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Guillermo Quiroga y Verónica Coca, junto a una impresora 3D.
Dos apasionados del 'maker' que fusionan impresión 3D y juegos de rol

Dos apasionados del 'maker' que fusionan impresión 3D y juegos de rol

Verónica Coca y Guillermo Quiroga son los regentes de Kirolab, un laboratorio de fabricación en el que diseñan y crean sus propios productos a través de una impresora 3D que ellos mismos han construido

Laura Negro

Domingo, 21 de agosto 2016, 17:23

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Son adictos al movimiento maker, amantes de los juegos de rol y entusiastas de las nuevas tecnologías. Además, han sabido unir estas tres pasiones a la hora de crear su propia empresa, Kirolab 3D, un Fab Lab (laboratorio de fabricación) en el que diseñan y crean sus propios productos a través de una impresora 3D que ellos mismos han construido. Ellos son Verónica Coca Zancajo (34) y Guillermo Quiroga Pérez, (32). Él es arquitecto técnico y ella tiene estudios en arquitectura. Se conocieron hace 10 años a través de amigos comunes y, tras compartir varias experiencias laborales previas, decidieron embarcarse juntos en la aventura del emprendimiento. «Tenemos personalidades muy diferentes, pero que se complementan muy bien. A la hora de constituir un negocio, es primordial la confianza en los socios, y la nuestra es total», explica esta pareja.

Guillermo, que llevaba un tiempo trabajando como aparejador, comenzó a interesarse por la tecnología 3D, y muy especialmente en sus aplicaciones en la arquitectura. «Me di cuenta de que la impresión en 3D me ahorraría mucho tiempo a la hora de realizar las típicas maquetas en cartón pluma. Una maqueta en 3D aporta una mejor calidad y da mejor imagen de cara al cliente. Además, soy muy aficionado a los juegos de rol y tablero y descubrí las infinitas posibilidades que una impresora de este tipo podía ofrecerme a la hora de hacer mis propias maquetas para juegos», relata. Se compraron un kit de montaje y ellos mismos construyeron su propia impresora 3D versión Prusa. «Vimos que éramos capaces de gestionar la parte electrónica y la mecánica, y enseguida nos compramos una segunda máquina, en la que incluimos varias modificaciones adaptadas a nuestras necesidades», recuerdan.

Fue entonces cuando se plantearon dedicarse profesionalmente a la impresión 3D. Empezaron a desarrollar su idea de negocio, y el proyecto les valió el primer premio del Concurso UEMC Emprende 2015, con una dotación de 3.000 euros. «Fue en ese momento cuando nos hablaron del programa formativo CREA del Ayuntamiento de Valladolid. Enseguida decidimos apuntarnos, lo que nos ayudó bastante a mejorar nuestro plan de negocio, sobre todo con la parte correspondiente a la viabilidad económica. En SECOT, la Asociación de Seniors Españoles para la Cooperación Técnica, también nos animaron a seguir adelante con nuestra idea. Finalmente, el alta lo hicimos en Ventanilla Única», informan estos emprendedores, que eligieron como forma jurídica la Comunidad de Bienes, por ser «la opción más económica y por su los sencillos trámites de constitución». Actualmente trabajan como coworkers en el espacio colaborativo de la Agencia de Innovación de Valladolid.

En Kirolab 3D se dedican al diseño e impresión en tres dimensiones de productos innovadores y personalizados a cada cliente. Recuerdos, merchandising, trofeos, juguetes, decoración, modelos a escala, aeromodelismo, robótica y prótesis salen de su máquina. Pero es precisamente en el sector del juego y del ocio, en el que se han especializado estos dos emprendedores. «La mayor parte de nuestros clientes son aficionados a los juegos de rol y bloggers de Youtube que se dedican al juego de forma profesional y nos encargan diseños muy especiales y maquetas», añaden estos emprendedores, que promocionan sus productos a través de la tienda online kirolab3d.tienda-online.com.

Innovación abierta

Aspiran a ser una empresa de referencia en el sector, aunque prefieren ser cautos, ya que aunque la impresión 3D está de moda, todavía no existe una demanda fija de este tipo de productos. «Creemos que con nuestra experiencia seremos capaces de acercar al público más desconfiado, las grandes posibilidades de esta tecnología. Nos adaptamos a las necesidades de cada cliente. Algunos, incluso, tienen sus propios diseños, y nos solicitan únicamente la impresión de los mismos». Producen bajo demanda y ofrecen soluciones personalizadas. «Muchos clientes acuden a nosotros para que les fabriquemos digitalmente una pieza de algo que se les ha roto, cuando ya no existen repuestos en el mercado. Nuestra tirada mínima es de una pieza, mientras que en otras empresas, la tirada mínima es de 300», añade Verónica. Son firmes defensores de la innovación abierta y utilizan herramientas y diseños open source. Ellos mismos han liberado también los derechos de algunas de sus creaciones.

En todos los artículos de juego que producen digitalmente, incluyen algún valor añadido o elemento interactivo, que sus clientes agradecen. «Yo soy jugador de rol y se las funcionalidades que a mí me gustaría encontrar en las piezas, por eso, trato de darle muchas vueltas al diseño. Los verdaderos jugadores no se conforman con jugar, sino que tratan de hacer de cada juego una experiencia épica y estas piezas ayudan a disfrutar mucho más de cada partida», expone Guillermo.

Tienen una marcada política de responsabilidad social empresarial, con un fuerte compromiso ambiental. Por ello siempre tratan de minimizar consumos innecesarios y optimizar sus procesos, utilizando siempre plásticos ABS, con los que consiguen un ciclo de vida más largo, y también plásticos PLA, biodegradables y mecánicamente reciclables. «Actualmente nuestra partida económica más elevada, es la relativa a la seguridad social. La reducción en la cuota de autónomos, hace que esta cantidad sea mucho más asumible, pero en el caso de Guillermo, que la tiene que pagar completa, muchas veces es para pensarse si compensa o no emprender, ya que vendas o no, hay que pagar igualmente», concluye Verónica.

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