«Todo tipo de terapias pasan por actividades manuales»

Su experiencia como representante de un almacén de mercería y su pasión por las lanas le ha impulsado a poner en marcha un negocio donde conjuga ambos aspectos. Su establecimiento de la calle Fray Luis de León acaba de abrir las puertas para recuperar esos trabajos manuales, antes agrupados bajo el epígrafe 'labores del hogar', y que hoy tienen incluso efectos terapéuticos.

-¿Por qué se ha lanzado a abrir este tipo de negocio?

-De toda la vida me encantan las lanas. Cuando era pequeña pequeña, mi abuela me enseñó a hacer punto. Desde entonces me gusta su colorido, su tacto, la textura...

-¿Alguna vez se arrepintió de dar el paso?

-En un momento determinado, cuando uno está muy agobiado, cualquiera lo piensa. Pero me lo he trabajado, he tenido que moverme mucho para traer lanas especiales, como las inglesas, tenía que viajar, ver productos y contar con algo especial.

-Pero parece que no es buen momento para montar un negocio...

-No me da miedo, porque es una inversión que puedo asumir y no me puede arruinar. Es un riesgo medido.

-¿Es mejor ser empresario o asalariado?

-Es una cuestión de carácter, en mi caso lo tengo claro, yo necesito que lo que haga dependa de mí.

-¿Cada vez hay más demanda para este tipo de actividades?

-Sí, porque incluso algunos psiquiatras lo recomiendan para combatir el estrés y relajarse, y todo tipo de terapias pasan por actividades manuales. Viene gente joven que quiere aprender a hacer punto.

-¿Enseña a los clientes a hacer punto o 'crucetilla'?

-Podría hacerlo, pero estando en la tienda no puedo porque tengo que atender al público. No obstante, estoy contactando con un par de personas para ver si pueden venir a dar clase un día a la semana, y hacer un grupo pequeño.

-Estas actividades se agrupaban anteriormente bajo el epígrafe 'labores del hogar'...

-No me gusta nada eso del hogar, porque si me hago un jersey ya me dirás para quién es. Yo creo que se trata de una actividad manual y creativa.