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Ana Santiago
Domingo, 7 de agosto 2016, 12:56
Puede provocar complejos estéticos, problemas funcionales cardiorrespiratorios y desencadenar deformaciones de la columna. La malformación del tórax anterior es una configuración anómala de la caja torácica que le da al pecho una apariencia como hundida, deprimida, y es congénita. Desde mediados del siglo pasado, diversos métodos quirúrgicos han intentado, y logrado, dar respuesta al pectus excavatum. En la actualidad, lo más habitual es corregirlo quirúrgicamente mediante cirugía abierta (toracoplastia de Ravitch-Welch-Sulamaa) o con la colocación de una barra de Nuss (toracoplastia percutánea videoasistida de Nuss). Son cirugías abiertas, invasivas. Duras.
Ahora, la medicina ha dado un salto cualitativo con una nueva intervención quirúrgica que tiene, además, firma española. El doctor Carlos Bardají, jefe de servicio del Servicio de Cirugía Pediátrica de la Corporación Sanitaria Parc Taulí de Sabadell, en Cataluña, es el creador de una nueva técnica bautizada como taulinoplastia, recogiendo el nombre del hospital, y que es mínimamente invasiva y de menor riesgo al ser una intervención bajo piel, que evita dispositivos entre el corazón y el esternón.
Tras un ensayo clínico oficial que duró siete años y su aprobación en 2014 por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios llegó el año pasado a la práctica clínica del hospital catalán y al Hospital Clínico de Valladolid el pasado día 28 de abril. Lo que lo convierte en el segundo complejo asistencial de España en implantar la nueva técnica, el primero después del propio Taulí. La cirugía consiste en colocar una placa anclada al esternón que lo tracciona y corrige su hundimiento sin necesidad de entrar en la cavidad torácica.
Según explica el jefe del servicio de Cirugía Torácica del Clínico, el doctor Mariano García Yuste, el equipo vallisoletano «realizó dos cirugías con el Pectus Up a dos jóvenes de más de 18 años y con éxito en ambos casos». Hay, además, otros dos afectados a los que ya se ha intervenido el pasado miércoles, 27 de julio. El propio doctor Bardají participó en el estreno de Valladolid al que además acudieron especialistas de Madrid. En torno a una hora y media de intervención y el alta a los cuatro días aunque depende de cada evolución un control a los quince días y seguimiento mensual los dos o tres primeros hasta alargar estas revisiones completan en principio el proceso. En cuanto a las posibles complicaciones, está el seroma (acumulación de grasa líquida, suero y linfa), infecciones o las generales de una operación.
«Cuando han pasado dos o tres años, y las fisuras en hueso y cartílagos ocasionadas han soldado y se ha consolidado la estructura corregida, el dispositivo se retira», explica el doctor García Yuste. Durante los primeros tres meses, el ejercicio y los esfuerzos deben ser moderados. Después llega una vida normal.
El doctor García Yuste insiste en ser prudente, «los ensayos clínicos han dado buenos resultados y las cirugías realizadas, también; pero es una cirugía nueva y hay que ir despacio». La técnica «no es difícil para un cirujano torácico; pero ojo con lo fácil. Es peligroso», puntualiza.
El servicio de esta especialidad en el Clínico, con 37 años de experiencia y referencia, junto al salmantino, para toda Castilla y León calcula que realizará «unas seis intervenciones cada año con la taulinoplastia». García Yuste conoció la técnica en un congreso de la especialidad en Copenhague (Dinamarca) en junio de 2014. Accedió a la nueva cirugía y a su padre, el doctor Carlos Bardají, que expuso tal avance y los resultados del ensayo. Y de aquel encuentro, a su importación a Valladolid y previsiblemente a su extensión progresiva por hospitales de toda España y del mundo.
El pectus excavatum es más frecuente en varones tres por cada caso de mujer y la malformación más frecuente de la pared torácica.Los problemas mayores, al menos estéticos, surgen con la adolescencia, cuando la persona tiene mayores relaciones sociales y se hace más visible.
No todos los pacientes con esta malformación son susceptibles de una intervención. «Hay que analizar los problemas emocionales, psicológicos por cuestiones de estética que pueda ocasionar al paciente. Y es algo que evalúa el equipo de Psiquiatría Infanto-Juvenil del hospital. También hay que valorar si le ocasiona, o no, problemas respiratorios, cardiacos... o estáticos, de posición de al columna como cifosis o escoliosis asociadas a esta depresión de la pared torácica. Y tener en cuenta a la persona afectada y a sus padres... no deja de ser entrar en un quirófano y muchas veces es una persona totalmente sana. Hay que elegir bien al candidato, la relación entre beneficio y riesgos. Entre el 15% y el 20% de los casos dan el perfil para intervenir. Esta técnica pretende minimizar los riesgos; pero no está exenta de ellos», destaca el responsable del servicio. Además, siempre «hay que explicar que las cirugías, en general, mejoran los problemas pero los resultados pueden no resultar plenamente satisfactorios».
Ventura Medical Technologies, en colaboración con la Corporació Sanitària Parc Taulí (Sabadell-Barcelona), desarrolló el nuevo producto, Pectus UP surgery kit, para el tratamiento quirúrgico de esta malformación. «El Pectus UP está compuesto por un implante e instrumental quirúrgico que brinda al cirujano un método extratorácico y mínimamente invasivo para la corrección de la deformación, llamado Taulinoplastia», explican fuentes de la misma. Creada por ingenieros del sector de la automoción, la placa está diseñada para que tenga una buena adaptación al tórax. Se fija en la parte externa del esternón y a través de un sistema de tracción, se eleva hasta corregir el hundimiento. Con esta maniobra se minimizan los daños a los órganos intratorácicos durante la corrección y no se dificulta el normal desarrollo de la caja torácica», añaden las mismas fuentes.
Según explica el doctor Bardají en la presentación, esta malformación afecta a uno de cada quinientos nacidos y en torno a la mitad son susceptibles de algún tipo de tratamiento. Este cirujano repasa los anteriores métodos quirúrgicos, el de desmontar las costillas para recolocarlas o, el más reciente y frecuentemente usado en la actualidad, el Muss. Este último interviene desde dentro, lo que le hizo pensar en qué bien podría intervenirse y lograrlo desde fuera; de forma más segura. Y así surgió la taulinoplastia.
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