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Joyas, armas -dos pistolas y un revólver- y munición incautadas en el coche del detenido. / EL NORTE
Una disputa por una botella dentro de la peña originó el tiroteo de Villanueva
VALLADOLID

Una disputa por una botella dentro de la peña originó el tiroteo de Villanueva

El presunto autor se enzarzó con varias personas y luego regresó con dos pistolas y un revólver en un coche en el que llevaba más de doscientas joyas

J. SANZ

Lunes, 22 de junio 2009, 21:06

Primitivo G. R., de 32 años, es un tipo «muy violento» que acumula un historial de vértigo con decenas de detenciones por robos y atentado a la autoridad en una carrera que comenzó con tan sólo 19 años. Nativo del Barrio España y vinculados a los clanes mercheros más peligrosos de la ciudad, el delincuente más que habitual sacó a relucir el sábado su carácter en Villanueva de Duero, donde vive.

Y todo por una discusión nimia por la «propiedad de una botella de alcohol», es decir, que entre diez y quince euros -su precio- le hizo salir de una peña de Villanueva de Duero, ir a su finca de las afueras de la localidad y regresar con dos pistolas, un revólver y munición real suficiente como para preparar una matanza. La Guardia Civil le acusa ahora de un intento de homicidio después de que descerrajara presuntamente varios disparos con una 9 milímetros sobre tres jóvenes. A uno le alcanzó en el bazo, a otro una bala le rozó una muñeca y el tercero se libró.

El herido más grave, José Luis S. D., 'el Pelos', de 30 años, evoluciona favorablemente de sus heridas en el Clínico sin que, en principio, los médicos teman por su vida. Demasiado poco, quizás, para lo que pudo ocurrir entre las 15.00 y las 15.15 horas a la altura del número 29 de la calle Calvario.

La pelea inicial se saldó a golpes entre el después detenido y varios peñistas a costa de la citada botella en torno a las tres de la tarde. Primitivo, según relataron ayer fuentes de la Guardia Civil, se fue a su domicilio en una urbanización, El Peñasco, del municipio y allí no sólo cogió armas suficientes para causar una carnicería, sino que montó a su mujer y a sus tres hijos menores para dirigirse con ellos a la entrada de la peña.

Una tercera víctima

De camino a ella se lió a tiros «asomando medio cuerpo por la ventanilla» y sin detener la marcha contra José Luis y su amigo Ángel P. A., 'el Mellizo'. Dio dos pasadas y a la segunda alcanzó al primero e hirió al segundo. Algunos peñistas, eso sí, apedrearon su coche sin poder evitar su huida hacia la travesía de la CL-610. Allí aún tuvo tiempo de efectuar algunos disparos contra un tercer joven cerca del consultorio médico antes de continuar hacia la capital.

A mitad de camino, a la altura de Puente Duero, se topó con una patrulla del Seprona que inició la persecución e, incluso, hizo detenerse al conductor del Seat Toledo. Primitivo se bajó y, lejos de entregarse, se dirigió hacia los agentes arma en mano. Uno de los guardias realizó «un disparo intimidatorio al aire» y le hizo volver sobre sus pasos para continuar la marcha en sentido a la ciudad.

En la entrada por la Cañada Real le esperaba otra patrulla de la Policía Nacional, a la que embistió antes de detenerse con el turismo averiado en la calle Limonero, una perpendicular próxima al colegio de El Pilar. El sospechoso se apeó y comenzó a golpearse con la cabeza contra el coche antes de ser arrestado y trasladado a los calabozos de la Comandancia.

Dos buscas y capturas

En el vehículo llevaba las citadas armas junto a 232 cartuchos y más de doscientas joyas, incluida una custodia, cuyo origen están investigando ahora los guardias.

Lo sorprendente del caso es que la Policía Nacional llevaba más de un año detrás de Primitivo al contar con dos órdenes de busca y captura en vigor como sospechoso de diversos robos anteriores. Su alarmante falta de discreción le llevó el mismo sábado a una celda de la prisión provincial, donde presumiblemente pasará una larga temporada a la espera de tres juicios, dos por los delitos previos y otro por el intento de homicidio.

La primera detención de Primitivo G. R. se produjo cuando contaba con 19 años. Uno antes, recién alcanzada la mayoría de edad, atracó un quiosco de la plaza de la Trinidad y logró un botín de 165.000 pesetas. Fue arrestado en 1996. Siete años después intentaría arrollar a unos agentes que le identificaron a bordo de un turismo robado cuando repostaba en la gasolinera de la avenida de Palencia.

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