«Es muy triste ver que lo que no aparece en televisión no existe»

Aurora Sánchez es una actriz andaluza con una dilatada carrera artística sobre las tablas de los escenarios teatrales. Sin embargo, el reconocimiento popular no le llegó hasta que participó junto a Ana Obregón en la popular serie de televisión 'Ana y los siete', donde hacía el papel de Manuela, la cocinera de la mansión. Esta noche y mañana presenta en el teatro Ortega la comedia 'Como te mueras te mato', en dos sesiones, a las 20.30 y a las 23 horas.

-¿Qué se van a encontrar los espectadores que vayan a ver 'Como te mueras, te mato'?

-Se trata de una comedia que juega con la intriga, con el misterio y con el humor. Es la lectura de un testamento. Un señor ha muerto y cita a sus familiares y amigos para notificarles su última voluntad. La cláusula del testamento es que sólo uno de ellos va a recibir la herencia.

-¿Cuál es el papel que interpreta usted en esta comedia?

-Soy la cuñadísima del difunto, la mujer de su hermano y no te puedo contar más porque si no desvelo muchas cosas...

-Cada uno de los personajes de la obra está identificado con un pecado capital, ¿cuál representa usted?

-La avaricia y la ambición, soy como una rata de alcantarilla. Estoy ahí por la pasta, literalmente. Yo lucho para que mi marido se haga con la herencia. Somos el típico matrimonio en el que ella va por delante y él está detrás.

-¿Somos las personas tan interesadas en la realidad como se muestra en la obra?

-Por supuesto, en cada personaje hay un reflejo de la realidad. Parece que estoy generalizando, y no es así. Siempre hay muchos conflictos con las herencias y las reparticiones. Eso siempre ha pasado en millones de familias, y sigue pasando.

-Comedia y actores andaluces forman una fórmula que funciona muy bien ¿qué cualidades tienen los actores de esa tierra que les faltan a los de otras zonas?

-Hay una forma de expresar más desahogada, que hace gracia, pero en Andalucía también hay gente con muy mala idea. Contrastamos mucho con los castellanos y por eso se nos ve más simpáticos, pero gracia hay en todas partes.

-En el 2000 recibió el premio del público en el festival de teatro Ciudad de Palencia ¿son los espectadores los mejores jueces?

-Depende, ya que hay muchas clases de público. Todo el mundo no es igual, y eso se ve fácilmente con los programas de televisión. Cuando me dieron el premio del público en Palencia actuaba en la comedia 'Los enamorados', en la que el director, Miguel Narros me dio una maravillosa oportunidad. 'Como te mueras, te mato', es una comedia que está muy bien escrita porque todas las tramas encajan como si se tratara de un puzzle.

-En la presentación de la obra, su director comentaba que los personajes se quedan en blanco cuando descubren algunos secretos de los otros protagonistas de la comedia ¿qué es lo que pasa cuando un actor se queda en blanco en el escenario?

-Se sale como se puede. La adrenalina es tan potente encima del escenario, que eres capaz de pensar tres cosas en una décima de segundo. ¿Es tan fuerte la responsabilidad cuando estás ahí arriba! Aunque a veces el error es tan mínimo que el público ni se da cuenta.

-¿Cómo se lleva un ritmo tan frenético de dos actuaciones diarias?

-Es agotador porque experimentas un subidón de adrenalina durante toda la función.

-Aunque antes de aparecer en televisión en la serie 'Ana y los siete' ya había participado en numerosas obras de teatro, el reconocimiento popular le llegó gracias a esa serie ¿cómo se lidia con esta situación?

-Lo que no sale en la televisión, no existe, por muy triste que sea. Cuando hice 'Ana y los siete' llevaba ya casi veinte años de profesión, pero sólo me conocían quienes me habían visto varias veces en el teatro. Esa fue una oportunidad maravillosa para mí.

-Aunque no es la primera vez que viene a Palencia, ¿aprovechará los ratos libres que tenga para conocer un poco más la ciudad y disfrutar las fiestas de San Antolín?

-Me encanta venir a Palencia, es la sexta vez que vengo. Nunca he tenido la oportunidad de disfrutar de las fiestas, así que ya miraré a ver qué cosas podemos hacer.