«El mejor vino es simplemente el que gusta a la persona»

André Dominé tiene la capacidad de no dejar indiferente a nadie. Este periodista y escritor, influyente personalidad del ámbito de la gastronomía y la viticultura, dejó atrás los paisajes de su Hamburgo natal para partir en busca del sol. En 1981 se estableció en Francia y allí emprendió una trayectoria que le ha llevado a publicar libros como 'El Vino', obra de referencia para los sumilleres. Dominé ha participado en la Ribera del Duero en una cata en Bodega Emina, del Grupo Matarromera, con tintos, rosados, verdejos y aguardientes.

-¿Qué le llevó a entablar contacto con el mundo del vino?

-Soy periodista de profesión. Siempre me ha gustado escribir y cuando me asenté en Francia compre una pequeña parcela de viñas viejas y entré a formar parte de una cooperativa. Asíme convertí en lo que soy.

-¿Se considera un crítico de oficio?

-No. Soy periodista y escritor. Nunca cato doscientos vinos al día. Me gusta recorrer el mundo, visitar las zonas vitivinícolas y compartir mis experiencias con los lectores.

-¿Qué opina de las listas que otorgan puntuación al vino, como la de Parker?

-Las respeto. Hay gente que necesita de esas listas para hacerse una idea sobre un vino, porque le falta tiempo para informarse más. Pero yo aconsejo que una persona elija el vino por las sensaciones que le despierta, por la impresión personal, no por los ranking.

-Con el vino, ¿la primera impresión siempre cuenta?

Es todo un mundo. Si una persona bebe un caldo y se empapa de toda su historia, conoce su proceso de elaboración y la comarca donde se elabora, ese caldo que se antoja poco interesante puede adquirir un matiz diferente. Como ejemplo sirva lo que me ocurrió en Galicia. En un restaurante nos sirvieron un vino que no me gustó, me pareció demasiado oxidado, casi imbebible. El camarero lo acompañó de una tapa de pulpo y se tornó el más maravilloso del mundo.

-¿No hay dos vinos iguales?

-Hay dos formas de hacer vino. Por un lado, las bodegas de siempre, esas que elaboran sus caldos con los usos tradicionales. Pero también abundan las grandes bodegas que han introducido en el proceso las nuevas tecnologías, hacen test y ofrecen el producto que la gente prefiere hasta convertirlo en el más vendido. Algo así como lo que ocurre con Coca Cola.

-¿Qué debe tener en cuenta el consumidor final para encontrar un buen vino?

-Cuando no se es experto, lo más importante es dar con uno que guste. En general cualquier persona debe averiguar cuál es el tipo de vino que le agrada. Este es el único secreto para definirse al respecto.

-¿Está justificado el precio de algunas botellas de vino?

-Hay una tendencia para los vinos sumamente caros que tiene que ver con la fama y con el volumen de producción. Ocurre cuando una bodega de una determinada comarca saca al mercado un número más o menos limitado de botellas que sólo son asequibles para millonarios. Entonces ese vino se liga a personas con bolsillos muy acaudalados. Suponemos que cuando un caldo alcanza ese precio debe estar bueno. Pero sucede que hay botellas que tienen un coste de 10 euros y son tan apetecibles como otras que valen 300 euros.