El desfile de antorchas reviste de solemnidad la última noche de la Fiesta de la Moto

Es, quizá, el acto más solemne de todos los que se hacen en la Fiesta de la Moto. Y, además, por primera vez se ha celebrado en la Plaza Mayor. El desfile de antorchas, el homenaje que los moteros rinden a sus compañeros muertos en la carretera, ha adquirido un carácter especial en esta noche lluvisoa de Valladolid. El marco de la principal plaza pucelana, el silencio, el fuego, han convertido el discurrir de las motos por el pavimento en una especie de Viernes Santo motero. No había pasos, pero sí la misma solemnidad. Y cientos de moteros, sin discursos, sin palabras, han convertido el epicentro de la ciudad en un lugar dificilmente descriptible.

Cuando aún faltan por escucharse los conciertos de la noche del sábado, la organización de la Fiesta de la Moto está muy satisfecha de cómo han transcurrido todo. Óscar Puente ha calificado de «éxito» todo lo acontecido este sábado, y no ha duda en señalar que se han cubierto con creces las expectativas que el Ayuntamiento tenía sobre el evento justo antes de que un castillo de fuegos artificiales pusiera el punto seguido a los actos.