Nueve meses para gestar un nuevo paseo

Las molestias han comenzado. El martillo neumático de una excavadora empezó ayer, poco después de mediodía, a romper el vetusto hormigón de la plaza de Somorrostro. El sonoro y rítmico martilleo llenó la plaza y seguirá haciéndolo un par de semanas o más, según vayan los trabajos que acaba de iniciar la empresa Volconsa para transformar en paseo comercial la calle de José Zorrilla y este espacio en un nuevo jardín urbano. La empresa calcula que puede terminar el proyecto en siete meses y el concejal de Obras, José Llorente, no aventura un tiempo para que estén acabadas pero matiza que «el plazo máximo termina el 31 de diciembre». Así, los siete meses serían nueve, toda una gestación, si bien el concejal advierte de que Volconsa tiene previsto doblar los turnos de trabajo y está dispuesta a realizar algunas tareas por la noche -las menos molestas, como las de solado- a partir del mes de julio si para entonces se ha producido algún retraso.

Van a ser unas obras molestas, como lo son todas, aunque Llorente asegura que el Ayuntamiento velará «para que se hagan lo mejor posible» y cree que, salvando las diferencias, causarán «menos trastornos que las de la Calle Real», de cuya ejecución tiene Volconsa la referencia para ejecutar este proyecto que, «tal y como está planteado y dentro de las molestias, se hará con todas las facilidades posibles para que vecinos y comerciantes desarrollen su actividad».

Corte de tráfico

El corte de tráfico anunciado para ayer será efectivo hoy, pues la primera jornada se dedicó a colocar la señalización y al acopio del material de obras. El presidente de la Asociación Comerzio José Zorrilla, Roberto Manso, declaró que, tras varias reuniones con los responsables municipales, en las que han participado representantes de los comerciantes, de los vecinos y de los transportistas, «el Ayuntamiento no ha atendido todas nuestras peticiones, pero sí la mayoría, y creemos que en vez de cerrar toda la calle de golpe se irá ejecutando la obra por tramos y ejecutando de forma bastante ordenada».

En José Zorrilla hay dos centenares de establecimientos, entre comercios, bares y entidades bancarias. Las ocho mil firmas que recogió la asociación para solicitar que no se cortará el tráfico en toda la calle están guardadas. Manso señaló que «de momento vemos buena voluntad por parte del Ayuntamiento y técnicamente no ha sido posible acceder a nuestra petición, pero las firmas están ahí». La asamblea de comerciantes y vecinos votó a favor de que cuando acaben las obras se produzca el cambio de sentido del tráfico, en dirección contraria a la actual.

Manso la dio por hecha, aunque el Ayuntamiento no ha tomado la decisión de forma definitiva -lo hará esta semana, tras analizar el informe que está terminando la Policía Local, según indicó Llorente- y, por otra parte, reconoció que «ha habido muchas quejas» por la supresión de plazas de aparcamiento, pero «visto el proyecto no creo que lleguen al 40% como se ha dicho».

Accesibilidad

La carga y descarga es una de las cuestiones clave durante la ejecución del proyecto y uno de los motivos de preocupación para los comerciantes. «Creemos que no habrá demasiados problemas, porque se va a ir adaptando y, aunque no va a estar tan cerca como ahora, se va a poder realizar por las calles laterales y en zonas especiales para ello», indicó Manso.

La misma idea la corrobora el concejal de Obras, quien aseguró que «se van a dar todas las facilidades», no sólo porque sí habrá tramos con circulación a estos efectos sino también porque «habrá siempre accesibilidad» y durante los horarios de carga y descarga «la Policía Local estará presente para que nadie entorpezca las operaciones».

Y será más fácil organizar la carga y descarga en José Zorrilla que en la Calle Real, añadió, «porque aquí contamos con las calles transversales».

Peatones

José Llorente aseguró, por otro lado, que «los peatones tendrán siempre acceso a las tiendas porque una de las aceras estará siempre operativa y en la que se esté trabajando se instalarán pasarelas». Además, comentó que aun tratándose de un proyecto de gran envergadura no es tan complejo como otros recién terminados (el de la Calle Real, por ejemplo) porque la red de abastecimiento ya está instalada en la galería subterránea que recorre toda la calle, desde la que sólo habrá que realizar algunas conexiones, y la red de saneamiento no es necesario renovarla por completo sino que las obras están limitadas a algún tramo de la parte superior y a la plaza de Somorrostro.

Puestos de trabajo

Pero habrá protestas. Pese a que, como indicó Roberto Manso, la mayoría de comerciantes y vecinos están en general de acuerdo con que se hagan las obras, hay voces discrepantes. Algunos se quejan de falta de información, aunque reconocen que no han acudido a todas las reuniones; otros, tienen dudas sobre la carga y descarga y un grupo plantea que «la calle no necesita una obra global, si acaso una remodelación parcial» y advierten de que «se nos dice que se van a crear 70 puestos de trabajo durante siete meses pero no que se pueden perder otros 200».

En esta línea argumental, algún comerciante apunta que «estas obras pueden ser la estocada final para alguna tienda» y otro dice que «si bajan las ventas tendremos que mandar algún empleado a casa y pedir a los concejales de Ayuntamiento que paguen ellos los impuestos».

Sin embargo, en general las obras se ven como algo positivo que la mayoría llevaba años demandando. Lo que les preocupa a quienes están a favor es «la manera de llevarlas a cabo, la incomodidad», así como «que pueda descender el público de manera importante» y que «el Ayuntamiento ha sido algo inflexible», aparte de que «quizá no han venido en el mejor momento» porque «la actividad está fría con la crisis».

Pero José Llorente señaló a los comerciantes que «este es su proyecto, estaban deseando que se hiciera, lo han pedido desde hace cuatro años y hemos tenido esta oportunidad con el Fondo Estatal y nos hemos puesto a hacerlo».