebeos y la serie de televisión ayudó a impulsar a 'G. I. JOE' más lejos de lo que nunca había llegado. «Inflamaron la imaginación colectiva de los fans de la época», dice Goldner. «De hecho, los G. I. JOE de los años 80 tuvieron más éxito que los originales».

El mayor reto de Sommers, tras aceptar el encargo, fue no defraudar a los fans del héroe de juguete. «Creo que hemos sacado lo mejor de estas coloridas personalidades», señala. «Hemos sido respetuosos, pero en ningún caso les hemos tratado con guante de seda. Lo que llena una página de cómic o una pequeña pantalla no tiene por qué llenar la gran pantalla, así que hemos pintado a la vez con brocha gorda y a pincel. En algunos casos, les hemos puesto muchos más detalles e historias de su pasado que los que aparecían en los cómics y en la serie». El propio director define el resultado como «una mezcla entre un cómic y una película de Bond».

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