El mito del 'número uno'
FERNANDO ITURRIBARRIA
Jueves, 22 de mayo 2008, 02:45
ETA es una organización dirigida de manera colegiada por un comité ejecutivo en el que se encuentran representados con el mismo rango jerárquico los responsables de sus principales aparatos. Hablar de 'número uno', además de manido recurso periodístico, es una socorrida arma propagandística blandida por los sucesivos gobiernos para realzar operaciones policiales que, como la practicada en Burdeos, son de por sí importantes. No resulta descabellado pronosticar que las autoridades españolas también habrían alardeado de la captura del número uno de ETA si el detenido, en lugar de López Peña, hubiese sido Josu Ternera o Txeroki, otros dirigentes afectados por el mito caudillista.
Como organización de inspiración marxista-leninista, ETA se rige por los principios del centralismo democrático que vertebra de forma piramidal el proceso de toma de decisiones. En la cúspide figura el comité ejecutivo, denominado 'Zuba', del que forman parte en su composición extensiva los responsables de todos los aparatos, en número impar para evitar empates en las votaciones en caso de ausencia de consenso. Una vez zanjado el debate, se cierran filas. Las sensibilidades minoritarias se pliegan a la ley de la mayoría y asumen la decisión adoptada con la disciplina de una formación paramilitar.
La cúpula también dispone de una versión restringida más operativa que, bajo la denominación de 'Zuba Dinamika', agrupa a los jefes de los principales entramados: político, militar, logístico, financiero y reserva. En algunas etapas la composición se ha limitado a una troika formada por los cabecillas de los tres primeros aparatos citados. Fue el caso del 'colectivo Artapalo', desmantelado en plena reunión plenaria el 29 de marzo de 1992 en Bidart (País Vasco francés). Estaba formado por Pakito (jefe militar), Txelis (político) y Fiti (logístico), los dos primeros expulsados luego por disidencia desde la cárcel.
De los cinco jerarcas que componían el comité ejecutivo a comienzos del 2004, sólo permanece en libertad Ternera pues los otros cuatro ya han sido detenidos: Antza, Anboto, Esparza y Eskizabel.
La acumulación de nombres destacados en el colectivo de presos, por el ritmo vertiginoso de caídas en las altas instancias, ha dado pie a la creación de una 'ejecutiva a la sombra'. Bautizada 'Zuba Hitu', integra a los ex jefes de aparatos que se mantienen fieles en las cárceles. Funciona como un órgano asesor al que la dirección en la clandestinidad consulta todas las decisiones importantes de orden estratégico.
Una memoria electrónica descubierta tras la detención en octubre del 2004 de Antza y Anboto permitió descubrir que 'Zuba Hitu' estaba compuesto en aquella fecha por 14 presos que habían desempeñado en su día responsabilidades en diferentes aparatos.
La ejecutiva también somete a los reclusos, no sólo a los ex jefes, cuestiones no estratégicas como los informes de actividad o las medidas disciplinarias de particular relevancia. En marzo del 2005 en el penal de Fresnes cayó al suelo un preservativo en el cacheo a una interna tras entrevistarse en los locutorios con su abogada. En el interior se halló un sondeo de 'Zuba' entre los «camaradas secuestrados» acerca de las sanciones que convendría tomar contra el grupo disidente de Pakito, finalmente expulsado por postular desde la cárcel el abandono de la lucha armada en favor de la lucha institucional.